Never Again [Editando]

Capítulo 66

     La nieve había desaparecido. Y las calles de Seattle comenzaban a tener el calor de la primavera. Con la llegada de Abril, la promesa de un sol reluciente era esperanzador, luego de venir de frío y pesado invierno que había comenzado antes de lo que esperaban, y terminó mucho después.

     Con la primavera encima, los compromisos se volvían mayores. Las cartas de presentación a las universidades, junto a las entrevistas online estaban a punto de comenzar. El baile de graduación estaba a la vuelta, y la capsula de tiempo iba hacer enterrada la semana entrante. Las cosas tomaban su curso, y las despedidas estaban cada vez más cerca.

     La casa de los Stern mantenía sus luces encendidas aún a las once de la noche. Los gritos de niñas riéndose y corriendo por la casa, hacían que el ambiente fuera divertido, la cocina estaba ocupada por las mujeres y los hombres estaban en el jardín haciendo una barbacoa.

     —Una rosa para ti— dijo Valery entregandosela a Lili —. Ahora, bailemos tango.

     —Estás loca— dijo Liliana tomando la mano de su hermana —. Pero, bailemos.

     Ambas se pusieron en posición, y comenzaron a bailar, todas en la cocina reían, y Thalia sacaba fotografías.

     —¡Oh, el pastel!— exclamó Melany cuando la campana del horno anunció el tiempo determinado.

     —Dije que no era necesario— dijo Liliana mirando a su madre sacar el pequeño pastel.

     —Es tu primer cumpleaños en Seattle— dijo su madre dejando el pastel sobre una rejilla —. Y quiero que sea espacial, el año que viene estarás en Boston.

     —No hablemos de futuro— pidió Owen entrando a la cocina —. Estos días, todos están sensibles con el tema.

     —Bueno, mis dos hijos se irán a Francia. ¿Qué debo hacer?— Owen miro a su madre —Bueno, eso depende de lo que diga Oliver, estaba considerando algunas universidades aquí. Ya veremos.

     —Aquí esta— anuncio Jack dejando la bandeja de Martinis en la encimera de la cocina —. Para las mujeres.

     —¡Abuelo Jack, abuelo Jack!— gritaba Aurora —¡Abuelo Jack! ¡Quiero jugo!

     —Muy bien, parece que el trabajo no termina— la tomo en brazos y le beso la mejilla —. Te haremos un super batido— Valery lo miró —. Sin alcohol, hija, no soy tonto.

     —Gracias, Jack— el le guiño un ojo y salió de cocina con la niña en sus brazos.

     —Yo vine por los platos— dijo Owen tomando la vajilla —. Ya todo esta listo, solo faltaban estos.

     Era un viernes por la noche. Y faltaba una hora para el cumpleaños de Liliana. Había sido idea de Melany y Diana que todos se reunieran esa noche.

     La mesa estaba perfectamente acomodada, habían unido un par de mesas para poder entrar todos. Owen, Oliver y Matt habían armado la mesa, mientras que Jack jugaba con las niñas, y los dos hombres restante hacían la barbacoa.

     Liliana miró el teclado de su celular, y escribía. Cada año desde que veía la psicologa, esta le pidió que el día antes de su cumpleaños le escribiera todo lo que había sentido de ese año. Lo bueno y lo malo. Y el día de su cumpleaños, justo antes de que termine, le escribiera todas las sensaciones que había tenido de ese día. Y siempre buscaban que cada año fuera mejor que el anterior.