Los días seguidos al día del bautizo, Oliver no le había quitado la mirada a Liliana. Aquella noche ella se tomó unas pastillas que le calmaron el dolor. Y la obligaron a dormir.
—¿Qué haces?— Liliana recogía el montón de cosas que había caído del armario.
—Estaba sentada esperando que viniera, y escuche que algo se cayó, solo recojo tod...
—Deja eso— Oliver se acercó a las cosas —. Solo déjalo, Liliana.
—Yo te ayudo, no te enojes—Oliver le quito las cosas de las manos.
—¡Solo no las toques!— exclamó el con molestia —Yo, lo siento.
—¿Ser un idiota?— le cuestiono colocándose de pie —Si, pues, parece que no se te quitara nunca, Oliver. Me largo.
Ella salió del vestidor y tomó sus cosas del sillón de la habitación. Salió de esta cerrando la puerta. Y miro a Owen quien salía de la habitación de Olivia.
—Olivia se quedó dormida— dijo él con una sonrisa —. Le agradas mucho. ¿A donde vas? ¿Terminaste de explicarle a Oliver?
—Tú hermano es un idiota— le aseguro ella —. Me iré a mi casa, Owen. Llama si Olivia necesita algo.
—Liliana, espera— pidió Oliver saliendo de su habitación —. Lo siento, en serio. Son las cosas de Sarah, ¿vale? Y no me gusta y nadie las toque.
Liliana lo observo. Realmente se veía arrepentido. Y sus ojos estaba llenos de una mezcla entre tristeza y vergüenza.
—Lo entiendo— susurro ella pasando las manos por su rostro.
—¿Te quedaras?— ella miró a Owen quien se encogió de hombros levemente.
—Trabajaremos en la estancia— sentenció ella —. De esa manera no tocó nada que no deba.
Luego de aquello. Dos días después fueron al zoológico con las niñas, Owen, lo chicos, además de Thalia y Matt. Todos se divirtieron mucho. Incluso se sacaron fotografías con algunos animales.
Liliana estuvo mas escéptica al tema. Debido a que no estaba de acuerdo con tener animales enjaulados. Pero las niñas se habían divertido bastante.
Para cuando dio el fin de semana. Todos estaban en casa de Liliana, esparcidos por la habitación de ella. Habían comenzado a ver algunos álbumes de fotografías que estaban en los estantes de Liliana.
—¡Mira esta!— exclamó Thalía enseñándole la fotografía a Matt.
—Esa fotografía la tomo Adam— dijo Christina con una sonrisa —. Liliana se quedó con la madre de Adam, el día antes, y cuando nació la dejaron pasar.
En ella estaba una Liliana de doce años con un sweater de lana blanco, tenía flequillo. Su mano derecha estaba en la cunada donde habían puesto a su primera sobrina y su boca estaba abierta con una pequeña sonrisa. La bebé tenía los ojos cerrados y las manitos en puños, estaba solo en pañal y su rostro estaba hacia su tía.
—Oye, ¿tú eres Liliana?— preguntó la enfermera saliendo de la habitación —Tú hermana está desesperada porque entres.
—¿Ya puedo conocerla?— ella asintió levemente —Gracias.
Liliana entro a la habitación. Y dentro habían muchos bebés en la habitación. Algunos dormían, y ya estaban vestidos envueltos en sus mantas.
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Never Again [Editando]
Подростковая литератураEllos podrían ser fácilmente el Cliché más perfecto que van a encontrar. Porque eso son. Pero también hablamos de la superación de un corazón roto. ¿Cómo amas a alguien que tanto daño te hizo? Y lo más importante ¿Qué tanto amor propio te tienes? ...