Eran cerca de las 3 de la mañana cuando el bolsillo de mi pantalón vibró con insistencia.
Contesté al primer timbre.
Mi cuerpo llevaba un par de horas en esa silla, pero el sueño no parecía querer hacerle compañía.
—Ally, ¿qué sucede? —murmuré.
—Lamento no haber llamado antes, pero no había tenido oportunidad —hubo una pequeña pausa en aquella voz angustiada del otro lado de la línea—. Le han hecho estudios a Gabriela.
—¿Qué? —no pude evitar elevar mi tono de voz, obligándolo a bajar nuevamente— ¿Por qué?
—El médico confirmó que el asma de Gabriela ha empeorado.
—Eso me temía —pensé momentáneamente en Danna, en su acertada preocupación al suponer que la condición de su hermana estaba lejana a mejorar—. ¿Qué pasará con ella?
—No estoy segura. Tuvo otro ataque hace un par de horas. Si continúan... lo más probable es que deban suministrarle oxígeno a través de una sonda.
Me quedó claro al escuchar esas palabras que Gabriela había mentido al decir que estaba mejor. Evitó que notáramos el malestar que no se había separado de ella después de sus días en cama. Estaba molesta. Pero mi preocupación era 10 veces mayor al pensar ahora en su salud.
—Tenemos que decírselo a Danna —suspiré. Añadiendo una nueva preocupación a mi mente—. Gracias por avisarme.
—¿Podrías hablar con ella? Estoy segura de que mi teléfono no continuará encendido si hago otra llamada.
—Claro —miré a Jennifer dormir a mi lado—. La llamaré más tarde.
—¿Has visto a Christina ya? ¿Se encuentra bien?
—Ella está bien. Andrea dijo que no ha despertado desde que llegó por la mañana. La han mantenido estable hasta el momento.
—Me alegra escucharlo, Vanne. Estoy segura de que todo estará bien. ¿Te sientes mejor ahora?
—Sí. Estoy tranquila. Solo deseaba saber que ella estaba bien.
—¿Qué hay de tus mareos?
—Estoy bien —dije—. Solo... no he podido dormir. Estoy cansada, pero no lo suficiente para conciliar el sueño.
—Somos dos. Pero estamos juntas en esto, ¿está bien? Mañana todo mejorará.
—Espero que así sea —intenté imaginar cómo hubiera sido aquel día si ella no hubiera estado conmigo. La sola idea me resultaba imposible de asimilar—. Allison... te agradezco por no dejarme en estos momentos. Lamento los problemas que hemos tenido. Hice cosas que quisiera no haber hecho, pero no tendría la fuerza de estar aquí si no estuvieras a mi lado.
—Soy tu mejor amiga, Vanne. No dejará de ser así nunca. Estaré contigo como lo hemos estado desde hace años. No volveremos a separarnos.
—Te quiero —una gota salada despedida de mis ojos me hizo desear poder abrazar a Allison en ese momento—. Hablaremos por la mañana, ¿sí? Debemos intentar dormir.
—Sí. Es una buena idea. Intenta descansar. Yo también te quiero.
Dormité en la sala de espera.
Andrea iba y venía con tazas de café durante la madrugada.
No sabía cuántas horas llevaba sin descansar, pero era seguro que no lo haría pronto. Quería estar al tanto de cualquier noticia sobre Christina. Jennifer, en cambio, continuaba durmiendo en uno de los sillones a mi lado. Sabía que también estaba preocupada por Christina, pero después de un largo camino al volante, necesitaba un descanso.
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No puedes elegir de quién te enamoras
RomanceEn un intento por distraer la antipática relación con sus propios pensamientos, Vannesa consigue un empleo inesperado como último recurso para abandonar su depresiva rutina. Ahí conocerá a Christina. En su compañía, logrará desenmascarar aquello de...