Capítulo 35

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     —Quiero helado— dijo Thalía como niña berrinchuda, causado que Oliver gruñera.

    —Lo único que conseguirás será una ducha con agua fría— aseguró él con enojo —. Traen a Liliana a una fiesta y se desaparecen.

     —Guillermo te ama— soltó Christina causando que el coche quedará en silencio.

    —¿Quién es Guillermo?— pregunto Thalia de inmediato.

     —Es su amor platico— dijo Christina y luego sonrió —. ¡Oh, no, espera! Es viceversa. Liliana no le da una oportunidad al pobre.

     —¿Quién es Guillermo?— volvió a preguntar Thalia esta vez a Liliana.

     —Es un amigo de Miami, le gusto desde que tenemos trece años— se encogió de hombros —. Y aunque es la persona más pura que conozco no me gusta. La vida me enseñó que yo no estoy diseñada para estar con alguien.

     —¡Tonterías!— exclamó Thalía —Tú sigues enamorada de Oliver, ¿alguna vez lo superaste? Ustedes son como el Cliché de un libro juvenil.

     —Las dos, cierren la boca— exigió Oliver sin mirarlas —. Y Liliana llama a tú madre, Owen tiene un departamento saliendo de aquí, dile que las regreso antes de las doce.

     Liliana miro el reloj. Eran las nueve y media de la noche. En sólo una hora las dos mujeres habían quedado ebrias. Y no creían una opción llegar a la casa de Liliana con ellas en esa situación, lo que conseguirían seria un buen regaño, y no está demás decir que no saldrían por un buen tiempo de sus casas.

     —¡Jacob!— grito Damián para hacerse escuchar por encima de la música.

     —¿Qué ocurre?— pregunto él alejándose de la pelirroja con la que hablaba.

      —¿Dónde esta Oliver?— pregunto mirado a los lados —Lo he estado buscando desde hace una hora y no lo consigo.

     —Vamos afuera.

     Ambos salieron de la casa donde estaban. Afuera se podía respirar el aire fresco. Buscaron el auto de Oliver en el aparcamiento frente al garaje pero no estaba. Busco a su alrededor y tampoco estaba.

     —¡Claro! Yo hago la fiesta y el desparece- se queja Jacob cruzado de brazos —. Volvimos a las viejas andanzas.

     —¿Dónde se pudo haber metido?— cuestionó Damián —¿Crees que alguna chica logró convencerlo?

     —¿Dónde esta Thalía?— pregunto de inmediato —Ella vino con una amiga de Liliana. ¿Crees que Liliana estaría aquí?

     —Thalía y su amiga desaparecieron hace una hora— sonrió con diversión —Aunque fue lo mejor, ninguna estaba sobria. Y definitivamente no tienen aguante para el alcohol.

     —Liliana estaba aquí— aseguró una tercera voz quien estaba saliendo de la casa con un chico —. Oliver la encontró en la barra, el barman le sirvió una soda. Hablaban de algo, luego le dio un ataque, por su manera de tratar de buscar aire estaba mal, él la saco, luego de veinte o treinta minutos volvió a entrar y saco a Thalía junto a otra chica. Y se fueron, Oliver lucía muy molesto.

     —¡Maldición!— exclamó Jacob —Él y yo tendremos una seria conversación. No tengo problema con Liliana, al contrario me cae bien, pero no puede irse simplemente.

     —Gracias, Silvia— Damián le dedicó una sonrisa antes de que ella se fuera del lugar.

     —Más le vale regresar antes de la una, y quedarse hasta que esta mierda termine— dijo el cruzado mirando a las personas entrar y salir —, porque tendremos más problemas de lo que él espera.

Never Again [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora