◈ una protección ◈

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-La omega está comenzando su celo- le dijo Zack a su amigo.

Zack había entrado al consultorio de Aaron. Necesitaba decirle a alguien y sobretodo necesitaba un consejo. ¡No sabía que hacer! Él como alfa y como su alfa debería ayudarla. Los celos en los omegas son más intensos que en los alfas. Siendo su alfa no puede estar tranquilo sabiendo que su omega no tiene alivio.

Trató de ignorar el dolor en su cabeza y poner toda la atención en lo que tenía Aaron para decirle pero no pudo. Ese dolor en su cabeza se sentía como si se le fuese a partir en dos. Llevó sus manos a ambos lados de su cabeza y cerró sus ojos fuertemente. Quizás haciendo eso se sentiría mejor.

-¿Estás bien?- preguntó preocupado Aaron.

-S-Sí...o eso creo- dijo -¿Q-Que debo hacer?-

-Aliviarle. Necesitas tomarla- habló Aaron y vio a Zack negar.

-¡No!- soltó enojado -No haría algo así. Es mi omega pero no haría lo que...- gruñó de solo pensarlo.

No le gustaba pensar lo que ella tuvo que pasar durante el tiempo en el centro. No le hacía mucha gracia pensar en lo que todos aquellos alfas le habían hecho. ¡No, definitivamente no! Caminó de un lado a otro visiblemente nervioso y muy preocupado.

-Tienes que. Si no quieres tendrás que darle supresores- advirtió Aaron. -Pero sabes que tú también debes tomarlo aunque no estés en tu celo.-

-Es que en realidad muero por ayudarla. Aaron, ¿entiendes lo que te he dicho? Esa omega es mi alma predestinada. Esa omega me pertenece y yo a ella- gritó ansioso -¡Y ni siquiera me acuerdo de su nombre!-

Aaron abrió un cajón de su escritorio y rebuscó en silencio suspirando al encontrarlo. Un paquete de supresores. Deslizó la caja por el cristal y le preocupó cuando Zack fue a tomar la caja. El grandulón soltó un grito desgarrador cuando sintió su cabeza estallar, metafóricamente.

-¡¿Que te pasa?!- gritó Aaron levantándose rápidamente para ir a auxiliar a su mejor amigo.

-¡Ahh!- gritó Zack tomándose la cabeza en sus manos cayendo al suelo.

-¡Sam!- gritó al teléfono. Jamás su teléfono había sido tan difícil de desbloquear. Él era doctor, muchas veces ha vivido eso -¡Tenemos que llevar a Zack a su habitación! ¡AHORA!- gritó y colgó la llamada.

Aaron tenía una ligera sospecha del porque su amigo y colega estaba sufriendo de un dolor intenso de cabeza. Había leído mucho sobre el celo de los omegas pero había leído más sobre el celo con pareja predestinada. Ambos sufrían y tristemente no se podía saber quién sufría más o menos. Ambos sufrían por igual y eso era lo que le pasaba a Zack. De seguro ya sus cuerpos se habían reclamado y ellos ni lo sabían.

-¿Que le pasó?- preguntó Sam tan pronto entró y vio a Zack quejándose.

-La omega que se llevó es su omega y está teniendo su celo.- dijo Aaron tan rápido que pensó que se quedaría sin aire -Debemos llevarlo junto a ella. Tiene que estar a su lado-

Sam ayudó a Aaron a levantar a su amigo y rápidamente salieron del consultorio de Aaron. Caminaban lo más rápido que podían pero Zack era un hombre pesado y precisamente su habitación no estaba puerta con puerta con el consultorio. Caminaron por unos trece minutos y se alegraron cuando estuvieron al mismo tiempo sin una carga como Zack.

Aaron y Sam se miraron cuando sus sentidos se agudizaron y sintieron el dulce aroma de la omega traspasar la puerta. Ambos tragaron duro, esto sería un problema. Por más mejores amigos que ellos tres eran no podían dejar de ser alfas. Y tener a una omega en ese estado los estaban haciendo replantear su relación de amistad con Zack, quien no paraba de gruñir.

Identidad Oculta #IO1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora