Capítulo 56

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VENICE BEACH, Los Ángeles. Estados Unidos.

     —¡Hemos llegado!— grito Christina sacando la mitad de su cuerpo por la ventana.

     —¡Vueve a tu asiento!— exclamó Guillermo empujándola de vuelta al asiento.

      —Que aburrido eres— se quejo ella mirando a su amigo —. Sonríe un poco, nos hemos alejado de la nieve de Seattle.

       —Tu madre me va a asesinar si algo les pasa— le recordó —. Si no voy hablar con ella ni siquiera las deja salir de su casa.

     —Bla, bla, bla— dijo Abril —. Lo único que quiero es meterme en la alberca o en la playa.

    —¡Llegamos, perras!— grito Thalia sacando su cuerpo por la venta del techo de la camioneta.

     La casa era hermosa. Con una fachada clásica blanca, y detalles azules. Tenía un árbol donde colgaba una columpio de madera. En porche tenía un sillón colgante grande y una gran ventana donde habían flores. Era pequeña pero Lucía acogedora.

     —Extrañaba este sitio— lamento Owen bajándose de la camioneta, junto a él Vanessa, Claudia y Zack.

     —Este lugar es hermoso— la pelinegra tomó de la mano a su novio y miró el lugar —. Es como sacado de una película.

     —Oye, Lili— susurro Oliver cuando Thalia y Matt se bajaron de la camioneta —. Muñeca, ya llegamos.

     Liliana estaba profundamente dormida, y parecía muy cansada. Oliver intento volverla a llamar, pero nada parecía funcionar. Todos habían entrando a la casa, él apago el motor y bajo del auto rodeándolo. Cuando llegó junto a Liliana la cargo en brazos intentando no despertarla.

     Los gritos de los chicos no fueron suficientes para siquiera despertarla. Aún así, todos guardaron silencio cuando Oliver pasó con ella en brazos.

     —Vaya que está cansada— lamento April —. Me dijo que ha pasado varios días despierta con Aiden, ayuda a Valery.

     —Si, pero tambien estuvo enviando las propuestas a las universidades— dijo Guillermo dejando algunas valijas en el suelo.

     —¿Por cuál apuesta?— preguntó Zack —Supongo que a Francia, Oliver se irá.

     —Liliana apuesta por harvard— respondió Abril —. Ha sido su sueño desde siempre, si no es Havard, será Stanford.

     —¿Seguirán juntos?— Owen golpeó el hombro de su amigo —¿Qué? Es una pregunta bastante razonable.

     —Déjalos disfruta del tiempo más dulce de una relación— respondió Owen para que cerrará la boca.

     Mientras Owen los ubicaba en las habitaciones; Oliver entró a su habitación de la casa, y recostó a Liliana en la cama, le quito las vans que cubrían sus pies y la metió entre las cabijas, cerró las cortinas del balcón y la puerta. Solo pequeños rayos de luz daban poca claridad a la habitación.

     Oliver miró la hora, eran las cinco de la tarde. Liliana había dormido durante todo el vuelo, casi tres horas, y no tardo en hacer lo mismo cuando se subieron a las camionetas que los esperaban. Lucía realmente cansada, así que, si eso era lo que hacía falta para que recuperará toda su energía, Oliver era capaz de sacarlos a todos de la casa.

Never Again [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora