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Abro los ojos por la molesta claridad de la puerta. Enfoco mi vista y lo primero que veo es el rostro de Melody completamente dormida. Sonrío al verla tan calmada y en paz, con la luz del sol bañando su rostro.

Es algo muy lindo.

Bajo un poco mi mirada y veo a Chloe abrazar a Mel con sus piernas enredadas en las mías. Es una posición algo rara, pero ella así está acostada. Luego de un momento de verlas a las dos durmiendo, me bajo de la cama y busco una pantaloneta para ponerme.

Me cepillo los dientes y busco mi celular para ver la hora y ubicarme un poco con este lugar.

01:12 pm.

Veo una taza de café en la mesita de noche y la tomo. Las dejo dormir a las dos y me voy al balcón. Siendo sincero, la vista de este lugar es espectacular; solo con la vista al mar y la brisa marina dan a este lugar un toque mágico. Me tomo el café con tranquilidad y pienso en que voy a hacer hoy. Si bien mi hermano se casa en unos días, tengo que hacer algo mientras eso sucede. Si tengo suerte, podré ir con Mel y Chloe.

Me gusta estar con las dos, como una familia. Ese pensamiento me deja una calidez en mi pecho un poco raro. No había estado tan enamorado desde... creo que nunca. Con Kathy fue algo muy diferente que con Mel, empezando por el hecho de que nunca estuve tan enamorado de Kathy. Sí, la quería mucho, y sentía que si pasaba más tiempo con ella podría enamorarme de ella, pero nunca pudimos descubrirlo. Con Mel fue algo más rápido, no necesité tiempo para enamorarme. Pasó tan rápido que no me di cuenta en que punto estaba colada en mi sistema, y ahora siento que si no la tengo... no podría vivir bien.

Además, no seré el único que le pase eso; a Chloe definitivamente le va a doler que Mel no esté con nosotros, y no sé si podré estar con alguien más.

Un movimiento hace que vuelva a la realidad y me encuentro con Mel también mirando el horizonte. Ella gira su cabeza y me sonríe.

— ¿Buenas tardes? — Le ofrezco de mi café y ella acepta con agradecimiento.

— Buenas tardes. — Me mira de reojo pero no pierde su interés en el océano. — ¿tienes hambre?

— Demasiado, ¿vamos a comer? — Me encojo de hombros.

— Quizás mi madre esté organizando un almuerzo para todos, seguro ya sabe de tu existencia. — Termina el café y lo deja en la baranda.

— Bueno, dormimos juntos, tu mamá debe tener mucha curiosidad. — Sonrío y pienso que debe tener mucha razón.

— Es raro que no me haya llamado.

— Debe estar esperando que todos hayan descansado bien, son muchas horas de vuelo. — La miro con detenimiento. Tiene algunos mechones de cabello fuera de su moño, haciéndola lucir desaliñada. Su rostro sin rastro de maquillaje, la hace ver más natural y hermosa de lo que se ve con maquillaje. Está en pijama todavía, cosa que es inquietante para mi, ya que jamás la había visto con algo tan corto.

Trato de ser un caballero, pero no dejo de ser hombre y tener pensamientos un poco... imaginativos.

— ¿que pasa? — Frunzo el ceño ante su pregunta. — Me estas viendo con mucha concentración.

— No nada, solo que estas linda. — Ella sonríe con timidez.

— No estoy siquiera arreglada. — Me encojo de hombros.

— Debes saber que para mi, estas linda a cualquier hora, de cualquier manera. Así natural, te ves aún más hermosa. — Sus mejillas adquieren un tono rojizo.

— Pensé que maquillada era más linda. — Le aparto un mechón de pelo que la brisa acercó a su ojo.

— ¿quieres que te diga un secreto? Pienso que las mujeres se deben sentir seguras así como son, sin maquillaje, ni implantes, nada de eso. Tus pecas cerca de la nariz, tus párpados sin color para resaltar, te hacen aún más especial y única. — Se vuelve aún más roja.

Mi razón de vivir [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora