Capítulo 20

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En Miami. Estados Unidos

     —¡Cállate!— grito Abril de manera desesperada ante la palabrería de Guillermo.

     —Abril— le llamo su gemela tratando se tranquilizarla.

     —¡Abril, nada!— exclamó —¡Ya estoy cansada de escuchar lo mismo cuando te veo, Guillermo! ¡Todos te queremos mucho, pero es suficiente! ¡Ya no quiero escuchar más el nombre de Liliana, al menos no de tu boca! ¡Si algo te preocupa, marcarle! ¡Créeme que ninguno tiene una maldita bola de cristal para saber si ella se encuentra bien!

     El pobre chico no sabia que decir. Y es que desde que Liliana se había ido, Guillermo se había vuelto insoportable. Sus amigos ya estaban cansados de oírlo, no querían saber nada de Liliana al menos de que ella les escribiera o recibieran noticias importantes. Pero ya no querían escuchar el nombre de su amiga salir por los labios de Guillermo.

     —¡Chad, suelta eso!— pidió su hermano de manera comprensiva.

     —Yo me voy— Guillermo se levantó del sillón.

     —No— intervino Christina —Llamarás a Liliana, así este problema terminará de una vez por todas.

     —¡Chad, que sueltes eso!— volvió a gritar su mellizo al ver a su hermano seguir jugando con el ángel de Abril.

      —No quiero más problemas, Chad— pidió Abril volteándose a mirarlo.

     —Llama— insistió Christina tendiéndole el celular. El busco el número de Liliana en sus contactos.

     Marco. Coloco el altavoz. Todos estaban expectantes, querían saber que sucedía. Además de esa manera Guillermo dejaría de molestar. Liliana se había comunicado con ellos pero al parecer la única manera que Guillermo cerrará su boca era que Liliana se comunicará con él.

    —Bueno— todos quedaron en silencio al escuchar la voz de un hombre al otro lado de la línea.

     —¿Liliana?— cuestionó Guillermo, aunque sabia que esa no era su amiga.

     —Lo siento, no puede atender— esa voz no era de Adam, nadie sabía que sucedía.

     —¿Quién eres?— pregunto Guillermo, todos sabían que el chico estaba furioso.

     —Me tengo que ir. Soy Oliver— y todos se miraron —¿Necesitas algo? Sinceramente, ella no puede atender.

     Oliver fue el primer amor de Liliana. Guillermo colgó la llamada. Todos se miraron, había un solo Oliver que ellos conocían. Uno solo del que había hablado Liliana. Y era aquel niño que le destruyó el autoestima.

     Un estruendo en el lugar rompió el silencio que se hizo en ese momento. Estaba mal. Todo estaba mal. Así como lo que vio Abril hacerse pedazos al caer al suelo.

     —¡Mi ángel!— corrió Abril a donde estaba. Todos corrieron a observar la situación.

     —Yo, yo, lo siento mucho— se disculpo Chad de inmediato.

     —Lárgate Chad— pidió ella tratando de mantener la calma en todo momento.

     —Hermano, por favor— Chris le señaló la puerta. El pobre mellizo no tuvo más remedio que retirarse del lugar.

De vuelta a Seattle.

     Oliver caminaba de un lado a otro. Luego de que colgarán al otro lado de la línea había recibido noticias del médico. Pero al ser menor de edad, le pidieron el número de los padres de Liliana, y él les notificó que ya los había llamado.

Never Again [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora