Caracas, Venezuela.
Las calles coloridas, la calidad de las personas, el movimiento frecuente de las personas de un lado a otro, es lo que caracteriza a las personas. La ciudad de Venezuela que nunca descansa. Está en movimiento constante. De un lado otro. Sin detenerse.
—Tú hermana me volverá loca— se lamentaba Melany mientras se colocaba los tacones azules que iban a juego con su vestido.
—No fuiste tu quien tuvo que cuidar a cuatro niños— le dijo Liliana tomando el ramo —. Valery parece que les da azúcar a sus hijos. Y Olivia parecía no querer dejar de saltar. Me duelen las piernas solo de recordarlo.
Había sido responsable de los niños. Y aunque Oliver la ayudo, los niños tenían demasiada energía. Así que, salieron al centro de Caracas, y fueron al parque de trampolines, donde los niños saltaron, mientras Oliver y Liliana se turnearon para saltar con ellas, mientras uno de los dos se quedaba con el pequeño Aiden, quien sólo pudo entrar a la alberca de pelotas.
Estar en Caracas se sentía a hogar dulce hogar. Aunque no nació ni creció ahí, su padre hablaba tantas maravillas del país. La primera vez que fueron, Liliana tenía cinco años, sus padres decidieron hacer un viaje turístico. Después de eso, no pudieron volver, con el cáncer, luego la muerte de su padre. Simplemente no fueron capaces de volver.
—¡Liliana, Melany!— grito Oliver tocando la puerta de la habitación.
—Ya estamos listas— aseguró Liliana abriendo la puerta de la habitación.
—El conserje me preguntó algo, pero no tengo ni la menor idea de lo que hablaba— se quejo Oliver entrando a la habitación con el pequeño Aiden en sus brazos —. Me gusta más cuando las personas hablan y yo entiendo perfectamente.
—Exagerado— se lamento Liliana tomando la niño —. Hola, guapo. Tu tío Olí es un exagerado, ¿verdad que si?— el pequeño aplaudió y soltó pequeñaa carcajadas —Tu me enseñas francés, yo te enseño español.
—Me gusta esa camisa— dijo Melany con una sonrisa —. Te ves guapo, fresco. Digno para ser novio de mi hija.
—Gracias— respondió Oliver con una sonrisa divertida —. Aunque aqui entre nos, su hija solo me molesta desde que llegamos aquí.
—Mamá— dijo el pequeño Aiden llamando la atención de todos.
—Alguien debe tener hambre— aseguró Liliana mirando el reloj —. Bien. Toma el bolso de Aiden, iré por el biberón. Y nos vemos en diez minutos en el ascensor.
—¿Y las niñas?— pregunto Melany tomando a cámara instantánea y se la colgó a Oliver en el cuello.
—Olivia está con Owen y Vanessa. Adriana está con Christina y Chris. Aurora está con Thalia y Matt.
—Vale, tengo un mensaje de la desquiciada de Valery— anunció Oliver —. Dice que si no llegamos en veinte minutos, se enojara
—Pero si ella nació enojada— se quejo su madre —. Cuando el doctor la sacó, ella no lloro, miró a todos como si la hubieran interrumpido de algo importante.
—Pasó toda su vida amargada— aseguró Liliana tomando el biberón.
—Genial, pero yo no quiero escucharla durante todo el día quejarse porque llegamos tarde— Oliver tomo el bolso de Aiden —. Nos vamos, es lo mejor.
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Never Again [Editando]
Teen FictionEllos podrían ser fácilmente el Cliché más perfecto que van a encontrar. Porque eso son. Pero también hablamos de la superación de un corazón roto. ¿Cómo amas a alguien que tanto daño te hizo? Y lo más importante ¿Qué tanto amor propio te tienes? ...