d u o d e c i m

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Todo había vuelto a sus estado normal; Ryan había vuelto a la casa y claro, lo primero que hicieron fue encerrarse en el cuarto fe Tyler a hablar de lo sucedido en esos días. La nueva cama de Tyler ya estaba en su cuarto y Josh estaba en sus estado normal.

Hoy había venido Hayley a hacerle una prueba de embarazo al omega para saber si se había logrado la fecundación.

—¿No es muy pronto para saber si estoy en cinta o no? —interrogó el castaño mientras la pelinaranja le extraía sangre del brazo.

—En sí has tenido relaciones con el enano seis días seguido y quizás puedes estar embarazado desde el primer día ya que debieron estar como conejos —sonrió picara—. La prueba que te voy a hacer es ultra sensible así que detectará hasta el mas mínimo cambio hormonal —después de terminar con el proceso guardó la muestra—, en la tarde estaré trayendo los resultados. Ahora dime, ¿como vas con el dolor de cadera? —movió sus cejas inquizidoramente, ya que desde el primer día la llamaron para que le diera algo al omega, éste no se podía mover y aún el día de hoy le dolía.

—P-pues ya está mejor, ya puedo caminar, a-aunque no me puedo agachar —dijo lo último en un susurro que pensó que no podía escuchar la tintada. Error.

—¡Y eso que le dije al enano que fuera suave! —bramó limpiandose las lágrimas—, ¡tiene el tamaño de un chiguaga pero con la fuerza de un maldito toro... arrg! —sostuvo su estomago y seguía riendo hasta que fué jalada de la parte trasera del cuello de la camisa y arrojada a una pared.

—Deja de hacer tanto maldito ruido jodida cabra —la ronca voz de Josh hizo presencia—, si ya terminaste lárgate y has tu trabajo —la tintada aún riendo salió cojeando de la habitación—. Tú, mocoso, ya está el desayuno, tu amigo la güera ya está abajo.

—Deje de decirle güera, él es hombre —reclamó el menor.

—Él tiene de masculino, lo que tú de virgen —dijo el tintado y salió de la habitación antes de que el menor dijera algo.

Tyler bajó después  y claro fulminado con la mirada al alfa que sólo le regreso con una sonrisa juguetona. Se sentó en la mesa del comedor junto a Ryan.

—Tyler, ¿como sigues? —preguntó el ojiclaro.

—Ah, ya mejor, al menos ya puedo bajar sin ayuda.

—Recuerdame mantenerme virgen —dijo divertido Ryan.

—Cada minuto de tu vida —contestó el castaño—. Si a mi me dejo así el enano, imagínate a ti con el mastodonte —con lo dicho, a Ryan se le subieron los colores a la cara.

Pasaron el desayuno entre chistes, risas e insultos del mayor, el cual en esto días no había salido de la mansión, además los omegas estaban emocionados ya que ese día llegaba la tía del viaje.

El resto del día el par de omegas la pasaron viendo películas, mientras el peliazul trabajaba desde su despacho.  Que no fuera a la oficina, no significaba  que no hubiera trabajo.

—Es raro tenerlo todo el día aquí —dijo Ryan. Era fin de semana, así que el ojiclaro tampoco tenia clases.

—Lo es pero, ¿que se le puede hacer?  —comían palomitas de maíz. Cuando de repente la puerta fue abierta de par en par, dejando ver y escuchar a una tintada con lentes.

—¡Enano!, ¡no llores que ya volví! —gritó ésta y un libro le fue lanzado, pero lo logró esquivar—. ¿Y asi tratas a quien trae buenas noticias?.

—Deja de ser tan putamente escandalosa y si vue... ¿buenas noticias? —repitió y los dos omegas también estaban pendientes a lo que la tintada iba a decir—. Habla de una maldita vez.

ALQUILADO   ||  joshler;omegaverse ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora