Never Again [Editando]

Capítulo 60

Los Angeles, VENICE.

     —¡No, no, no!— gritaba Liliana mientras corría por la orilla de la playa mientras Oliver la perseguía.

     —¡Te voy atrapar!— gritó Oliver siguiéndola por toda la orilla.

     —Parecen dos niños— dijo un Matt divertido —. ¡Oye, Owen!— llamó el francés con una sonrisa —Pásame una cerveza, por favor.

     —¡Aquí tienes!— exclamó Owen lanzándose la cerveza, el francés la atrapó antes de que cayera a la arena.

     —¿Pueden cerrar la boca?— dijeron Vanessa y Thalia al mismo tiempo mirándolos —Estamos intentando relajarnos.

      —Ustedes lo único que quieren es agarrar una insolación— dijo Owen blanqueado los ojos —. ¿Y los dos tortolitos donde se metieron?

     —Están en el agua— apuntó Isabel sin levantar la vista del libro que tenía en sus manos.

     Oliver y Liliana se salpicaban agua entre ellos. Luego llegó un momento en el que Oliver se metio dentro del agua, tomó las piernas de Liliana y se puso de pie con ella sobre su hombro. Y se sumergió con ella en el agua.

     —Aquí tengo el balón— intervino Elian aventandole este a Owen quien lo atrapó.

     —¿Se anotan a un partido de vóleibol?— el West mayor se quitó las gafas de sol.

     —¿Jugarás limpio?— dijo Vanessa colocándose de pie —Deben tener cuidado con Owen, tien trucos sucios.

      —¡Chicos!— gritó Diana —¡Vengan almorzar!

     Recogieron sus cosas. Y esperaron a que Oliver y Liliana llegarán para secarse. Cuando ambos estuvieron listos Thalia revisaba las fotografías en la cámara. Miro a sus amigos quienes estaban rojos y llenos de agua.

     —¿Saben algo?— cuestiono Thalia con una sonrisa —Están perfectos para una foto.

     —Aquí tienes— dijo Matt cuando Thalía le extendió la mano —. Deberías acomodar el cabello a Liliana.

     —¡No lo toques!— gritó Thalia cuando las manos de Lili iban a su cabello —Está perfecto así.

     Oliver pasó su brazo por la cintura de Liliana. Y esta pasó el suyo por el cuello de Oliver, y la otra la dejo en el pecho de él. Liliana sonrió a la cámara, mientras Oliver solo estaba serio.

     —¡Vengan ya!— se escuchó el grito de Valery —No me hagan ir por ustedes, mocosos.

     —Eso me recuerda a la Valéry de los viejos tiempos— recordó Owen con una sonrisa.

     —Es mejor ir antes de que se vuelva loca— dijo Liliana caminando en dirección a la casa.

     En la terraza estaba la mesa puesta y sobre ella un montón de comida playera. Todos se movían de un lado a otro ayudando a traer la comida de la cocina a la mesa. Las niñas llevan algunos bols con comida y los dejaban en la mesa.

     Eran lo que Liliana nunca hubiera podido imaginar: una familia.

     Todos reían en la mesa y se pasaban los alimentos. Era un sentimiento hogareño lo que invadía sus corazones. Y esa sensación de no querer que acabe.

     —Mi camisa te queda bien— dijo Oliver con diversión mientras caminaban por la playa.

     —¿Es tuya?— se burlo ella con una sonrisa divertida —No sabía, solo tomé lo primero que vi.