Los Angeles, Hollywood.
—¡Las nenas han llegado, idiotas!— gritó Claudia entrando a la casa de Adam y Valery.
—¡Liliana!— exclamó Vanessa lanzándose sobre ella que estaba en el sillón.
—¡Feliz cumpleaños!— exclamó Liliana abrazándola.
Vanessa había cumplido año la semana pasada. Pero no fue hasta hoy que pudo regresar de Francia, luego de una fuerte discusión con sus padres, de cómo manejaria su vida, y no dejaría que nadie más interviniera en ello.
—A mi también me alegra verte— dijeron Valery y Thalia al mismo tiempo.
—A mi me vio y lo primero que hizo fue preguntar por Lilian— se quejo Owen dejando la valija de su novia en la entrada.
—¡Foto, foto!— gritó Vanessa tomando la mano de Liliana y arrastrándola con ella hasta el jardín de la casa.
—¡Oye, cuñada. Recuerda que te gusta mi hermano, no mi novia!
—Que se lleven también da miedo— dijo Adam quien estaba la cocina sirviendo bebidas junto a Oliver.
—Te adaptas— dijo Matt quien mira su celular esperando la pizza que habia encargado —. Oye, Oliver, mamá quiere verte en cuanto regresemos a Seattle, junto con Lili.
—Ya pensaba en visitarla.
En el jardín los chicos estaban en la alberca jugando vóleibol. Era el último fin de semana antes de retomar las clases, y Seattle seguía teniendo sus capaz blancas de nieve. Por lo que tomaron un receso en Los Angeles, para tomar algo del clima más cálido.
Christina estaba sentada en una tumbona el el jardín. Mientras miraba su celular con el ceño fruncido. Salían estaba leyendo un libro junto a ella, y la miraba de reojo cada cierto tiempo. Vanessa le quito el celular de las manos y se lo cambio por el de ella con la cámara ya activada.
—Christina, ¿puedes tomarnos una foto? Por favor. Claro como no, no hay problema– dijo con ironía Christina mientras se colocaba de pie.
—Lo siento, estoy emocionada, ya tenía ganas de volver— aseguró Vane con una sonrisa.
Vanessa estaba a la izquierda de Claudia, llevaba un sweater negro, unas mallas negras que cubrían todas sus piernas con orificios, unos vaqueros azules rotos que dejaban a la vista sus pierna cubiertas por las medias y unas sandalias de piso negras.
Claudia llevaba una camisa amarilla que dejaba ver su abdomen, una chaqueta de Jean, unos vaqueros negros, un bolso de mano negro y unas flats de piso amarillas.
Por su parte Liliana llevaba un Jumpsuit corto totalmente negros ceñido a su cuerpo, un sweater marrón de Oliver que le quedaba inmenso, su cabello era el único recogido y unas botas beige que le llegaban a mitad del muslo.
—¡Que comience la fiesta ya!— gritó Chad saliendo de la casa con dos botellas de alcohol.
Los adultos se fueron con los niños a pasear por Los Angeles, y habían decidió quedarse en un hotel por lo lejos que estaban de la casa. Era la primera vez que Valery pasaba tanto tiempo sin sus hijos. Y aunque merecía un descanso, se le notaba nerviosa cada cierto tiempo.
—Hola, hola— saludo Vane acostándose junto a ella, del lado contrario, dejando sus cabezas a la par.
—El cielo está hermoso— dijo Liliana mirando las estrellas —. Está despejado.
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Never Again [Editando]
Novela JuvenilEllos podrían ser fácilmente el Cliché más perfecto que van a encontrar. Porque eso son. Pero también hablamos de la superación de un corazón roto. ¿Cómo amas a alguien que tanto daño te hizo? Y lo más importante ¿Qué tanto amor propio te tienes? ...