CAPÍTULO XXI

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LEV

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LEV

Tamborileo mis dedos sobre la superficie de mi escritorio mientras observo como el cristal que contiene la bebida ambarina llora por el frío de los cúbitos de hielo en su interior, al mismo tiempo, con mi mano libre acaricio la prenda íntima de Graciella que me hace compañía desde hace unos cuantos días.

Mi esposa es un huracán en mi vida, y como no, los últimos días han sido una locura. Después de mi ataque injustificado de celos y mi marca personal con sexo en su cuerpo, mis noches son intranquilas; son frías por la falta del calor que desprende su cuerpo enredado al mío. No vi venir su reacción, me confié de su entrega y terminé pernoctando en una habitación diferente a la suya.

Si, mi esposa me echó de su habitación justo después de nuestro último roun sexual. Y aquí estoy, sentado en la soledad de mi despacho en nuestra casa en Florencia embriagando mis pensamientos insanos con Whisky. Florencia, que decir, llevo una semana sin verla, solo mantenemos contacto por un par de llamadas al día. Cortas para mi agrado.

Hoy afortunadamente llega a casa, a mi lado. A donde pertenece.

Estoy teniendo confrontaciones en mi interior, y realmente estoy dudando en darle más espacio. La necesito. La necesito de tal manera que mi cuerpo simplemente reacciona a su aroma en nuestra cama. La pienso incansablemente, me he vuelto adicto a ella sin siquiera darme cuenta.

Las cosas en mi negocio van viento en popa, aunque aun estoy algo receloso con el nuevo proyecto de mi hermano. Sé que funcionará como el quiere y yo estaré apoyándolo lo mas que pueda. Incluso, estoy algo indeciso en dejar trabajar a Graciella allí. No me gustaría verla rodeada en un ambiente algo sexual sin yo estar a su alrededor.

Vacío el contenido de mi vaso y vuelvo a llenarlo en un santiamén. No soy del tipo de hombres que mantiene parcialmente un alto contenido de alcohol etílico en su organismo, solo consumo lo necesario y en ocasiones que lo ameritan, como hoy, por supuesto.

El recuerdo de nuestro último encuentro llega a mi mente e inmediatamente cierro mi puño alrededor de la prenda de encaje rosa. La cosa es que, después de satisfacer mi hambre por ella, de dejar claramente mi posición y posesión sobre ella, caí rendido del agotamiento rodeando su cuerpo.

Jamás imaginé salir de la cama tan rápido por culpa de una cubeta de agua fría. Estupefacto, totalmente desnudo, con los ojos abierto y el cuerpo entumecido por el frío, me enfrente a su mirada rabiosa, cosa que no había hecho.

La cosa se puso fea cuando me sacó de la habitación a empujones con mi culo al aire, no me avergüenzo de mi cuerpo en absoluto, simplemente lo hago de ser el objetivo de burla de su "amigo".

Imbécil.

Sonrió justo cuando mi mente refleja el momento exacto que mi puño impacta en su rostro, fue mi desquite, creo.

Termino nuevamente mi Whisky y doy por zanjado mi consumo de alcohol por hoy. Algo tambaleante sostengo mi peso sobre mis pies, contemplando desde mi altura dos fotos que reposan sobre la madera de mi escritorio donde la imagen es de Graciella y mía, una justo en el momento de nuestra unión y otra poco después, donde le pedí que fuera mi novia.

Sr. ArmstrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora