-P-Por favor necesito de ti alfa- susurró dolida Elle mientras se abrazaba a sí misma -N-Necesito de...mi alfa-
Zack observaba detenidamente como Elle se revolcaba de dolor en su cama. Estaba estático, su aroma lo tenía en el limbo y solo él sabía cuanto estaba luchando contra sí mismo. De seguro era merecedor de un buen premio si al final del día no terminaba aliviando a la omega como ella lo estaba suplicando y como su interior le gritaba que lo hiciera. Sería un juego de fuerzas, el aroma que segregaba la omega lo estaba volviendo loco suplicando por el alivio que el alfa tenía que ofrecerle y él solo no quería ceder.
Los omegas no cumplían ningún papel en ese pueblo, ya sabemos que los trataban como ceros a la izquierda. Pero en momentos como ese el omega tenía el control de todo. El único que podían tener siempre y cuando estuvieran con sus parejas predestinadas. Porque aunque sean pocos los omegas que tengan sus parejas ellos tienen la libertad de pedir alivio y el alfa y pareja predestinada tiene el derecho y la obligación de hacerlo.
-Elle no puedo.- dijo rotundamente.
Zack se rascaba la cabeza con notable nerviosismo. ¡Maldita sea! ¿Porque no solo la tomaba en ese momento y la aliviaba como se debía? Sencillo, porque él no era como los demás alfas. Zack no ponía sus instintos de alfas y tomaba a omegas para su placer. Él no era un alfa de esos.
-P-Por favor alfa- suplicó ella hecha un ovillo aferrándose a las sábanas.
Tendría que lavarlas si no quería restregarse como todo un pervertido contra ellas. Su esencia quedaría, y estaba ya, impregnada en cada rincón de aquella habitación volviéndolo débil. Con todo su auto control se acercó a la cama y buscó los supresores que aliviarían un poco el malestar a Elle. Está demás decir que necesito más que su auto control para no hacerla suya al intensificarse cuando se acercó.
Pero su auto control lo perdió cuando la mano de Elle se aferro a su muñeca. Su piel quemaba contra la suya y no pudo contenerse. Tiró los supresores cayendo debajo del escritorio y tomó la mano de Elle y la entrelazó con la suya.
-Te lo s-suplico- dijo Elle con lágrimas en sus ojos.
Le dolía, le dolía como el infierno. Sentía como si sus entrañas se retorcieran y su sangre estaba a punto de ebullición. Su piel ardía y su cuerpo dolía como si un tren pasara por encima cada diez minutos. Necesitaba más que fuese sus manos para tratar de aliviar el dolor pero nada era más efectivo que un alfa. Un alfa que estuviese dispuesto a aliviarle solo por esa semana y quien más que su alfa.
Elle sintió como los dedos del alfa acariciaban con temor desde su cabello bajando por su cuello. Un cosquilleo la embargó y tuvo ganas de sonreír, muy en el fondo moría por sonreír y hacerle saber al alfa lo que le provocaba. Porque no era una sonrisa de burla, jamás, era un sonrisa que demostraría lo que le hacía sentir ese alfa. Su mano siguió el camino que los dedos del alfa y frunció el ceño.
¿Eso se llamaba placer? ¿Esa sensación tan exquisita era lo que los alfas sentían cada vez que gemían como locos? ¿Ella podía hacerse sentir eso?
Con ojos llorosos miró atenta lo que hacía el alfa y como sus dedos se colaban en sus pantalones. Su piel se erizó y se convulsionó cuando el alfa la tocó allí, tanto que tomó su muñeca y la apretó fuertemente. Algo que se arrepintió al instante cuando la mirada del alfa se posó en la suya.
-L-Lo sien...-
-Deja de disculparte. Te gustó y te sentiste muy bien con lo que hice- susurró Zack con una sonrisa.
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Identidad Oculta #IO1
WerewolfElle cumplió sus tan esperados quince en el lugar en donde menos pensó. En un lugar que la hacían sentir denigrada, maltratada, usada como un objeto para solo brindar placer a los hombres y las mujeres alfas...y algunos betas.