Capítulo 49

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     La mujer en el marco de la puerta los observaba con atención y una ceja alzada. Esperando una respuesta. Oliver tomó la rebanada de pizza de las manos de Liliana y miró a Valery con una gran sonrisa encantadora. La misma que siempre le había funcionado para salir de los problemas.

     —Valery, esta noche luces hermosa— le aseguro —. ¿Ya te agradecí por gritar durante todo el juego? Eres increíble, no dejaste de apoyarnos.

     —Tú realmente no sabes quien es Valery— dijo Liliana con diversión.

     —Oliver, me agradas— le aseguro la mayor de las Stern —. Eres el padrino de mi hija. Pero no soy idiota.

     —Aquí nadie ha dicho lo contrario— le dio un mordisco a su rebanada de pizza —. Bueno, le llevare esto a los chicos, permi...

     —¿A donde tan rápido, vaquero?— preguntó ella deteniendolo —No se irán de aquí, hasta que me diga que esta ocurriendo. 

     Liliana quien seguia sentada en la encimera, y observo como Oliver le echaba una mirada interrogativa. Ella se encogió de hombros. Si algo había aprendido de Valery, es que podrías decirle la verdad o la mentira. Y aún así ella no iba a creerte hasta ver pruebas. Eso era algo que había afectado su relación con Adam desde lo comienzo.

     —¿Entonces?— cuestiono Valery —Los escucho, miren que a mi hijo no le gusta esperar— dijo acariciando su barriga.

     —No es lo que estás pensando— aseguró Liliana inmediatamente —. Sólo conversábamos.

     —Claro, y a los bebés los trae la cigüeña ¿cierto?— respondió con ironía —¿Me chupo el dedo o qué?

     —Estas malinterpretando las cosas, Valery— intervino Oliver —. Liliana solo me daba un trozo de pizza, eso es todo.

     —Si, y yo no tengo hijas— volvió a replicar con ironía —. ¿Quien de los dos me dirá la verdad entonces?

     —Valery, deja de preocuparte, lo digo en serio— se encogió de hombros levemente —. Estas cansada, y cuando eso ocurre cuestionas todo lo que pasa a tu alrededor.

     —Estoy muy despierta, y nada cansada— se apoyo en la encimera de la cocina —. Vi como corriste a donde Oliver estaba cuando Guillermo lo lastimo. Luego como corriste para darle una bofetada. Y finalmente como corriste a donde Oliver cuando el juego finalizó.

     —Vaya que te gusta el chisme— susurro Oliver —. ¿Qué te hace pensar que fue Liliana y no otra persona?

     —Conozco a mi hermana, idiota— le aseguro —. No es como si la conocí ayer.

     —Vale— susurro —. Hablaremos de esto mañana o algún otro día— dijo mientras se bajaba de la encimera.

     —Me acuerdo muy bien de todo, chicos— los miro a ambos —. Pero no los voy a presionar. Ya tendrán que hablar— miro a Oliver —. Y yo tenemos una conversación pendiente.

     Valery se sirvió una rebanada de pastel de la isla y cuando pudo probarla sonrió ampliamente. La pareja de atrapados miraba cada movimiento de la mayor de las Stern. Y cuando por fin salió de la cocina, no sin antes guiñar un ojo, ambos pudieron respirar. El corazón de Liliana iba a mil por hora. En cuanto su hermana salió ella fue por un vaso de agua.

     —Joder. Le dirá a mi madre eso seguro— susurro Liliana —. A ver, ¿qué debemos hacer? Porque en cuanto Valery diga algo, mi madre le dirá a la tuya, eso seguro.

     —No lo sé— dijo él pasando las manos por su cabello —. Podemos decirles o simplemente negarlo hasta el final— aseguró Oliver mirando a Liliana –. No lo sé.

Never Again [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora