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Desde el baño escucho mi celular sonar. Si voy a contestar, no me quito la barba, y necesito hacerlo. Espero unas semanas más, y quedaré como un indigente.

— ¡Mel! ¡¿puedes contestar por mi?! — Entonces la música deja de sonar y a lo lejos escucho el murmullo de Mel.

Al terminar, sonrío hacia al espejo mirando mi rostro sin barba. Me seco y salgo, encontrando a Mel mirando mi celular como si lo odiara. Su postura tensa me hace pensar que tal vez, no fue el celular después de todo.

— ¿te hizo algo mi celular? — Alza la mirada, viéndome con enfado.

— Recibí una llamada de tu querida amiguita Kiara. — Hago una mueca casi imperceptible  — Dijo algo acerca de una reunión de tuvieron los dos, y lo encantada que está de que la invites de nuevo.

— ¿crees que la invité? — Se cruza de brazos.

— ¿no lo hiciste? — Estuviera bien responderle si no fuera por el tono sarcástico que le puso a la pregunta. Mi celular suena de nuevo y ella sonríe mirándolo.

Camina hacia mi y choca el celular contra mi pecho.

— Debe ser ella de nuevo. Tomalo, no dejes que te detenga. — Entonces sale de la habitación.

Tengo intención de seguirla y explicarle toda esta confusión, pero primero le contesto al que me está llamando.

— Habla Matt.

— Hola Matt. — Ruedo los ojos al escuchar de voz de Kiara.

— ¿que quieres Kiara?

— ¿ya te he dicho lo que me encanta que vayas al punto en seguida?

— ¿tienes un problema de audición? ¿que quieres Kiara?

— Saludarte, obvio. — Masajeo el puente de mi nariz para calmarme y no lanzar el celular por la ventana.

— Quiero que te quede claro algo, Kiara. No somos nada, ni siquiera te considero mi amiga. Tengo una relación que de verdad me importa y no quiero perder el tiempo hablando contigo de cosas que no tienen sentido. Deja de llamarme y aparecer en mi oficina. No tenemos ninguna relación ahora, ni laboral, ni romántica, ¡deja de insistir! — Y para darle más dramatismo a la cosa, cuelgo sin esperar respuesta.

Bien, siguiente paso: buscar a Melody.

Lo bueno es que Chloe no está aquí. Su abuela se la llevó a no sé donde, a hacer no sé que. Solo estamos Mel y yo, porque hasta Dinah se fue al cumpleaños de su hijo. Sitio exacto para una discusión si no quieres ser escuchado, ni interrumpido por nadie.

Bajo hasta la sala principal en donde creo que está y la encuentro con los brazos cruzados, mirando una pintura en la pared. Me la regaló Dom, y aunque la pintura es terriblemente fea y Dominic no sabe un carajo de arte, la conservé porque seguramente, después Dom iba a comprarme unas más feas.

— ¿viendo la pintura? — Ni siquiera me mira.

— ¿ya terminaste de hablar con tu amiga? — Dijo "amiga" como si la propia palabra le asqueara.

— Ella no es mi amiga. — Entonces me mira con gesto irónico.  

— Oh, ¿y cuando tenían sexo si eran amigos? — Dejo mi rostro sin expresión.

— ¿que es lo que te molesta de verdad? ¿haber tenido sexo con ella, o que ella me llamara? No te entiendo.

— Me molesta que te llamé para decirme que tuvieron una "reunión", la cual está encantada de tener de nuevo, sabiendo el pasado que tienes con ella. — Camina lejos de mi — ¡y ni siquiera me dijiste!

Mi razón de vivir [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora