Pasa el tiempo e Israel se va recuperando con intensa terapia, después de las fracturas que sufrió. Elisse sigue estudiando duro en la universidad y por su esfuerzo, consigue una recomendación para un trabajo en una radio local, con la ayuda de una de sus maestras. Ella está más que feliz haciendo lo que le gusta, mientras por otro lado, también se dedica a visitar y alentar a su novio en su mejora.
- ¿Y cómo te fue hoy en la radio amor? -le pregunta él.
- ¡Increíble! Me encanta mi trabajo, no podría estar más agradecida con Dios y con la vida.
- ¿Y cómo esta Oriana? Hace días que no sé nada de ella.
- Bueno, ella esta pasándola bastante bien, ha entrado en prácticas con los niños de una aldea solidaria, para comprobar que es su verdadera vocación. Y ella también no podría estar más feliz.
- Me alegra mucho por ella -le sonríe Israel.
- ¿Y a ti cómo te fue con la terapia hoy? -le responde ella con dulzura.
Él le empieza a contar que ha mejorado mucho y ya casi puede caminar completamente normal y sin dificultades. Pero que en medio de todo, a la única persona que ha estado viendo es a su prima y a su abuela.- Al final, mi abuelo se fue con esa...
- Perra, suripanta, puta, golfa... Ni te esfuerces en decirlo amor, la que maneja mejor los adjetivos soy yo. Tú eres tan dulce y educado, que no podrías ni aunque quisieras decirlos. Además, para qué mancharse la boca con alguien como ella.
- Sí, tienes razón... Pero, sabes... No puedo evitar extrañarlo y sentirme un poco mal por mi abuela. Ella lo extraña mucho y todo cambio drásticamente desde que se separaron y cada uno no volvió a su restaurante. Mi abuela le dio la pastelería a Ceci y ella la mantiene abierta junto con Jordan y un amigo más que recién se les ha unido, pero ella no quiere saber más del negocio. Siento que ha sido mi culpa... Al final se ha quedado apoyándome y ayudándome en todo, como tú.
- Oye no... No digas eso -lo abraza ella para darle seguridad- Hiciste lo correcto Israel, nunca te arrepientas de eso. Tú no eres el responsable de las maldades de otros. Tu trataste de hablar con tu abuelo y convencerlo de que hiciera lo correcto, perdonándolo incluso, pero él no te escucho... Ya tendrá que darse cuenta de su error él solo. Tú hiciste tu parte y hasta ahí, es lo correcto. Denunciaste también a esa víbora con mechones morados y ni siquiera por eso recibió su castigo y se fugo impune.
- Al menos tiene una orden de restricción -le recuerda él.
- Sí, al menos eso -le sonríe ella- Porque si se volvía a acercar a mi chico, la hacía papilla.
- Vaya, que posesiva -se ríe él- ahora soy tuyo jajajaja
- ¿Y de quien más serias sino? Ya te dije ya, todo tú es mío, y toda yo soy tuya. Esta simple la lógica, ¿no? -dice ella inocentemente.
- Amo esa lógica -la besa en los labios él.
- No importa que pase, sigamos juntos, ¿ok?
- Ok -le sonríe él- Sabes Elisse, aún con todo lo que paso, me alegra tenerte en mi vida y que las cosas terminaran así. Te tengo a mi lado, aún tengo a mi abuela conmigo, a mi prima. Tengo una familia... Podré volver a estudiar en un mes y tengo trabajo asegurado de parte de un amigo de carrera -se pone a pensar- Eso creo que no te lo había dicho antes -ríe inocentemente.
- ¿En serio? ¡Esa es una buena noticia mi amor! -se emociona ella.
Así es como ambos empiezan de nuevo. Israel, retoma su carrera, trabaja de medio tiempo en un negocio en conjunto con un buen amigo de su facultad, con el que también comparte la pasión por la cocina y juntos deciden abrir su propio restaurante.
ESTÁS LEYENDO
Mi Loca Mente Y Yo
AléatoireElisse es una chica aparentemente normal, ha pasado por momentos difíciles y eso la ha vuelto algo fría y desconfiada, hasta que reaparece en su vida un viejo amigo de la infancia que pondrá su mundo de vuelta y media, con lo cual ella tratará de li...