Durante los diez meses, porque sí, Elle había cumplido casi las cuarenta y dos semanas hasta que una noche, precisamente la noche que Zack tenía que trabajar, recibió una llamada de Elle. Zack sabía que en cualquier momento recibiría una llamada de su omega diciendo que sus bebés estaban por nacer, porque sí, eran gemelos, pero por más que estuviese atento y preparado, nada lo prepararía para esa noche. La noche del treinta y uno de diciembre, la noche en que todo el mundo despide un año de muchos retos, aventuras, problemas fue la noche en la que Zack le dio la bienvenida a los bebes que le harían la vida más perfecta de lo que ya era.
Su mirada se enfocó en el bulto entre sus brazos y sonrió. Aquellos bebés habían sido lo mejor que había hecho en la tierra. Cabello muy negro, ojos oscuros y a la vez muy expresivos, labios perfectos, nariz mezclada entre la de ella y él, aunque más parecidas a la de él. Dedos, que podría estar besando y acariciando de por vida, disfrutando del tacto y el calor que estos pequeñitos dedos le transmitían. En fin había perdido la cabeza tan pronto vio a sus niños dar su primer suspiro. Ya no era él, ya no solo era él y su omega ahora eran sus bebés, esos que amaría con tantas fuerzas que incluso él sabría que ese amor seguiría vivo luego de su deceso.
-Haz sido una campeona, mi amor- susurró viendo a su bebé removerse un poco entre sus brazos para luego enfocarse en como su omega alimentaba a su otro pequeño.
-Porque estuviste aquí. Porque recibí el único apoyo que necesitaba.- sonrió viéndole mientras soltaba una pequeña mueca de dolor. No se acostumbraba pero mientras más lo hacía más feliz y menos doloroso se sentía.
Cuando los niños nacieron fue el momento más perfecto. Todo un acontecimiento difícil de olvidar. Los niños habían nacido con varios minutos de diferencia, de hecho, casi media hora. El segundo bebé estaba muy cómodo y a gusto en el vientre de mamita como para querer salir.
En cuanto a mamá, Elle solo podía creer que pronto conocería a sus retoños. No se puede decir que para la omega fue un paseo por el parque porque sería mentiras. Fue doloroso, desesperante. Las contracciones fueron monitoreadas por casi cuatro horas y terminó exigiéndole a las enfermeras que le suministraran la epidural. Entonces en ese momento se percató que su alfa no había llegado y no sabía donde estaba. Le suplicó a Dean y Winter que trajeran a su alfa porque no estaba segura de hacerlo sola. Incluso pudo haber atravesado varias etapas de como ella se sentía sin Zack allí, confusión, ira, lastima por si misma, enojo y por último la aceptación pero todo aquello terminó cuando Zack apareció con mil y un lo siento. ¡Estaba allí, no la había abandonado!
Justo cuando estaba comenzando a pujar él había llegado para tomar su mano y su rodilla y darle el apoyo que Elle solo quería. Y no era que fuese una malagradecida con sus mejores amigos de hecho los amaba y estaba eternamente agradecida por lo que hicieron pero el apoyo de hermanos no es el mismo de tu pareja, el padre de tus hijos, el hombre que será tu pareja predestinada por siempre. No es lo mismo, ni se escribe igual.
Hasta que el primer niño salió a las once de la noche del treinta y uno de diciembre. Los lloriqueos de los demás niños no le parecían tan hipnotizante como el de su niño. La enfermera puso al niño desnudó en el pecho de la omega. Ella había explicado que eso era para crear un vínculo de amor y de protección de la madre con sus hijos. Pujó varías veces más hasta que ella sintió otro peso en su pecho, su otro niño. Ambos saludables, llorando mientras ellos se acurrucaban contra el pecho de su mamita.
Papá había hecho malabares para no desmayarse de la impresión. Estaba acostumbrado a la sangre y todo, ¡hola! Era doctor pero nadie lo había preparado para ver como su omega daba a luz a sus dos crías. Pero allí había estado, agarrando fuertemente la mano de su omega prometiéndole que todo iba a estar bien y que lo estaba haciendo de maravilla.
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Identidad Oculta #IO1
WerewolfElle cumplió sus tan esperados quince en el lugar en donde menos pensó. En un lugar que la hacían sentir denigrada, maltratada, usada como un objeto para solo brindar placer a los hombres y las mujeres alfas...y algunos betas.