Cap. 5: No entender

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Procesando información.

Este proceso puede demorar entre 2 a 5000 años, háganos el inmenso favor de esperar pacientemente los resultados. Gracias.

— ¡Un momento! ¿Qué fue lo que dijo? Rebobinemos.

> — Si, me acuerdo que llorabas por una niña de la que siempre decías que estabas enamorado, pero nunca te le declarabas, sino andabas tan pegado como chicle a mi, que creían que éramos... Bueno, tu sabes —sonrie nerviosa desde donde está.

— Es curioso que me hables de eso —la sonrisa de él es todo lo apuesto a la de ella— porque esa niña eras tú. <

— ¿Yo era esa niña? —murmura para sí misma— ¡¿yo era esa niña?!

Tranquila Elisse, puede darnos un colapso nervioso y ahí sí la canción —le pide Eric.

— ¡Calla pavo! ¿No te das cuenta que esta pasando? ¡Nuestro mejor amigo se nos acaba de confesar! ¡Esto es código rojo!

— ¿Y eso es lo que te preocupa? ¡Estuvimos echados juntos en la misma cama, idiota! —se altera Eric >:v

— ¿Yo? ¡¿Yo?! —Elisse se acerca a Eban con cara de no entender absolutamente nada.

— Si, pero como siempre me friendzoneabas, con el pasar de los años lo superé.

— ¡¿Y porque nunca me dijiste en ese momento?!

— Ya te lo dije, sabía que me ibas a rechazar y no quería arriesgarme a perder tu amistad, porque eras la única persona que yo quería y tenía cerca.

— Eres un idiota.

— ¿Porqué? —la mira entre confundido y enojado.

— Porque yo también estaba enamorada de ti —se le acerca y lo besa.

Él, después de sorprenderse y quedarse anonadado un momento, luego le corresponde el beso y la toma de la cintura mientras la abraza tiernamente.

— Es raro, porque aún ahora cuando te veo, me siento en calma, feliz, y mi corazón es reemplazado por mi estómago, como antes. Despertaste sentimientos que creía ya muertos, con tu llegada. Y no quiero que te vuelvas a ir...

— No pensaba hacerlo Lisse.

Se, se, se, muy hermoso, pero esto fue lo que en realidad paso.

— ¿Lisse?

— ¿Ah?

— Te estaba hablando... ¿En qué estabas pensando?

— ¿Yo? Nada, solo recorde algo. ¿Me estabas diciendo que te gustaba cuando éramos niños? Osea ¿yo?

— Ah si, pero lo supere porque tú me veías como tu amigo y yo tenía que hacer lo mismo, además, crecimos como hermanos, no te puedes enamorar de tu hermano, ¿no?

— Pues no —rie como si nada, mientras siente que su corazón se quiebra.

— Exacto, y encima me tuve que ir, pasaron años, pasaron ciertas cosas y descubrí también que...

— ¿Qué? ¿Qué descubriste?

Para esas alturas Elisse ya se había dado cuenta de que sus sentimientos por su viejo amigo aún estaban deambulando en su corazón, en una pequeña área que antes había estado perdida pero que ahora renacia a la luz y la asustaba, la mantenía confundida. Sin embargo, estaba Walter también, que le hacía dudar y mirar ligeramente hacia atrás. Tal vez no era el mejor momento para pensar en ese tipo de cosas y debía...

— Me gustan los hombres.

Elisse pone los ojos como platos y la boca en forma de “o”

Todo se derrumbó, dentro de Elisse, dentro de Elisse —se burla Jack.

No-puede-ser —un aterrado Erik.

— ¿Qué fue lo que dijiste? ¿Eres... Eres... Eres...? —no tenía valor ni para terminar la pregunta.

— Homosexual, gay, arroz quemado, como quieras decirlo —se encoge de hombros.

— No entender —aun en estado de shock.

— Es simple. Me-gustan-los-hombres.

— ¡¡¿¿Y eso cómo diablos paso??!!

Desde abajo su mamá escucha que Elisse grita.

— ¡Elisse, no estés gritando, que los vecinos no quieren enterarse de tu conversación con tu amigo!

— ¡Ahora no mamá!

No lo podía procesar, era demasiado para ella.

— Me enamoré de varias chicas Elisse pero ninguna lo hizo de mí, más bien, se aprovechaban de eso y me humillaban —lo dice con cierto rencor— las mujeres son despreciables, hipócritas y cobardes, se apuñalan entre ellas por la espalda y a quien crea en ellas. Desde que nací ha sido así.

— Lo dices por tu madre —ella lo mira con tristeza.

— Ella nos abandonó a mí y a papá para irse con otro hombre,  la muy perra.

— Oye, mal que bien era tu madre, no hables así —reflexiona— así lo sea.

— Como sea. La única excepción eres tú Elisse, por eso es que no quiero que te alejes de mi lado, porque tú eres diferente. Especial —toma aire— y tenía miedo porque no sabía cómo decirte esto, porque creí que me tendrías asco y me odiarias, ya que tú siempre has estado en contra de la homosexualidad, y... —a punto de llorar— pude encontrar la manera de decírtelo, porque al final eres tú, mi mejor amiga, y no has cambiado nada, aún siento que eres la única persona en la que puedo confiar.

— Esteban —su corazón está totalmente destruido y se siente enojada, pero aún con todo no soporta verlo triste, así que lo abraza con fuerza y busca consolarlo— Estoy contigo.

— Gracias —la abraza de la cintura con ternura y sonríe aliviado.

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— ¿Entonces quieres un helado de mucho chocolate y muchas calorías que te engordarán y te pondrán como llanta?

— Sip —sonrie ella.

— Yo también —le sonríe él revolviendo su ondulado cabello.

— ¿Aunque sea de noche?

— Sobretodo porque es de noche. Es como desafiar a la muerte.

— Jaja cierto, recuerdo que eras como asmático, apenas comias algo frío, o salias desprotegido en invierno, rápido te enfermabas. Y tu pobre padre corriendo para llevarte al doctor o en tiempos difíciles a la casa de mi mamá para que lo ayudará a curarte con remedios caseros. 

— Si, pero eso era antes, ahora soy todo un hombre —infla su pecho.

— Uy si, y con pulmones más fuertes, supongo yo.

— Pff obvious —ambos ríen.

Mi Loca Mente Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora