Cap. 48: Despertar

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En el momento en el que Elisse vuelve a despertar, siente la enorme necesidad de estar cerca a Israel, por lo que ni bien recupera la conciencia, lo primero que pronuncia es el nombre de su enamorado:

- Israel…

La madre de Elisse que había tomado la posta de cuidarla, pidiéndole a Eban que regresara a su casa para descansar, la mira con una sonrisa tierna en cuanto escucha su voz. Mientras tanto Eban va bajando por el ascensor del hospital para retirarse y ni bien sale, da dos pasos más y se cruza cara a cara con Oriana.

- Hola –lo saluda sin mucho afecto ella.

- Hola Oriana –le corresponde el saludo él.

- ¿Te quedaste toda tan tarde para cuidarla? –continua la morena.

- De hecho iba de salida –dice él mientras empieza a caminar.

Pero Oriana no lo resiste más y lo llama:

- Ey, aunque haya pasado lo que paso, yo todavía no te quiero cerca de ella, ¿entiendes?

- No me lo puedes prohibir –le dice él con una sonrisa de sarcasmo.

- No me pongas a prueba Esteban –se le acerca seria Oriana- Puede que no le haya contado a mi tía y a mi mamá lo que le hiciste a Elisse y no te hayamos denunciado, pero eso no significa que lo haya dejado pasar. Quiero que sepas, que mi hermano y yo te tenemos en la mira y si tan solo te atreves a ponerle un dedo encima a Elisse, otra vez… El que estará internado en un hospital, serás tú –completada la amenaza, se da media vuelta, da unos pasos más, se sube al ascensor y desde donde esta le sostiene la mirada a Eban.

Eban se queda unos segundos parado ahí, no está sorprendido, pero tampoco le resulta nada agradable ser amenazado de esa forma. Por lo que se queda reflexionando un buen rato, hasta que finalmente se retira.

Una vez que el muchacho llega a su casa, saluda a su padre, le cuenta como le fue y luego sube a su habitación:

- Bajaré dentro de una hora para cenar papá –le dice desde las escaleras.

- Está bien hijo, te espero aquí –mirando en su dirección con preocupación.

Una vez en su cuarto, Eban se dirige hacia su escritorio y toma un papel que esta encima de él, lo examina una y otra vez, como si tratara de encontrarle más significados a su contenido. Suspira, cierra los ojos y luego lo tira de nuevo en la mesa.

Hola Esteban, sé que tú y yo no nos conocimos mucho en cuanto a lo que significa el trato, la amistad o intercambiar palabras, pero te he ido aprendiendo gracias a las descripciones de Elisse.

Sabes, ella siempre te ha tenido presente. A veces llegaba a pensar que ella te amaba más de lo que decía y simplemente no se daba cuenta (hasta soporto que tú fueras gay, limitando sus sentimientos hacia ti, solo para que tú no te incomodaras).

En fin, hay una serie de cosas que desde hace mucho tiempo he querido decirte. En primer lugar, que te detestaba, te detesto y creo que algún día dejaré de hacerlo. Y ni siquiera te atrevas a preguntarte el porqué, ya que quitarme a la que creía el amor de mi vida, romperle el corazón y dejarla sola y triste es más que motivo suficiente.

En serio, quise reventarte golpes en cuanto supe que la habías tratado tan mal y que la habías dejado hecha mierda, después de que ella siempre te defendió y estuvo para ti. Pero por otro lado… No te podía reclamar abiertamente, porque yo en algún momento también hice lo mismo y… No sabes cuánto me odie por eso y hasta ahora me arrepiento.

Elisse es una chica maravillosa, hermosa, extraordinaria, dulce, terca, generosa y tierna, para mí no había chica que se le pudiera comparar, hasta que conocí a Oriana, claro. Pero ese es otro tema, del cual no deseo hablar contigo, no vaya a ser que también se te ocurra quitármela. Es broma, Oriana no es de esa clase de persona.

Mi Loca Mente Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora