49

3.6K 208 5
                                    


- Chloe, escuchame un momento. - Sale corriendo en la otra dirección antes de alcanzarla.

- ¡No quiero! ¡estás loco, papi! - Suspiro frustrado.

- Que mal, por que ya está decidido. - Se detiene, dándome la espalda. Entonces grita.

Pero no grita despacio. Grita como si tuviera un megáfono cerca de la boca. Mike al escucharla, sale corriendo hasta la cocina.

Bueno, alguien parece lo bastante inteligente en este apartamento.

- ¡No es justo, no es justo! - Empieza a dar pisotones al suelo.

Cuando decidí decirle a Chloe que no iba a ir más a la escuela por un tiempo, nunca pensé que esto terminaría así. La verdad, es que nunca había previsto el peor escenario de todos.

- Sólo será por un tiempo, luego puedes volver con tus amigos otra vez. - Entonces empieza a llorar.

- ¡Yo quiero ir con mis amigos! ¡no aquí! - Me paso la palma de mi mano por mi cara.

- Chloe me lo estás poniendo muy difícil.

- ¡No me importa! ¡quiero ir a la escuela! ¡No quiero quedarme aquí! - Me siento en el sofá y la miro. Tiene la cara roja de la rabia.

Bien, desde aquí debo escoger las palabras adecuadas para que esto no se ponga peor.

- ¿sabes? A mi me pasó lo mismo que tú. - Deja de mirar al suelo para mirarme a mi. - Mi mamá me sacó de la escuela de repente y empecé a estudiar desde casa. Ella decía que me ayudaría a no ser tan problemático y ayudaría en mis notas. Pensaba que era lo peor que me pudo pasar en mi vida, por que ya no podía ver a mis amigos, y mi profesora era muy aburrida. Pasaron los meses, y mi mamá me dejó regresar a la escuela, y estaba muy feliz, pero ya no era el mismo. Sabía que había cambiado algo en mi. Ya no tenía problemas con los niños. Mis notas mejoraron mucho y mi mamá me dijo con una sonrisa: "siempre tengo la razón, cariño".

Chloe sonríe.

- A lo que quiero llegar es, pequeña, que aveces los padres hacen cosas que a los niños no les parecen buena idea, pero lo hacen para su bien, aunque los niños no se den cuenta. - Le quitó un mechón de pelo de la cara. - Yo siempre haré las cosas para tu bien, aunque sean una mala idea para ti. Eso hacen los padres que quieren a sus hijos.

Me mira con duda.

- ¿cuando podré volver? - Hago una pequeña mueca.

- Bueno, eso no te lo puedo asegurar, pero esperemos que sea pronto. - Se queda en silencio unos momentos, para luego mirarme con seriedad.

- ¿Es porque tengo problemas, verdad? - Señala su cabeza.

- Tenemos que adaptarte a ese diminuto, minúsculo, problemita que tienes ahí dentro. Pero eres mi hija, así que estarás bien. Nada te puede quedar grande, Chloe. Hay que superarse entre los problemas, ¿bien?

Asiente despacio y le soy un beso en la frente.

- Ahora, ¿que quieres que hagamos? - Frunce el ceño.

- ¿Yo digo que hacer? - Asiento y ella lo piensa unos segundos.

- Tienes que comprar ropa. - Ahora es mi turno de fruncir el ceño.

- Pero si ya tengo ropa. - Rueda los ojos con dramatismo.

- Papi, tienes que vestirte bien cuando te cases con Mel. - Sonrío.

- No he tenido tiempo para hacer todas esas cosas. - Se cruza de brazos.

- ¡Pero tienes que hacerlo! ¡van a vivir felices para siempre! - Toma una pausa y estornuda - ¡Tienes que comprar ropa.

Mi razón de vivir [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora