◈ una necesidad ◈

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Los días pasaron y Elle comenzaba a sentir los síntomas de su celo. Su aroma había cambiado tanto que hasta ella misma lo había notado, así que se imaginaba que aquel hombre lo había notado también. Y sentía vergüenza, sentía vergüenza de sí misma por el simple hecho de que fuese como una invitación para el alfa y con eso la podía usar las veces que quisiera.

Elle se levantó de la enorme cama  y camino en silencio hasta la puerta. Estaba sola y quería seguir estando así pero su hambre la estaba matando. Ella sabía que no debía salir de allí, no lo tenía permitido o bueno eso era lo que pensaba. Zack no le había dicho nada, ahora que lo pensaba. Solo le había dicho que le avisara cuando saliera para así no preocuparse. Le estuvo raro pero aún así seguía siendo el mismo hombre que le había hecho daño.

-¿Desea algo?- preguntó un joven beta con una sonrisa en sus labios.

Ella había caminado por algunos cinco minutos y no veía nada. Solo había visto varias puertas similares a la de la habitación en la que estaba. Aquel beta se acercó a ella al verla un poco desorientada y trató de ayudarla.

-¿P-Porque todos son amables conmigo?- preguntó Elle frunciendo el ceño. Dio unos pasos atrás cuando vio a otra beta acercarse.

-Porque queremos y uno tiene que ser amable con quien sea. ¿Que desea?- agregó

-Tú alfa quiere saber si ya haz comido- preguntó la beta.

¿Acaso seguía dormida? Porque definitivamente estaba soñando. Ningún beta le había dirigido la palabra y los únicos que lo habían hecho era para aprovecharse de sus puestos y hacerle todo lo que no tenía permitido. Pero estos betas eran buenos o por lo menos eso era lo que Elle pensaba. Ellos no la habían castigado por estar a fuera sin permiso.

-¿M-Mi alfa?- preguntó asustada.

Le asustaba escuchar eso, "tú alfa". Recordaba todos los alfas que se autoproclamaban así. Y no era un recuerdo lindo, todo lo contrario. Era algo que quería olvidar pero no podía. Aquellos recuerdos de los alfas tratándola como animal, de hecho peores que lo animales, eran como tatuajes en la piel. Te acompañarían por el resto de tus días hasta que tu piel se deshaga.

-No te preocupes. Estás bien ahora.- dijo la mujer beta -Nos dedicamos a salvar a omegas de las granjas y el centro en el cual estabas- agregó

-¿Que?- preguntó incrédula Elle

No creía que ellos fuesen lo que esa mujer decía ser. Ellos no merecían nada, ellos solo merecían ser maltratados. Los omegas vinieron para ser utilizados solamente para motivos sexuales. Para eso era lo único que servían. Y por eso le costaba mucho creer que aún quedaban personas buenas en ese pueblo.

-¿Desea comer algo?- volvió a preguntar el beta y Elle asintió aún confundida -Síganos-

Otros cinco minutos más y los tres entraban a una enorme cafeteria. Había muchas personas y en su mayoría eran omegas. También habían betas y muy pocos alfas. La hora era el motivo por el cual estaba tan llena.

-Mi nombre es Dalia y él es Kale- se presentó y Elle solo asintió.

De seguro ellos sabían su nombre o eso era lo que ella imaginaba hasta que vio las miradas expectantes de ambos betas.

-S-Soy Elle- susurró.

Se acercaron para que ella pidiese y cuando pudo pedir lo que realmente quería sus ojos se agrandaron más. ¿En que momento ella cambió de comer una pequeña porción cada dos días a comer lo que ella quería en solo minutos? ¡Y tenía permitido repetir!

-¿Estás segura que puedo pedir lo que quiera?- preguntó Elle viendo hacia el suelo. Los omegas tampoco tenían permitido mirar a los ojos a los betas.

Dalia asintió con una sonrisa -Sí, y cuanto quieras- y Elle jamás sintió tener tanta hambre como en ese momento.

Varios minutos después llevaba su bandeja llena de pura comida. Una gran variedad de comida fácil de hacer. Se sentó en una de las mesas que daban a la puerta principal y estaba dispuesta a devorar todo aquello pero aquellos dos betas no la dejaban. ¿La estarían velando igual que en el centro? Entonces para que iban a pasar el trabajo de llevárselos si seguirían en cautiverio.

-Dalia será mejor que nos vayamos- dijo Kale -Ella no está cómoda con nosotros aquí- dijo y Dalia asintió levantándose.

Por fin Elle pudo respirar en paz. No es que ellos la hacían sentir incómoda pero no estaba acostumbrada a comer y que otros velaran para que no dejara nada en el plato, de buena manera. Porque cuando estuvo en el centro ellos no se preocupan por los omegas para que tuviesen su raciones como se debía. Tuvo muchas veces que pelear para que ninguno de los otros omegas robaran sus raciones.

Su cuerpo se tensó y sintió como su estómago se revolvía. Lo sentía, sentía la esencia del alfa que la había cuidado las noches anteriores. Su piel se erizó y sintió un tirón en su vientre bajo. ¿Que coños le pasaba? ¿Porque actuaba de esa manera? ¡Se desconocía! Ella no podía reaccionar así. Ella debía sentir miedo por él no podía sentir esa dependencia a él.

Su esencia se intensificaba a cada segundo y frunció el ceño. No quería reaccionar así pero su cuerpo parecía que trabajara por si solo. Elle quería evitar sentirse así, juraba dar cualquier cosa por no sentirse así. Su cuerpo pedía a gritos estar en los brazos de ese alfa. Ya estaba comenzando a pensar que era una masoquista. No podía sentirse como lo hacía por un alfa como ese.

Su comida permanecía intacta, ya no la quería, se le había quitado las ganas de probar bocado. Apartó su bandeja y se abrazó así misma cuando lo vió en la puerta principal con una mirada preocupada. Miraba a todos lados como buscando a alguien y Elle sabía a quien.

-¡Ah!- gritó apretando su vientre bajo cuando vio a Zack girarse dispuesto a irse porque ya había visto que estaba bien.

Zack corrió a ayudarla con rostro preocupado. Estaba consciente el porque de su grito. Esa mañana se había levantado con un extraño y atrayente olor. Un dulce olor del cual él sabía y no podía negar que era demasiado envolvente. Por eso había salido en seguida tan pronto se levantó en la mañana.

-Ven...- susurró Zack antes de tomarla en brazos y llevarla nuevamente a su habitación.

-M-Me duele...- se quejó Elle descansando su rostro en el torso de él.

Escuchó sus latidos y quiso quedarse más tiempo escuchándolos. Disfrutar del latir desenfrenado de su corazón. Pero el trayecto de la cafetería a la habitación eran unos diez minutos.

-Ya casi llegamos. Todo estará bien- alentó Zack

Minutos después llegaron a la habitación y Zack la dejó en su cama. Verificó todos sus signos vitales para ver sí en cualquier momento empeoraría. Tocó su frente y Elle estaba sudando frío.

-Tengo que bajarte la fiebre- dijo preocupado buscando por la habitación una toalla para mojarla y ponerla en su frente.

Sus ojos fueron cerrándose de poco a poco. Se había desmayado y por inercia Zack gruñó entre dientes. Verla tan decaída lo hacía sentir enojado. Minutos después Elle había reaccionado o eso era lo que él pensaba.

-T-Te necesito...necesito a mi...mi alfa- susurró Elle.

Sus ojos viajaron por todo su cuerpo. Su cuerpo convulsionaba ligeramente y solo pedía alivio un alivio que no tendría. Estaba entrando a su celo y trató de evitar a toda costa tocarla mientras la veía. No podía tomarla de esa manera. No podía hacerla suya cuando Elle lo miraba aún con miedo.

Él no estaba dispuesto hacer lo que la mayoría de los alfas hacían. Zack no tomaría a Elle porque era una simple omega y para eso era lo que ella servía. Así que con todo su autocontrol se levantó del suelo y caminó hacia la puerta. No podía quedarse allí no si quería respetarla. Así que se retiró dispuesto a volver a su trabajo. Pero no pudo aguantar mucho cuando tan pronto había salido de la habitación un fuerte dolor de cabeza le había comenzado.

-N-No te vayas...- susurró Elle volviendo a sentir su dolor.

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Hola hola mis amores

"Houston tenemos un problema"

Oh oh Elle está en celo 😨

¿Que creen que pasara?

Identidad Oculta #IO1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora