◈ un príncipe alfa ◈

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Teniendo a Elle en su regazo y sintiendo como sus piernas se unían en su espalda acercándola más él lo estaba dejando sin respirar. Aunque el alfa sabía que si no tenía oxígeno estaría en los labios de su linda omega. Así que se acercó lentamente a los labios de Elle y pudo sentir su aliento, su respiración un poco agitada.

-Voy...- comenzó a hablar -a besarte...- susurró y pudo jurar que esas palabras habían dejado a Elle con la respiración, por unos segundos, atrapada en sus pulmones.

Elle asintió despacio esperando sentir sus labios en los suyos. Algo que con el pasar de los días se había vuelto más habitual. No era un buen amanecer hasta que Zack besaba sus labios y le decía buenos días -P-Por favor- susurró casi sin voz la omega.

Los labios de Zack rozaron los suyos y si no fuese porque el alfa la tenía bien sujeta entre sus brazos su cuerpo hubiese terminado en el suelo. Pudo jurar que el beso duraría mucho más y frunció el ceño. Y así miró a su alfa luego de que se separasen y abriera sus ojos.

-La paciencia es una virtud...- susurró con una sonrisa.

-Que obviamente yo no tengo- dijo Elle acercando sus labios a los de él besándolo muy fuerte.

Zack soltó una sonrisita en medio del beso y llevo sus manos a las mejillas de ella. Era él y su temperatura o Elle también tenía su piel hirviendo por vergüenza y deseo. Aunque ambas eran un hecho el alfa se iba más con la segunda. Pensar que Elle se sentía de esa manera lo estaba haciendo sentir bien. Ver en su rostro el sonrojo de sus mejillas, el brillo tan endemoniadamente perfecto, sus labios hinchados por los besos. Ya no había dolor, ya Elle no tenía esa mirada de terror que a principios de ellos conocerse, existía. Ahora era totalmente opuesto.

Elle con un poco de miedo acarició el cuello de su alfa sintiendo como su piel se erizaba ante el toque. La piel bronceada brillaba bajo la luz que entraba por la ventana de la habitación y para Elle eso era lo más perfecto que sus ojos habían visto. Bajó con suavidad por sus hombros hasta su fuerte torso para acariciarlo con cariño. Elle siempre soñó con tener a un hombre que le permitiera acariciarlo, mirarlo con devoción y amarlo con todas sus fuerzas. Era lo mismo que esperaba de un hombre; que la mirase como si fuese la única mujer en el mundo, como si fuese su mundo.

Y sí; lo había encontrado y justo como lo había soñado.

-¿Te puedo decir algo?- preguntó Elle viendo los par de lunares que adornaban parte de su pecho a la altura del cuello.

Zack apartó un mechón de cabello y le dio un rápido beso en los labios a lo que Elle sonrió -Dímelo pero a los ojos. Mírame- pidió. Aún se cohibía y cada vez que quería decirle algo su mirada estaba en otro lado y no posada en la suya.

Sus mejillas tomaron ese tono rosa intenso que había tomado tantas veces. Alzó su mirada y le dedicó una sonrisa -Hace mucho, antes de estar en OPAA...- susurró y pudo jurar que había salido un sonido de desaprobación de su garganta al mencionar la granja en la que estuvo -y durante todo el tiempo que estuve allí soñaba con el hombre o alfa ideal para mi.- continuó y Zack asintió. La mano de Zack acarició su mejilla alentándola a seguir.

-Solo espero que estés hablando de mi.- bromeó Zack pero no pudo guardarse la mueca de disgusto que hizo. Elle negó y soltó una carcajada.

-Al principio de estar en La granja me aferré a esa imagen del hombre encantador, de un príncipe. Aún con once años soñaba que el alfa que me tocase fuese mi príncipe azul y me sacara de aquel infierno- dijo y escuchó a Zack gruñir.

-No me gusta que hables de otros alfas u hombres- volvió a gruñir y Elle llevó su dedo índice a los labios del alfa acallando los celos que percibía.

Identidad Oculta #IO1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora