Cap. 11: Enmendar un error y crear uno nuevo

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Una taza de manzanilla con miel de abeja, se cae al piso con todo y su contenido. Y el ruido de la losa destrozandose en el piso hace que el señor Arce se alarme.

- Elena -corre hasta la cocina y la encuentra sentada en el piso, sosteniéndose con ambas manos- ¿Qué te pasó? ¿Estás bien?

Ella se intenta incorporar y con dificultad, logra ponerse en pie. Toma un trapeador y en silencio empieza a limpiar.

- No, tú no estás bien -se pasa la mano por su oscuro cabello- Pero porque te mantienes en ese absurdo mutismo ¿Por qué no dices nada? Te voy a ayudar...

Él intenta tomarle el trapo y después su mano, pero ella se safa y lo mira a los ojos con frialdad.

- Déjalo. Hace tiempo que es así. Y así está bien.

Termina de limpiar y luego de lavarse las manos se dirige a su habitación, dejándolo sumido en sus pensamientos.

Él no lo aguanta más y sale de la casa. Necesita respirar. Necesita relajarse. Cuando llego a Lima, nunca pensó que la situación estaría tan tensa.

- ¿Qué esperabas Mario? Que la segunda familia que abandonaste te recibiera con palmas o flores. ¿No es suficiente el daño que le causaste a la única mujer que te amo en toda tu vida? Ella no lo merecía... Ella era como tu mejor amiga... Elena y Elisse hubieran sido tu todo... Eres un sinvergüenza...

Mario Arce se toma la cabeza con ambas manos y se sube a su moto.

- Basta ya, Virginia, eso no cambiará las cosas... No sigas. Además sabes bien mis razones. Así que no vuelvas a decir algo así -le dice a su conciencia, mentalmente.

Arranca con fuerza y parte a toda velocidad. Siempre había sido adicto a ella.

(Mientras tanto en un hospital...)

- ¿Estás listo? -ella lo mira con duda, sabe que para su amigo le será difícil -Sabes, ahora que lo pienso mejor, tal vez no sea el mejor momento para venir, volvamos otro día -sugiere repentinamente Elisse al darse cuenta de que posiblemente se choquen cara a cara con los familiares de Nadia.

- ¿Qué rayos Elisse? No hemos venido hasta aquí para que se nos vaya el valor a dos metros de lograrlo. Estoy preparado para afrontar cualquier situación, sino no hubiera venido. Claro que estoy seguro.

- ¿Y qué hay de su familia? Si los vemos... Temo que te vaya a afectar -ella lo mira consternada.

Él respira hondo, la mira y le dice:

- Por eso estás aquí idiota, no te eches para atrás, que solo lograrás confundirme más.

Elisse estaba a punto de protestar, cuando sintió los dedos de él entrelazarse con los suyos.

- Además... No creo que me reconozcan. Finalmente no saben nada del incidente previo a la desgracia -mira hacia un punto vacío- yo tengo que saber cómo está... Lo necesito.

- Ok -sin decir más ella camina junto con él.

Llegan a la sala de espera de cuidados intensivos y se encuentran con siete personas, entre ellos un hombre y una mujer llorando inconteniblemente. Ambos se aferraban el uno al otro. Por lo que Elisse y Eban dedujeron que eran los padres.

De pronto, la señora que estaba abrazando a su esposo ubicó con la mirada a Eban y se separó un poco para preguntarle:

- ¿Son amigos de Mari?

Eban la miró confuso y le responde con otra pregunta:

- ¿No es Nadia Esquivel la que está aquí?

Mi Loca Mente Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora