GRACIELLA
El semblante de Lev cambia al girarse y ponerme tras su espalda, encarando a mi mejor amigo. Nada en su cuerpo pinta bien, sus músculos están en tensión mientras el rechinar de sus dientes se hace más fuerte.
Mierda, campanillas de alerta resuenan en mis oídos es cuando la conversación con su hermana en casa de sus padres inmediatamente llega a mi cabeza.
- No entiendo, si tú estás casada con mi hermano, entonces ¿quién era el chico guapo que te acompañaba, tu amante?
La madre que lo parió. Recuerdo su cara; sus gestos y el agarre de sus manos en mi cintura cuando su hermana dejó caer esa pregunta. Conozco un poco más a Lev y, sé que él no dejó pasar eso.
- ¿Su esposo, tú esposo?... Joder, Graciella.- Adrián dice con sorpresa llenando sus ojos, yo en mi lugar, me hago más pequeña.
- ¿Joder qué?.- Lev gruñe y yo me asusto.
Tiro de su brazo cuando el intenta avanzar, pero él me arrastra consigo, el agua salpica mi cara cuando Lev sacude su brazo fuera del alcance de mi agarre.
Aun estamos dentro de la piscina, y desde fuera mis padres, mi hermano y la pu... Lorena quién sonríe más que un contrabando de serrucho, están atentos de lo que sucede entre nosotros sin entender casi nada de que va el show.
Pero ella, Lorena, se hace una idea cuando me guiña un ojo, y la sangre me hierve en las venas.
Y yo estoy a punto de perder los nervios, ¿de que va su maldita escenita de celos?
- ¿Podemos hablar, sirenita?
- ¿Qué coño tienes que hablar tú con mi mujer?
Doy saltitos mientras con los brazos aleteo rompiendo la superficie del agua impulsándome hacia adelante, para alcanzarlo y posicionarme entre los dos, poniendo mis manos sobre el pecho de mi esposo lo empujo intentando inútilmente poner espacio entre ellos.
- Por supuesto, tengo que explicarte algunas cosas. ¿Vamos a casa?
Pregunto ignorando los gruñidos de Lev tras de mi. Adrián sonríe asintiendo, intenta sujetar mi muñeca pero una mano golpea la suya.
- No te pases de listo, hombre, y tú...
Me apunta con su dedo mientras la mandíbula tensa resalta algunas de sus venas.
- Y tú nada, voy a hablar con él quieras o no.
Paso por su lado negando con mi cabeza.
- Graciella...
- Lev, te lo advierto,- giro un poco mi cuerpo hasta que puedo verlo, ahora soy yo la que lo punta sin ningún miedo, con mi rostro encendido por la rabia y la vergüenza.- voy a hacer lo que me de la gana, te guste o no. Sí, un anillo adorna mi dedo y tu apellido esta junto a mi nombre pero eso no quiere decir que por que te salga de los...- hago una pausa para que mi boca retenga la palabra sucia que tengo en mente decirle.-, tengo que hacer lo que tu digas. Soy una mujer lo suficientemente grandecita para saber que debo o no hacer. Si me disculpas.
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Sr. Armstrong
RandomNo importa cuantos cielos traten de enamorarte, siempre elegirás el mismo infierno. Ganadora del Primer Lugar en la categoría "De Todo" en la primera edición de los GreenAwards2018.