Una Corona de Sangre I: Reina del Cielo.

64. Escogidos.

Lía.

-Ningún rey que diga proteger a su pueblo, puede bajo ninguna circunstancia, exponerlos ante un enemigo al que no puede vencer. La seguridad de los suyos, debe siempre guiar sus pasos.

-Muy bien señorita Lía.- El profesor toca suavemente mi espalda y tomo asiento, Gabe me mira con una sonrisa. Estamos en una clase llamada "ética del soldado-brujo de élite", junto a seis escogidos. Al parecer su majestad encargó la tarea de escoger a los mejores a alguien más, pero aún no sé quién es. -Página trescientos veintidós.- Todos buscamos dicha hoja, el profesor Bill. -Francis, haznos el favor.

Mi compañera hace caso y se pone de pie para leer uno de los manifiestos de su majestad.

-El deber de los soldados es proteger las aras sobre las que el reino se sostiene, asegurar su futuro, y promover la superioridad de la raza. En cambio, el "soldado escogido" debe velar por la grandeza del reino, a fin de convertirlo en un imperio, reduciendo al enemigo, en la guerra convencional y no convencional.

-Muchas gracias Francis.- Ella se sienta y ordena su cabello, dejando a la vista sus pequeñas orejas. -Aquí encontramos un nuevo concepto: "guerra no convencional", ¿Alguien tiene idea de qué se trata?- al fondo del salón se levanta una mano. -Bien Ahén, dinos qué conoces de ello.

-Se denomina guerra no convencional a las tácticas empleadas dentro y fuera del campo de batalla, con el objetivo de reducir, desestabilizar y debilitar al enemigo, asegurando su derrota.- Respira tras su atropellada respuesta, al parecer le pone nervioso hablar en público.

-Excelente, pero ¿Qué implica ello?... Sí Gabe.

-Quiere decir que se realizan ataques sistemáticos en lugares estratégicos, como incendios, atentados, asaltos, asesinatos... Tácticas que no corresponden al modo de lucha de los caballeros.

-Sí, muy bien.- El profesor acomoda sus gruesas gafas, artefacto que no podía usar en público mientras vivíamos en Valleyhigh, por ser consideradas demoníacos. -Algún ejemplo.

-El asesinato del Gran Pons.- Todos miramos hacia las ventanas, un chico de mejillas inundadas en pecas y cabello muy blanco, Find, habla sin alterarse por lo que ha dicho. -¿Va a negar que fue un ataque de nosotros?

El profesor le mira imperturbable.

-No, no lo niego, un ataque premeditado. Algo que deben comprender, es que durante su formación en este curso, sabrán secretos que no pueden divulgar...

-Perdone profesor.- Interrumpe Brith, una chica de rostro angelical y largo cabello pelirrojo. -¿No establece el estatuto que el pueblo debe estar al tanto de las obras de nuestro ejército?

-De las obras comunes de nuestro ejército señorita Brith, comunes, una maniobra de guerra no convencional no entra dentro de esta categoría.

-¿Entonces nos mienten?- Cuestiono.

-No, simplemente se les priva del conocimiento de las acciones ultra secretas.- Poco convencido por la respuesta del profesor, Gabe levanta la mano. -¿Sí?

-Ósea, una tergiversación.

-Sí, y por una razón muy simple.- Se apoya en su escritorio mientras mira por la ventana, en la que se observa el paisaje de la naciente Bloodytree, con sus edificios a medio construir, y las flotas de barcos a lo lejos. -Deben saber que no todos los que vienen a nuestra ciudad quieren que florezca... Muchos ansían su destrucción, quieren asesinar a su reina...

-Como Deathcrown.- Comenta Fredd

-Sí, Deathcrown, Valleyhigh, y en un futuro Sacro. Esos son muchos enemigos, por lo que el manejo de la información es tan importante como ganar una batalla, los secretos, permiten que nuestra rueda siga girando sin aplastar a quienes no es necesario. La discreción en miembros de su grupo, es en sumo esencial.