HARRY POTTER ¤ OS & PREFERENCES

OS+18 » Severus Snape

Título: Castigo
Personaje: Severus Snape
Tipo: +18
Dedicado a: AlejandraDuarte6

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Amelia Lickwood era una chica de sexto curso con problemas de comportamiento así que era bastante normal saber que todas las tardes tenía detención.

Pero todo cambió el día en el que la Gryfindor se sorprendió al saber que Mcgonagall decidió que Severus Snape sería quien corregiría tan terrible comportamiento.

-Deberías tener cuidado- dijo Harry mirándola preocupado. Aquella misma tarde les había comunicado la desgracia a sus amigos.

-No lo sé chicos, ¿qué tan malo podría ser?- preguntó restándole importancia pues no quería que nadie supiera que realmente no le molestaba.

-¿Qué tan malo?- la miró Hermione incrédula. -¡Terrible!, preferiría que me expulsaran antes de pasar toda una noche experimentando sus castigos- admitió la castaña y todos asintieron de inmediato, incluso Neville quien había estado escuchando.

Las 8 en punto y Amelia se encontraba decidida en la puerta del despacho de Snape.

Tocó un par de veces e inmediatamente le abrieron.

-Veo que por lo menos es puntual- siseó aquel malhumorado hombre. -Adelante, tomé asiento y comience con su trabajo- pidió señalando un lugar frente a uno de los sillones, ahí se encontraba un pequeño banquillo y sus "instrumentos de trabajo".

-¿A quien asesinaremos hoy?- preguntó la chica con un toque de diversión.

-Lamento decepcionarla señorita Lickwood pero hoy sólo se encargará de lustrar mis zapatos- dijo dirigiéndose a su lugar.

La chica bufó y tomó asiento frente a él dando comienzo así a su trabajo.

El silencio reinaba en el lugar, lo único que lo interrumpía era el sonido que aquel profesor causaba al pasar la paginas del libro que leía.

Amelia pronto se sintió sofocada por aquel incómodo momento por lo que para poder respirar aun mejor se quitó tanto la túnica como el suéter del colegio, se atrevió incluso a deshacerse de los dos primeros botones de su camisa y una vez satisfecha continuó con su trabajo.

Lo que no sabía era que había hecho todo aquello bajo la atenta mirada de cierta serpiente.

Severus era un hombre mayor y sería mentira decir que a sus 36 años no tenía necesidades que satisfacer. Fue ahí cuando se dio cuenta de que no le convenía meter a jovencitas a su despacho por las noches en donde se encontraba más tranquilo y vulnerable.

Por su parte Amelia notó un ligero cambio en el ambiente, comenzó incluso a escuchar la pesada respiración de su profesor.

A esas alturas Severus Snape había sido totalmente persuadido por su imaginación y no dudó ni un segundo en echar un vistazo a aquella chiquilla. Se encontraba de rodillas frente a el bastante entretenida puliendo cada centimetro de sus zapatos, por un momento deseó que estuviera arrodillada frente a él puliendo otra cosa.

¡ALTO! ¡¿Por qué fantaseaba con una de sus alumnas?!, se sintió extraño por un segundo y la cosa empeoró al recordar que se trataba de una Gryfindor, definitivamente su orgullo no se lo perdonaría.

Amelia notó el repentino aumento en la velocidad de su respiración y alzó su mirada encontrándose con su profesor mirándola directamente.

Se le veía totalmente diferente con sus facciones relajadas, podría decir que incluso le pareció un hombre bastante atractivo. Un escalofrío recorrió la espalda de la chica y comprendió lo que sucedía en cuanto se percató del bulto que comenzaba a formarse en el pantalón de su profesor.