Para Elle, el pasar de los días eran cada vez menos posibles de sobrellevar. Extrañaba estar con su alfa, verlo y que no fuese por un teléfono. Además de la preocupación constante que sentía haciéndole difícil conciliar el sueño. Cada vez que Zack le llamaba había un nuevo problema o una situación que hacía dudar a Zack volver y que pecaran a Elle de egoísta pero estaba bien con eso. Así él volvería, ¿no?
Caminó fuera de su habitación con su teléfono aferrado a ella. Desde que lo descubrió hace casi ya un mes se había vuelto su primera prenda indispensable. Llegó al comedor, su estómago pedía a gritos comida y Elle estaba bien con eso. Incluso hasta podía decir que estaba feliz. Justamente desde el día anterior, en la mañana, no había visto comida alguna, cabe de destacar que eran las ocho y media de la noche. Ya casi había vuelto al estado días después de que Zack la había rescatado.
Sus huesos comenzaban a notarse y de seguro eso estaba preocupando a Winter y a Aaron quien era el hombre a cargo de ella mientras no estuviese Zack. Zack no estaba preocupado porque siempre que llamaba por videollamada Elle siempre procuraba no dejar ver su delgadez en tan poco tiempo. Usaba siempre camisas de su alfa o simplemente jersey que cubrían prácticamente todo.
-Mierda...- susurró antes de darse la vuelta y salir de inmediato del comedor.
Ya el hambre se le había escapado y no necesitaba estar allí. No cuando quien estaba allí era Sam. Y no es que tuviese algo en contra de él, de hecho no había cruzado palabra con él desde aquel día que su celo se adelantó. Pero de solo verlo recordó aquella mirada que fue tan espeluznante tanto como a la de los alfas que visitaban las granjas.
-¡Elle!- gritó el moreno
Elle caminó lo más rápido posible para huir de aquel alfa. ¡Quería huir de él! Aún tenía en su mente el rostro de lujuria, de hambre y eso le causaba miedo. Porque sabía que allí no estaba su alfa para defenderla.
-¡Elle, espera!- gritó nuevamente corriendo hasta donde ella estaba -Quiero hablar contigo. ¿Puedes?-
Elle no había contestado, no había movido ningún músculo. Su cuerpo estaba tenso, quería gritar, quería que no la tocara, quería a su alfa en ese momento. Quiso huir, quiso salir corriendo y es que para ella, él tenía una personalidad que no le gustaba. Y todos estaban claro que Sam no era una persona mala, de hecho Elle sabía que no lo era por ser el mejor amigo de Zack pero con lo qué pasó no. Quizás exageraba pero así era como se sentía.
La omega retiró su brazo del agarre de la mano de Sam y se giró para encararlo. Se separó buscando sentirse mejor consigo misma y asintió anunciando que podía hablar. Negó cuando Sam le pidió sentarse y aún así se quedó de pie cuando el moreno se sentó.
-Lo siento...- dijo -Quiero disculparme por la forma en que nos conocimos- dijo
-Bien-
Sam suspiró cansado -Sé que me comporté como un idiota y no te respeté ni a Zack. Aún sabiendo que papel jugabas desde el primer momento dejé que mis instintos me controlaran y creo que eso fue el detonante para que no quieras hablar conmigo.-
-Mhm- afirmó Elle mirando alrededor.
El alfa limpio sus manos y se levantó. Con una sonrisa extendió su mano y se presentó -Soy Sam, uno de los mejores amigos de Zack, o bueno eso es lo que pienso aún.-
-Bien.- dijo Elle, volteó y se fue.
Quizás podía verse como una total perra pero así era su instinto. No quería tener que ver nada con él. Caminó de vuelta a su habitación encontrándose a una llorosa Winter en su cama.
-¿Que pasó? ¿Porque lloras?- preguntó preocupada cuando fue directa a la cama y vio como la rubia se acurrucaba contra ella soltando sollozos.
-Aaron...- sollozó
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Identidad Oculta #IO1
WerewolfElle cumplió sus tan esperados quince en el lugar en donde menos pensó. En un lugar que la hacían sentir denigrada, maltratada, usada como un objeto para solo brindar placer a los hombres y las mujeres alfas...y algunos betas.