Gabriela recorrió con sus ojos el cuerpo del hombre frente a ella sintiendo que se quedaba sin aliento. No era como si no había visto cuerpos fuertes como aquel, después de estar en aquel mundo musical con fama en crecendo, había tenido la oportunidad de conocer a hombres que se manejaban en el mundo del espectáculo y cuidaban de su cuerpo de la misma manera.
Sin embargo, ver el de Samuel, el hombre con el que ha estado fantaseando desde que era una adolescente, que, pese a su edad, todos sus músculos se mantenían en su lugar, esos tatuajes que adornaban ambos brazos y algunas partes de su pecho. Su piel bronceada, su altura de casi metro noventa, y su masculinidad reaccionando frente a ella, la hizo alucinar. Trago grueso nerviosa y volvió los ojos a los verdes intensos de él.
Samuel contuvo la respiración y la fue expulsando lentamente por la boca, mientras sus ojos barrían el cuerpo de la joven frente a él. Sus pechos eran una fantasía que él había querido ver desde hace mucho, eran llenos, redondos, rosados. Su silueta era como la de un reloj de arena, cintura estrecha, caderas anchas, su feminidad era delicada, lozana. Su pulso le advirtió lo que ella le estaba causando en aquel momento. Sentía su vena Aorta latir con fuerza en su cuello.
-Gabriela... ¿Qué...qué demonios haces? –Reaccionó nervioso, se acercó a ella y la cogió por los hombros para luego darle la vuelta y acercarla a la puerta. Ella lo detuvo posando sus manos en el pecho duro de él, acercó un poco más sus cuerpos y lo miró desde bajo, él era mucho más alto.
-No –Samuel tensó la mandíbula y la observó- No me rechaces Samuel ¿Acaso tu no me deseas? Acaso ¿Soy yo la única? ¿No significa nada para ti lo que ha pasado entre nosotros? –La respiración de él, había aumentado, sentía su cuerpo a nada de tocar el suyo, el calor que desprendía llegaba a su propia piel. No podía contener la erección entre sus piernas. Gabriela se colocó de puntillas, posicionó una mano en la nuca de él y acercó sus labios a los suyos- Dime ¿No sientes nada? ¿No quieres tenerme?
-Gabriela yo...-Pero hablar fue un error, sus labios se rozaron y fue el detonante de su deseo.
Las manos de Samuel pararon en sus caderas, tiró de su cuerpo y lo pegó por completo al suyo, ocasionando que sus llenos pechos se pagasen a su abdomen. Sus labios se estrellaron y pronto comenzaron a besarse con intensidad. Sus labios se acoplaron, comenzando a besarse con desespero, mordisqueándose, saboreando sus lenguas y mesclando sus salivas.
Gabriela sintió que moría en aquel momento ¡Por fin iba a cumplir sus deseos! Temía que, de tanta espera, llegara antes del momento, ella quería que fuera perfecto. Samuel se inclinó sin soltar sus labios y la cogió por la parte trasera de los muslos para alzarla y hacerla enroscar sus piernas alrededor de él. La depositó con un poco de brusquedad en las baldosas empañadas de vapor y buscó con su boca el cuello de la chica.
Probó su delicado cuello, en centro de su pecho y sus senos, deleitándose con ellas, disfrutándolos. La sostuvo con su cuerpo entre la pared y él y con sus manos libres la acaricio y tanteó.
- ¿Estás cuidándote? –Preguntó mirándola a los ojos.
-Sí –Asintió. Samuel soltó un gruñido de frustración, sabía que la mujer ya no tenía edad para ser señorita, y no quería que lo fuera, pero en aquel instante, imaginarse a otro hombre disfrutando de ella y su espectacular cuerpo, le produjo celos. La cogió de los muslos y la alzó para adentrarse en ella. Cuando lo hizo, ella cerró los ojos gimiendo. Samuel apretó la mandíbula y pegó su frente de la de la rubia, sintiéndose satisfecho por estar dentro de su cuerpo.
-Tendrás que ser rápido, mi madre no tardará mucho en salir de la ducha.
Anunció ella con la voz entrecortada. Samuel volvió a gruñir, volvió a atacar sus labios mientras cogía sus pechos con una mano, y comenzó a empalar en su interior, sin piedad con rapidez y fuerza.
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Ascendiendo de las Tinieblas - Segunda parte.
RomanceEl dolor de la ruptura y la pérdida había sumergido a Ithan Collins por largos meses. Cuando pensó que ya no quedaba más nada que le dieran ganas de vivir; en su vida, descubre que no todo está perdido. Después de haber atravesado un oscuro pasado l...