- ¡No! ¡No, no, no! – Gritó entrando en pánico. Los otros conductores y personas que corrían por la acera para mirar el impacto, lo observaron con angustia. Un hombre marcaba en su teléfono el número de emergencia, mientras otros caminaban a trote hacia el camión y el auto para ver a los heridos e intentar ayudarlos.
Ithan también corrió sacudiendo el humo que se había formado en el ambiente. El corazón en su garganta y su cabeza dando vueltas, sus manos temblaban y seguía con la vista nublada, como si todo lo que estaba ocurriendo era una espantosa pesadilla. Las personas se acumulaban alrededor del accidente, tal cual si de hormigas atraídas a la azúcar se tratase. Ithan miró por un momento unos hombres que sacaban al conductor del camión de cargas, herido pero consciente.
- ¡Permiso! ¡Por favor! ¡Quítense! ¡Maldición! –Traspasó como pudo a las personas, empujándolos o esquivándolos, introduciendose entre ellos, hasta llegar al auto de Rachell que estaba casi irreconocible. Apartó la puerta del conductor que estaba casi suelta de un solo tirón, haciendola caer al suelo y asomó su cabeza en el conductor, pero lo encontró vacío. Sus ojos visualizaron el parabrisas destrozado, alzó la cabeza y se fijó en que otro cúmulo de personas rodeaban algo a la distancia. Corrió una vez más hasta llegar a ellos y haciendo el mismo procedimiento que antes, apartó a la gente.
Lo que vio, fue la imagen más atroz que pudo imaginar. Rachell estaba boca abajo, sin zapatos, los brazos y piernas abiertas y descoordinadas, el cabello esparcido por todos lados entre su rostro, cuerpo, y suelo.
- ¡No! ¡Maldición! ¡Rachell! –Cuando se dispuso a cogerla unas manos lo detuvieron. Miró a todos lados horrorizado.
- ¡No muchacho! No la toques.
- ¡Es mi novia, suéltenme! –Gritó intentando zafarse del agarre de los hombres que lo sostenían. Algunas mujeres taparon su boca al escucharlo, otras ya comenzaban a sollozar. Mientras los tres hombres que lo cogían hacían de todas sus fuerzas para alejarlo de la zona.
- ¡Tranquilo, amigo! ¡Ya está llegando la ayuda!
- ¡Suéltenme! ¡Por favor! –Sollozó pataleando, los hombres no pudieron sostenerlo y con tiento lo sentaron en el asfalto, lo suficientemente alejado del cuerpo de la castaña- Dios mío...no puede estar pasando... –Lloró tapándose el rostro con las manos. Los hombres intercambiaron miradas apenadas y se quedaron con él a una distancia prudencial para vigilarlo.
Las sirenas de ambulancia y autos de policía se oían mientras se acercaban, cada vez había más espectadores que estacionaban sus autos y miraban la escena. Ithan seguía sentado en el suelo, con las rodillas medio alzadas, los codos apoyados en ellas y las manos cubriendo su rostro. No podía salir del shock, no podía dejar de llorar con los dolores acumulándose en su interior.
Todo a su alrededor pasaba en cámara lenta ante sus ojos. Los paramédicos corriendo por su lado, yendo al cuerpo inerte de su novia a la distancia, las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos, pero ahora estaba paralizado, mirando todo pasar a su alrededor, como si de pronto estuviese muerto por dentro y no pudiera sentir nada.
Los policías lo levantaron del suelo y lo llevaron a la parte trasera de una ambulancia. Una mujer joven lo examinaba, pese a no estar involucrado en el accidente, le habían comunicado que era el novio de la chica, y al ver su estado de Shock lo atendieron de inmediato. La mujer pasó una linternilla por sus pupilas, mientras el visualizaba como atendían el cuerpo de su novia.
Las personas comenzaban a ser echadas de los alrededores del accidente. Los hombres de transito estudiaban los autos, como habían quedado, fotografiaban. El hombre del camión era atendido en una de las ambulancias.
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Ascendiendo de las Tinieblas - Segunda parte.
Любовные романыEl dolor de la ruptura y la pérdida había sumergido a Ithan Collins por largos meses. Cuando pensó que ya no quedaba más nada que le dieran ganas de vivir; en su vida, descubre que no todo está perdido. Después de haber atravesado un oscuro pasado l...