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- Gracias por acompañarnos hoy, señor Sanger. - Le sonrío a Sam Brem. Dueño de empresas Brem, en la cual soy accionista mayoritario.

- Sabes que estoy para eso. - Salimos de su oficina y llama a su asistente.

Actuo como sorprendido cuando veo a Adeline caminar hacia nosotros con apuro. Al darse cuenta que soy yo, abre un poco los ojos más de la cuenta.

- S-señor, y... Matt. - Le guiño un ojo y Sam nos queda mirando.

- ¿Se conocen? - Miro de reojo a Sam, sin perder de vista a la mujer que tengo al frente.

- Es una vieja amiga. - Él asiente - Me gusta verte así, Adeline. Espero que te vaya bien.

- Oh, de eso no te preocupes, Matt. Ella es una buena asistente y estoy pensando en dejar que maneje mi vida. - Me río mientras Adeline no deja de mirarme con sorpresa.

- Creo que eso sería lo mejor, Sam. Tu vida es un descontrol constante. - Miro mi celular y me percato que tengo que irme rápido. - Bueno, un gusto hablar con ustedes.

Le doy la mano a Sam y le doy un pequeño abrazo a Adeline.

- ¿qué tanto tienes que ver en esto? - Me susurra en el oído.

- Nada en realidad. - Me separo de ella - Me saludas a tu papá.

Con eso empiezo a caminar hacia la salida con una sonrisa de orgullo en mi cara. Tuve mucho que ver en que este trabajando aquí, pero tampoco es que ella se fuera a enterar.

Me subo al auto y Conrad arranca en seguida. Al minuto empieza a soñar mi celular y contesto.

- Dime sólo una cosa. - Frunzo el ceño al escuchar la voz de Mel.

- ¿sí?

- ¿Se te olvidó que íbamos a hacer la prueba de la comida, cierto? - Abro la boca y los ojos. Conrad me mira por el espejo un poco curioso. - ¿Matt? ¿se te olvidó, cierto?

Miro la hora y veo que estoy veinte minutos tarde de lo acordado.

- Claro que no, ya me estoy dirigiendo hacia allá. - Conrad frunce el ceño y para el auto.

- Tengo al cocinero esperando desde hace media hora. Me está empezando a mirar raro y es incómodo. Más te vale llegar pronto.

- Estoy allá en seguida. - Me cuelga y cierro los ojos un segundo.

- ¿a la empresa, señor? - Guardo mi celular en mi traje.

- No, llevame a la casa de mis padres. - Asiente y arranca de nuevo.

Por lo menos mi mamá está con ella.

¿porqué pensé eso? No es tan bueno que digamos.

Saco mi celular de nuevo y le marco a Dom.

- ¿me vas a invitar a comer de nuevo? Hay un restaurante nuevo de comida tailandesa. Opino que vayamos allá.

- En realidad, necesito que te encargué de las cosas de la empresa hoy.

- ¿qué? Pero si pensaba salir temprano hoy.

- Bueno, lo siento por frustrar tus planes, pero necesito que te quedes ahí. - Oigo su suspiro.

- ¿A qué se debe eso?

- Se me olvidó que había quedado con Mel de escoger la comida de la boda hoy.

- ¿vas a dejar la empresa sólo para comer? ¡Matt, ¿pero que te pasa?! ¡¿porque no me dijiste para ir también?! Le fallas a nuestra amistad, amigo. - Ruedo los ojos.

Mi razón de vivir [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora