Capítulo 39

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     Oliver miraba a Liliana a lo lejos. Estaba comiendo tranquilamente, lo que parecía ser un desayuno obligado por Thalia y Matt, quienes estaban demasiado distraídos discutiendo como para ver que Liliana sacar unas pastillas de su bolso.

     Ella saco una pastilla, y se la metió en la boca antes de que ellos se dieran cuenta. Y luego bebió de su jugo de naranja.

      —¿Qué dices, Oliver?— preguntó Jacob con una sonrisa divertida —Ya que serás el rey del baile, nosotros podemos ser los príncipes.

     —Oliver— llamo Damian —. Oliver, ¿estas escuchando?

     Los dos observabaron el punto fijo al que miraba Oliver. Y su vista fue justo a la mesa de Liliana, Thalia y Matt. Liliana se levantó en ese momento.

     —¿A donde vas?— preguntó Damian tomando el brazos de Oliver.

     —Cuando la ves, parece que se te olvida que todos los demás existimos.

     —Ya, chicos, se lo que hago— les aseguro safándose del agarre de su amigo —. Nos vemos en el entrenamiento.

     Corrió hasta casi alcanzar a Liliana, pero la dejo ir delante de él sin que ella se diera cuenta. Y entonces la observo mirar a los lados, y entrar sanitario de damas. Él miró los puntos de las cámaras. Si algo se sabía sobre privacidad, es que los baños deben tener puntos ciegos para la privacidad de las personas.

     Miró a los lados, y entró cerrando la puerta con pestillo justo detrás de él. Busco bajo los cubículos y se aseguro que no hubiera nadie más que ella. Entonces escucho, vomito, ella estaba vomitando.

     —Esa comida no pudo llegar a ninguna parte— dijo cuando la miró salir.

     —¿Qué diablos haces en el sanitario de damas?— preguntó ella cruzada de brazos.

     —Vine por esto— le tomó la mano, la pego a él —. ¿Nerviosa, muñeca?

     —Sueltame— alzo la cabeza y lo miro a los ojos —. Oliver, sueltame. O gritaré.

     —Espera un segundo— antes de soltarla, le saco la tableta de pastillas del bolsillo trasero de los vaqueros.

     —No tienes ningún derecho a meterte en mis asuntos— aseguró ella cuando el la soltó —. Regresame eso ahora mismo.

     —¿Por qué haría algo asi?— se cruzo de brazos —¿Qué excusas me darás estas vez? Esto te esta destruyendo, Liliana. Debes dejar de hacerlo.

      —Estoy bien— dijo ella cruzada de brazos —. No es tu asunto, Oliver. Regresame eso.

      —Veamos que dice tu madre cuando me muestre esto— ella frunció el ceño de inmediato.

      —¡¿A ti que te importa?!— exclamó ella —Lo único que debe realmente importante es que todo entre tú y yo no se complique.

      —Me importa, fíjate que si me importa— se cruzo de brazos —. No puedes hacerte esto, esta mal. Desde cualquier punto de vista, lo está. Y debes reconocer que tienes un problema, antes de que esto empeore.

Never Again [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora