9

8.8K 368 68
                                    


Mi alarma suena despertandome en seguida. No soy una persona que tenga el sueño pesado, así que cualquier cosa me puede despertar.

Después de estirarme un poco me levanto con pereza. Se supone que hoy tengo que ir a Inglaterra a cerrar un negocio de un restaurante. Definitivamente no me puedo quedar dormido y no ir.

Tengo que ir, es casi una obligación.

Entro al baño a asearme y pensar un poco en como tiene que ser esa reunión. Tiene que salir como lo planee, nada puede salir mal, porque estaría arriesgando uno de mis mejores proyectos.

No puedo arriesgarlo por nada del mundo. Tengo un día para hablar con los arquitectos, ingenieros y socios para tener todo listo antes de venirme de nuevo a New York.

Será fácil.

Salgo del baño con mis metas claras y me visto. Me pongo un traje negro, una camisa blanca sin corbata y mis zapatos negros. Me peino pero sé que es trabajo perdido, porque en el avión o saliendo del apartamento sé que me voy a despeinar.

¿debería cortarme la barba? No, mejor me quedo así para no retrasarme más.

Aunque no lo iba a hacer de todas formas.

Bajo a desayunar y Dinah me recibe con una gran sonrisa.

— Buenos días, señor. — Me deja el desayuno y mi café en la mesa mientras ojeo el periódico, hasta que algo capta mi atención y frunzo el ceño.

En la foto aparecemos Melody y yo caminando por la calle en nuestra cita, y en una esquina aparece Chloe conmigo tomados de la mano. En el encabezado se lee:

¡soltero no tan soltero!

Alerta señoritas, que parece que el guapo y super sexi empresario Mathew Sanger ya encontró el amor. Así lo encontramos caminado por las calles de New York con una chica desconocida.

Recordemos que el galán Mathew Sanger lo hemos visto con su hija de paseos por la calle, ¿será amor por partida doble?, No lo sabemos, pero lo que sí sabemos con seguridad es que el empresario se ve muy feliz acompañado de su hija y de su, ¿nueva novia?

— ¿Nueva novia? Solo salimos una vez. — Y aquí estoy yo, respondiendole a un periódico.

Dejo eso a un lado y me concentro en lo que de verdad importa: la comida.

No me he llevado el café a mi boca cuando Dom estrella la puerta al entrar.

— Tengo que recordar cambiar la llave. — Cierra la puerta y entra como si fuera su casa.

— ¡Buenos días, hermosas criaturas del señor! — Me da un beso en el cabello y hago una mueca.

— Podías haberte ahorrado eso.

— ¿Y perderme tu expresión? Claro que no. — Deja su mochila en el sofá — ¡Dinah de mis amores, ya llegué!

— No lo dudé ni un segundo, eres el único que viene con tanto escándalo.  — Dinah retira el periódico y Dom le lanza un beso.

— ¡Tengo hambre! — Ruedo los ojos.

— Debí imaginarlo. — Se desaparece para husmear en la cocina y confundir a Dinah.

Susan me envía un mensaje diciendo que ya está allá abajo esperándome. Dejo el plato en la mesa y termino mi café.

— ¿papi? — Miro a Chloe que está en la sala.

— ¿Que pasa, Chloe? — Me mira atentamente.

— ¿Te vas?

— Sí, Monita, tengo un viaje. — Me mira triste y frunzo el ceño.

Mi razón de vivir [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora