n o v e m

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Tyler subió los mas rápido que pudo a su habitación, ignorando a sus amigos. Cuando llegó cerró la puerta tras de sí, y le puso seguro.

—Do-donde... —empezaba a jadear y a respirar erradamente. No sabía donde podía tener algún supresor, ya que le hicieron dejarlos cuando firmó el contrato—, baño... —las piernas le temblaban pero como pudo llegó al baño—, n-no tengo —acelerado buscó donde normalmente guardaría pero no había. El calor era insoportable, había comenzado a soltar pequeños gemidos. Se apoyó en el marco de la puerta del baño—. Dios... —recordó y notó que se sentía igual de doloroso que su primer celo; sentía como se humedecían sus pantalones.

—Tyler —se escuchó la profunda voz de Josh al otro lado de la puerta y algo en el cuerpo del castaño hizo click; sus piernas no dieron más y cayó de rodillas al piso—, abre —habló nuevamente el tintado, se estaba reteniendo.

Del pequeño sólo salían jadeos. Estuvo a punto de perder la poca cordura que le quedaba pero se acordó de algo. Gateo hasta la mesita de noche; sabía que él iba a entrar en cualquier momento, abrió el cajón y sacó el collar que le había dado Hayley.

—Tyler, ¡abre ya! —un gruñido salió de los labios del mayor logrando que un escalofrió recorrió la espalda del mencionado.

Las manos del castaño temblaban pero como pudo se puso el collar.

Pudo sentir como el aroma de Josh se hacía más fuerte provocando que su omega interior chillara. No soportaba más y aún en el piso apoyó su cabeza en la cama, mientras sus manos se hundían en su entrepierna.

—Jo... Josh —aquello apenas salió en un susurro combinado con sus jadeos, sin embargo, fué lo suficiente para que el tintado lograra escuchar.

En ese instante la razón los abandonó y lo siguiente que se escuchó fue el tronar de la madera partiéndose.

Tyler volteó a ver a la puerta; Josh había roto el cerrojo de la puerta y entraba lentamente.

—Josh... —gimio bajito con ojos llorosos el pequeño.

El peliazul con todas sus fuerzas había destrozado la cerradura y cuando entró -como una ráfaga-, el aroma a canela lo golpeó de lleno en la cara. Su boca se llenó de saliva.

Cuando por fin vio al castaño en el piso, junto a la cama; con la cabeza apoyada en esta, los ojos lloroso, la cara sonrojada, sudando y con las manos en la entrepierna.

Joder que vista... tan indefenso, pensó.

Tragó grueso y entro"cerrando" la puerta. Caminó con la mirada fija en esos ojos chocolatosos que lo veían suplicantes.
Cuando llegó donde él se agachó hasta quedar a la altura de la cara del castaño, puso una mano en la barbilla del contrario para que elevara el rostro, hundió su nariz en el cuello del omega, inhalo profundo para después soltar un gruñido que hizo soltar un leve gemido al menor.

Deslizó su nariz desde el cuello hasta llegar a la oreja de Tyler, su aliento chocaba con la piel del contrario. Sentía como el aroma era tan fuerte, vicioso. Nunca había olido algo así, su alfa interior rugía, tenía ganas de arrancarle la ropa y empotrarlo ahí en el piso, embestirlo tan fuerte que se le destroce la cadera.

Pero no.

Tenía que ser cuidadoso. Era la primera vez de Tyler y no lo iba a traumar.

—Mocoso —fue lo único que dijo antes de rodearlo por la cintura para alzarlo. Ante esto el castaño rodeo el cuello del peliazul con sus brazitos. Sentía el calor acumulándose donde el mayor lo tocaba y se sentía tan bien. Soltaba gemidos sin pudor en el oído del éste—. Joder, Tyler... —Josh lo tiró en la cama—, si sigues así... _pausó tomando aire—, no me podré controlar y te juro... te juro, mocoso de mierda, que no caminarás en un mes.

ALQUILADO   ||  joshler;omegaverse ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora