Epigolo

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     —En ese momento Liliana Stern y Oliver West tomaron camino diferente. No me mal intérpreten, pero aún que su relación la terminaron, cuando dos corazones están unidos, no pueden evitar pensar en el otro. Así que mientras Oliver se seguía cuestionando si había hecho lo correcto, Liliana estaba justo ahí observando como todo había acabado. Como la vida no les daba ese tan esperando 'Vivieron felices para siempre' y es que no, no es una novela, un relato o cuento, esto era la vida real. No hay finales, y si los hay no son felices.

     >>Por esa razón Nunca más dejaría de amar a Oliver.

    Oliver nunca más dejaría de amar a Liliana.

     Y ellos nunca más se olvidarían que en Los Estados Unidos, especialmente en Seattle estaba alguien esperandolo, y que en París, Francia estaba alguien esperándola.

     Por eso aunque estuvieran lejos o separados su corazón no dejarían de latir en una misma sincronía, porque ellos estaban diseñados para estar juntos. Un complemento perfecto.

     —¿Terminó?— cuestiono una de las alumnas con un semblante indignado.

     —Asi es, la historia a terminado— aseguró ella cerrando el libro con una pequeña sonrisa.

     —¿Y hay secuela?— ella observo a su acompañante y ambos soltaron una risa divertida.

     —¿La vida tiene secuela?— les cuestiono y todos negaron —De eso se trata chicos, no hay secuelas, las cosas terminan donde deben terminar. Si yo y mi esposo terminamos nuestra relación, no existiría secuela.

     —Pero es una novela, no la vida real, profesora. Debería realizar una secuela— se quejo uno de los alumnos.

     —¿Qué no entendieron la última parte?— les cuestiono el profesor de fisiología —Por lo visto no. Profesora ¿me puede prestar su libro?

     —Claro, tenga— ella le extendió el libro y tomo asiento en el taburete que se encontraba detrás del atril.

     —Cito: Como la vida no les daba ese tan esperando 'Vivieron felices para siempre' y es que no, no es una novela, un relato o cuento, esto era la vida real. No hay finales, y si los hay no son felices.

      —¿Eso quiere decir que esta basada en echos reales?— pregunto otra de las alumnas observando el libro en sus manos.

     —Por supuesto que si, tiene los nombres de las personas originales— aclaro la autora —. ¿Es que es tan difícil de creer que su profesora de Literatura vivió una historia de amor? Todos pasamos por una.

     —Profesora, pero entonces ¿qué sucedió un Oliver? Dígame que se encontraron.

     En ese momento unos toques en la puerta hicieron que todos voltearan a mirar. Por esta paso una pequeña castaña con unos grandes ojos azules que buscaban a alguien en la habitación, su piel blanca se notaba tan delicada. Llevaba un vestido azul cielo con puntos blancos y un lazo en la parte de atrás, su piernas eran cubiertas por unas medias blancas para que no pasará frío, un pequeño abrigo blanco peludo y sus botas de invierno blancas eran tan tiernas como ella.

     —Mira, ahí esta— apunto el hombre que venía detrás de ellas.

     —¡Mami!— grito la pequeña corriendo en dirección a su madre quien se puso de pie y la elevó en sus brazos.

     —Mi amor— saludo dándole un beso en su rosadita mejilla —. No te muevas mucho o lastimaras a tú hermanito.

     La pequeña observo el vientre abultado de su madre que tenía exactamente siete meses de embarazo. Y según lo que sus padres le habían explicado dentro de dos meses o menos tendría un hermanito o hermanita que sería tan pequeña o pequeño como en las fotos de ella cuando nació.

Never Again [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora