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Me quejo cuando una canción suena en alguna parte de este lugar. Pensadolo bien suena exactamente igual a mi tono de llamada. Mel se remueve en la cama, mientras yo trato de dormir de nuevo.

— Matt, contesta. — Me dice Mel con una voz adormilada. Me mueve varias veces y abro los ojos, viendo mi celular vibrar en la mesita de noche.

A ciegas, atiendo mi celular sin ver quien es.

— ¿quien...?

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, AMORCITO!
— Alejo el celular de mi oreja por el grito.

— ¿Dom?

— ¡¿quien más si no?! — Frunzo el ceño y veo la hora.

— Dom, son las cuatro de la mañana, ¿que carajos haces llamándome a esta hora?

— Quería ser el primero en felicitarte, amorcito, ¿fui el primero?

— ¿quien más me llamaría antes de las cuatro de la mañana solo para eso?
— Él ríe, pero yo no le encuentro ni puta gracia.

— ¡Adivina! — Ruedo los ojos.

— ¿que pasa?

— ¡estaré en Nueva York para tu fiesta! ¿no es genial?

— ¿fiesta? Yo no voy a hacer ninguna fiesta.

— Donde hay un Dominic hay una fiesta, y esta no será la excepción.

— Sí, sí, como quieras, ¿hablamos cuando mi cerebro esté totalmente despierto? Es que hablar contigo así es como estar en un campo minado.

— ¡Te amo, querido! — Cuelgo y vuelvo a acostarme para poder dormir unos minutos más, antes de levantarme para hacer la rutina.

***

Dinah es la primera en felicitarme cuando bajamos los tres a comer. Observo la cara de sorpresa de Chloe, y el ceño fruncido de Mel.

— ¿estás cumpliendo años, papi? — Asiento y Chloe se lanza hacia mi y la alzo en brazos — ¡Feliz cumpleaños, papi! ¡te quiero!

La abrazo y ella me da un pequeño beso en la mejilla.

— No tengo ningún regalo para ti, lo siento. — Hace un mohin y yo sonrío.

— No te preocupes, ¿que tal si me das uno de esos abrazos? — Ella ríe y me abraza fuerte. Luego de más abrazos, la bajo para que vaya a desayunar.

Miro a Mel que se cruza de brazos y me mira con una ceja alzada.

— ¿me ibas a decir? — Me encojo de hombros y ella sonríe. Viene hacia mi y me abraza. — Estoy un poco molesta porque no me lo habías dicho, pero, feliz cumpleaños, cariño.

Me besa profundo y con exigencia. Como tenemos compañía pequeña, no dura mucho el beso. Al terminar, me besa la mejilla. Nos sentamos en la mesa a comer el desayuno.

— ¿cuantos años? — Me pregunta Mel.

— 27 apenas. — Chloe ríe.

— Estás viejo, papi, muy viejo. — Le saco la lengua.

— Que raro que tu mamá no haya llamado. — Dice Mel y yo siento con un ligero ceño fruncido.

— Verdad, ¿le habrá pasado algo? — Mel no alcanza a responderme porque su celular empieza a sonar. Cuando Chloe termina de desayunar, le digo que vaya a buscar sus cosas.

— Hola... — Me mira de reojo — Oh, claro que sí... iría después de trabajar... bueno, gracias. — Entonces cuelga.

— ¿vas a salir? — Ella asiente.

Mi razón de vivir [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora