54. Aires de Guerra.

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-Después de eso me dejaron ir, no sin antes quitarme el dedo meñique de mi mano derecha.- Muestra su mano mutilada, y no hace esfuerzo en ocultar su rabia. -¿Sabe lo que es para un escultor no contar con todos sus dedos? Debí empezar de cero. ¿Sabe qué me impulsó a salir adelante?- Roger se estira hacia delante, como si fuese una infidencia que nadie deba saber. –La fe de que usted vendría a partirles el trasero ¡Y vaya que lo hizo!... Vaya que lo hizo…

Edward.

-¿Acaso se han vuelto locos?- La verdad es que no les entiendo, al parecer todos dudan sobre mis cualidades mentales.
-Majestad, lo que le hemos dicho es lo que ha ocurrido.- La anciana mujer desliza sus dedos por el colgante. -Miles de personas lo han presenciado.
-Usted mismo sabe lo que pasó con el difunto Gran Pons, no hay razón para pensar que esto es un complot en su contra.- El representante de la casa Goldenrock sale en su defensa. Milth, un hombre de no más de cuarenta años. Mi tío, aunque jamás he entablado conversación con él, antes de hoy, apenas si sabía de su existencia. -Además, de entre los miles de testigos hay sacerdotes que confirman los hechos.
-Disculpen a su majestad.- Les digo con sarcasmo. -Pero es que se me hace difícil creer en barcos que son engullidos por estrellas.
-Es la verdad majestad.- Jim irrumpe en el salón, camina deprisa hacia mí con un montón de papeles, a pesar de los conflictos con los ducados, las comunicaciones fluyen con relativa normalidad, eso sumado a un despliegue impresionantemente grande como costoso de espías, me permiten hacerme una clara imagen de lo que sucede. Aún así, esto me supera. -Han llegado cientos de messencroy con relatos de esos barcos.
-Son las brujas, ¿Quién más sino?- Lord Bliss salta de inmediato, a pesar de que durante la reunión se ha demostrado reacio a creer las historias, no desperdicia la oportunidad de acusar a las brujas, ni siquiera estoy convencido de que sean reales. Para mí, no son más que un discurso para estar sentado en este trono.
-Majestad, con todo respeto.- El Pons que he elegido como consejero personal se acerca a mi oído. -No debemos tomar el asunto a la ligera, recuerde la profecía de la bruja, después de todo su sobrina…
-¿La bruja? ¿Habla de la bruja que descuartizó mi padre? ¿La tía de Ginna?- El hombre asiente lentamente. -¡Le recuerdo que está hablando de la leal entre los leales, una persona por sobre usted, la misma que se está encargando de difundir la fe, y la lealtad a mi persona en Nonlife! No me lo puedo creer, rodeado de ratas…
-Me temo que dicha ciudad no existe majestad.- Bliss vuelve a interrumpir. -Según los espías, Nonlife es ahora Bloodytree.
-¿Árbol sangrante?- La señora Mancií, fiel devota y representante de Swordland habla por primera vez. Lo que me hace pensar en lo inquietantemente pequeño que se ha vuelto el consejo, de tener doce integrantes a solo la mitad. -Me temo que es un nombre muy sugerente.
-¿Y qué le sugiere a usted ese nombre?- Le miro desafiante, cosa que se ha ganado al poner en duda la lealtad de Ginna, mi ángel, mi enviada de los cielos, aquella que me colocó la corona, a quién le debo mi lugar.
-Me sugiere que tiene tratos con la brujería majestad.- Dice con voz calma. -Y no soy la única que piensa así. -Se pone de píe y abre la puerta, de ella entran cinco inquisidores. -Estos hombres han estado hace un par de días en la antigua Nonlife, y tienen cosas interesantes para contarle.
Los cinco hombres quitan sus capuchas, dejando al descubierto sus pálidas y calvas cabezas, de facciones huesudas, y ojos penetrantes. Diversos tatuajes adornan sus calvas, y en sus manos las cicatrices por quemadura son testimonio de recientes torturas. Sea lo que sea que tengan para contar, se han tomado el tiempo de averiguarlo bien, y aunque mi relación con la fe se ha visto truncada, o más bien se trate de una farsa, el testimonio de un inquisidor no puedo despreciarlo, menos aún si son cinco.
Sus discursos se alargan por lo menos una hora, un conjunto de testimonios personales y otros obtenidos torturando a "brujos". Sus voces rasposas relatan hechos fantásticos, como que es la única ciudad donde sale el sol, que viajan a través de luces capaces de engullir barcos. Les acusan de la explosión que mató al Gran Pons y su comitiva. Declaran sin titubeos que Ginna es una bruja bautizada en sangre profana y que en su cuerpo luce la marca de los brujos.
-Sean ciertas o no las partes fantásticas.- Interviene lord Bliss, apenas terminan el discurso. -El hecho es que cerca de cinco mil personas zarparon ese día, y muchas más lo hacen, sin declarar a donde van. Compran a los aduaneros y se van con todas sus pertenencias.
-El señor Bliss se tomó la molestia de realizar allanamientos majestad.- Interviene Jim. -Y según lo que pudo constatar, por lo que dice en sus informes, es que los palacios están en su mayoría vacíos.
-Se llevan todo.- La señora Mancií parece sorprendida. -Majestad, es evidente la situación.
-Majestad, estamos al borde de una guerra, nuestras casas están de su lado, pero no podemos hacer caso omiso si su decisión es dejar a los brujos hacer de las suyas.- La amenaza de Milth no me hace gracia en lo absoluto. -Recuerde que millones de sus súbditos son leales a la fe, y como representantes de ellos, también nos declaramos así, independientemente de si creemos o no en brujos.
-Su amenaza, aunque imprudente, es cierta.- Jim abre un mapa y lo coloca sobre la mesa. -Prados envío un mensaje esta mañana: Sacro ha escogido a un nuevo Gran Pons, le llaman Tomas el Celoso, y ha declarado una guerra contra Valleyhigh. Su objetivo es que Freehouse, Barrac, Pierce y Buba se unan a su llamado de manera oficial.
<< Por lo que sabemos Barrac y Pierce han aceptado, izando la bandera negra y expulsando a los soldados reales que se negaron unírseles. Sus tropas comenzarán el asenso a la espera de que Freehouse les permita pasar. En cuanto a Forgot en Horsmen, no han respondido. Buba aún no ha dado una respuesta oficial, pero creemos que lo hará esta tarde, y lo más probable es la bandera negra adorne sus edificios públicos de ahora en adelante.
-¿Qué dicen en Backmountayn?- Pregunto. -Deben estar de nuestro lado.
-Recibí una carta del rey.- Abre otro sobre. -Dicen que el invierno dificulta el paso hasta Sacro, por lo que un ataque preventivo es imposible, pero que enviarán alimento y provisiones a Goldfinger.
-Eso no tiene sentido.- Y la verdad me cuesta creer que el padre de mi esposa, la reina, no se digne a defenderle. -Está el Estrecho de Plata, pueden atacar su puerto, pueden unir fuerza con Prados y...
-Con todo respeto majestad.- Interviene Bliss. -Backmountayn no está dispuesto a unirse al conflicto abiertamente, después de todo llevamos siglos en guerra con ellos, ¿Por qué razón nos ayudarían? ¿Porque una de sus hijas es reina de Valleyhigh?
-Lo más probable es que crean que podemos contra ellos.- Todos me miran callados, serios. -¿Qué?
-No podemos ganar esta guerra si es iniciada.- Las palabras de Jim son un balde de agua fría. -Los soldados reales en su mayoría se han unido a los ejércitos insurrectos, usted ha sido declarado excomulgado y enemigo de la fe, el Gran Pons pide su cabeza, es posible que hasta los ciudadanos tras esas murallas se levanten en armas.
-No podemos enfrentar una guerra contra seis reinos o ducados, como quiera llamarles.- La señora Mancií me mira seriamente, como una madre revelando una oscura verdad a su hijo. -Ni una dentro de esta misma ciudad. No cuenta con la aprobación de la fe, por lo que hasta el más ignorante de los campesinos se unirá contra nosotros, puede que incluso la gente de Goldenrock, Swordland y Prados se alce en su contra.
-¡YO SOY EL REY!- Todos se sobresaltan. -¡Y NO IMPORTA LO QUE DEBA HACER PARA QUE SIGA SIENDO ASÍ, LO HARÉ!
-¿Y qué piensa hacer majestad?- Miro  Bliss directamente a los ojos antes de contestar.
-Reuniré a todas las fuerzas que posea, las traeré hasta aquí y esperaré a los ducados que se alcen contra mí, en los puentes los detendré, y lanzaré sus sucios cuerpos al estrecho Amarillo. Si se atreven a venir, solo encontrarán la muerte.

Una Corona de Sangre I: Reina del Cielo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora