Cap. 36: Despedida

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Pasaron más días y se acabó marzo, llegaba la hora de regresar a la universidad. Elisse trabajaba todavía en el restaurante y Oriana en la cafetería. Habían logrado que les hicieran un pago quincenal y juntando su dinero, consiguieron pagar la matrícula y primera pensión de Oriana, ya que el examen de admisión ya lo había pasado semanas atrás. Ella se había esforzado mucho en estudiar y con ayuda de Walter, lo había conseguido, había ingresado a la universidad.

- De todas formas el examen no había estado tan difícil –le dice Oriana a Walter.

- Jajaja no pensabas lo mismo cuando fuiste a darlo hace semanas –le bromea él.

Ambos caminan de la mano mientras comen un par de frutas. ¿Qué esperaban que dijera? Que comen hamburguesas; no, eso es cosa de ayer… O mejor dicho, cosa de Elisse.

Desde que Oriana se había enterado por boca de un amigo que estudiaba nutrición acerca de los peligros de la comida chatarra, los efectos en la salud, en el cuerpo, en la cara, en todas partes, ella horrorizada, había decidido cambiar su estilo de vida. Ella comía sano y le enseño el hábito a Walter. Y por más que trato de hacer lo mismo con Elisse, ella siendo un hueso más duro de roer, se negó rotundamente:

- No. Me rehúso –Elisse corría de un lado hacía al otro de la cocina con su hamburguesa en la mano- No me harás tirar a esta maravilla por tus tonterías nutricionales.  Moriré gorda y feliz.

- ¡Bien dicho Elisse! ¡Rápido, huye! –la alienta Jack.

- Vuelve aquí –le exige Oriana.

- Ella solo quiere tú bien Elisse, ¡tira esa maldita chatarra! –le reclama Erik.

- ¡Nunca! –le responde Elisse.

Oriana la arrincona y Elisse se escabulle poniéndose detrás de la mesa. Ambas dan vueltas, una tratando de atrapar a la otra, y la otra esquivándola. Hasta que Elisse se mete debajo de la mesa, la empuja por los pies y salé corriendo.

- No me atraparas con vida –se va riendo.

- ¡Vuelve aquí tramposa! –la persigue Oriana.

Finalmente, ellas eran felices así, corriendo, jugando y riendo de cada tontería que hacían. Más que su prima y familia, Oriana era la mejor amiga de Elisse… Sería así para siempre.

Mientras tanto, Walter hacía maletas para Italia. Se había acabado su tiempo y era hora de despedirse. Todos se pusieron tristes en cuanto llego el momento, lo abrazaron como si fuera parte de la familia y hasta lo acompañaron al aeropuerto. Ahí estaban los padres de Walter, Elisse los vio con cariño, porque aún recordaba las tardes en las que había ido a su casa y le habían tratado súper bien. Se sentía algo mal porque después de tanto tiempo recién los veía. Ellos se percataron de su presencia y la saludaron, entonces conocieron al resto de la familia de Elisse y entre todos completaron la despedida de Walter. No faltaron las lágrimas. Sobre todo de la reciente enamorada de él: Oriana.

- Vaya que la vida es irónica. Encontré al chico perfecto, me enamoré perdidamente de él, me hizo caso y se tiene que ir al otro fucking lado del mundo por quien sabe cuánto tiempo –le dice con una expresión triste, pero con una sonrisa tratando de ocultar su pena.

- Ey, sabes que me iré por 6 meses, aunque… Puede que sea un año –la ve hacer un gesto tratando de no llorar- No llores hermosa, yo voy a volver, además, un año pasa muy rápido, verás que en cuanto menos lo esperes estaré molestándote aquí.

- Sí, claro, seguro que las italianas deben ser más bonitas y todo eso –Oriana trata de no sentirse mal y no decir cosas tontas, pero la inseguridad se empieza a instalar en ella- Si te llegas a enamorar de alguien allá, o te olvidas de mí… Me lo haces saber por favor, porque hasta entonces, yo te estaré esperando a que vuelvas.

Walter la toma de la mano y se la lleva a un lado apartado aprovechando que su familia está hablando entretenida con la de Elisse. Se percata que el único que lo ha visto es Israel, el cual le guiña un ojo y le hace una señal de discreción. Él le agradece con otro gesto y se va con su enamorada. Amos se detienen y antes de que ella le pregunte algo, él la toma del rostro y la besa dulcemente. Ella se estremece y le devuelve con intensidad y amor el beso, como una promesa.

- Oriana, te quiero. Sé que nos falta mucho para conocer el uno del otro, pero tengo esperanza que esto si va a funcionar. Y aunque sea a distancia, sé que no nos vamos a dejar de sentir así. No habrá día que no piense en ti, en que no quiera llamarte para escuchar tu voz o escribirte aunque sea una sola vez para saber cómo estas –Walter la mira con ternura- Confía en mí.

- Está bien –ella se limpia las lágrimas- Deseo de todo corazón que te vaya muy bien en tu viaje y que aproveches al máximo esta oportunidad. Sé que eres un chico muy inteligente y guapo –le dice con cara pícara ella- por eso me preocupe un poco, pero después de esto… Me siento más segura y esperaré el tiempo necesario, hasta que regreses. Y esperaré todos los días esos mensajes, llamadas o lo que sea, para sentirte cerca. Ay de ti que te olvides, me lo has prometido tonto –ella se le acerca y él la toma de la cintura riendo- Te quiero Walter…

Él se conmueve ante sus palabras y la abraza con fuerza, haciendo que ambos se contengan mutuamente. Sedan fuerza… Se dan su amor en aquel abrazo.

- Bien –dice ella limpiándose una lágrima- Ya es hora…

- Espera… Esto es para ti…

De la mochila que traía en la espalda, saca una cajita de madera, de tamaño mediano. Y se la entrega a la chica. Ella trata de abrirla, pero él le pide que lo haga cuando este en su casa. Ella acepta y le da un beso en la mejilla en forma de agradecimiento.

- Oh y esto es para Elisse, esta es para Israel –le entrega un par de cartas y saca un sobre más- Y este es para Esteban.

- ¿Esteban? –Oriana lo mira confundida.

El se acerca a su oído y le da una serie de indicaciones. Ella al principio no parece estar muy de acuerdo, pero al final accede.  Se vuelven a abrazar y empiezan a caminar devuelta con los demás:

- Ah y quiero recordarte, que para mí no hay chica más hermosa que tú y linda que tú –la mira sonriendo.

Ella ríe y lo empuja bromeando:

- Sí, claro.

Una vez que se juntan de nuevo, Walter se despide de sus padres una vez más, de la familia de Elisse agradeciéndoles todo el tiempo que paso con ellos, con su nuevo amigo Israel y finalmente con su mejor amiga, Elisse.

- Cuídate mucho por favor cabeza dura –le revuelve el cabello- Date una nueva oportunidad y sé feliz, te lo mereces.

- Gracias Walter… Créeme, lo haré –le sonríe- tú también cuídate querido amigo, te echaré de menos –le da un abrazo- y te advierto que si engañas a mi Ori, con una hueca italiana, te juro que te hago picadillo –le sonríe dulcemente.

- Yo también te extrañaré pequeña marmota con rabia –le devuelve la sonrisa.

Ambos ríen y se miran con cariño:

- Te irá bien  tonto –le dice ella con los ojos llorosos- Vuelve con nosotros pronto ¿está bien?

- Sí amiga –le vuelve a abrazar y ve a Israel ponerse un poco incomodo, sonríe y mirándole le dice- Y tú, sigue mis consejos y pórtate bien.

Israel se pone un poco nervioso porque lo tomo por sorpresa, pero después resopla y sonriendo le dice:

- Sabes que sí –se acerca para abrazarlo también- cuídate idiota… Y gracias por todo.

Después de esto, llega la hora de abordar el avión y Walter se va. La silueta de él con sus maletas, dejan a todos conmovidos. Hasta que al final vieron su avión partir y elevándose hasta perderse en las nubes.

Regresaron todos a sus casas y todo volvió a la misma rutina. Con la diferencia que ya no estaba Walter físicamente presente, pero si en el teléfono de Oriana.

Habían empezado a asistir a sus clases ambas primas. Primero Elisse acompañaba a Oriana a su salón y se cercioraba que ella estaba haciendo nuevas amigas y que le estaba yendo bien, y ella por su lado, volvía a encontrarse con viejas amistades que consideraba antes, ya perdidas. Sin embargo, algo había cambiado en ella y no quería repetir los mismos errores.

- Hola Cassandra, ¿puedo sentarme a tu lado?

- Claro –le sonríe con una mezcla de sorpresa y alegría la chica.

Después eso, ella había conversado con Erik y Jack, acababa de leer la carta de Walter. En ella él le decía la importancia de abrirse a nuevas posibilidades de conocer a más personas, a pesar de todo lo que había vivido, porque por el temor, tal vez se estaba perdiendo de encontrar  nuevos amigos, tal vez de los verdaderos. Y sobre aquellos que alguna vez la habían decepcionado o causado algún tipo de daño, lo mejor sería perdonar y olvidar.

- ¿Estás segura que planeas hacer como si nada? ¿Quieres perdonar incluso a Tamara, Cassandra y Piero, considerando que por culpa de ellos arruinaste tu amistad con Eban? –le objeta Jack.

- Es justo por eso –reflexiona Elisse- Creo que yo fui la injusta con ellos y por eso debo disculparme.

- No te entiendo Elisse –le replica Jack.

- No fue su culpa que yo me embriagara como una tonta y mucho menos que acabara besando a Eban.

- Pero ellos te grabaron y lo subieron a redes –le recuerda Jack.

- Cierto –agrega ella- y por eso estaba furiosa, pero nunca les di crédito cuando me dijeron que no había sido con mala intención, que solo querían darme un empujón con Eban para ayudarme.

- Bien dicho Elisse –la ve orgulloso Erik- Además, nadie pudo haber predicho la reacción de Eban.

- Ese empujón te costo tu amistad –lo mira serio Jack- ¿Qué parte no entiendes de eso? –se desespera la inconsciencia, pero Elisse lo apacigua.

- Después de todo lo que ha pasado… Sé que todo es por algo. La pase muy mal, es verdad, pero las cosas ahora lo valen por entero. No cambiaría nada de lo que ha pasado hasta hoy, ni siquiera para salvar mi amistad con Eban… Porque… Fue él quien forzó a que las cosas acabaran así y tiene que asumir las consecuencias. Creo que lo puedo perdonar y empezar de nuevo, pero tomará tiempo.

Erik la mira contento por ella, siente que está mejorando y que poco a poco terminara de madurar. Ya no es la misma niña pequeña que lloraba desconsoladamente ante cualquier problema o se aferraba a ellos por sentirse sola, abandonada o traicionada. Se estaba convirtiendo en toda una mujer…O eso pensaba él.

Mientras tanto Jack se le acerca y aplaude con sarcasmo, lo cual deja perpleja a Elisse:

- Bravo –sonríe con malicia- Dices todo eso tan convencida que hasta el idiota de Erik te cree. Pero te olvidas de una cosa querida Elisse –se señala a sí mismo en tono de burla- yo veo más allá de lo que está en tus emociones y sentimientos… Los más salvajes, primitivos y aquellos que tú no quieres aceptar.

Jack se había materializado y estaba frente a frente con Elisse.

- Habla claro Jack –le enfrenta ella.

- Tú amas a Eban. El es tu primer amor y eso es algo que no va a cambiar así de fácil, así el chico más guapo, lindo y bienintencionado aparezca.

Elisse lo mira asustada y Erik lo percibe, pero trata de calmar la situación.

- ¿Te refieres a Israel? –pregunta Erik.

Sin embargo Jack decide ignorarlo y seguir con hablando con ella:

- El amor no es decisión Elisse.

- Claro que sí –defiende ella-  Y cuando me sienta lista yo sé que me podré decidir por amar por completo a Israel, él se ganará mi corazón, como lo ha estado haciendo hasta ahora. Y yo le voy a corresponder.

- ¿Qué es Israel para ti? ¿Crees que podrás enamorarte de él? –la desafía Jack, mientras se sienta en su escritorio y juega a mover unos papeles que están a su alcance.

- Él es el indicado, eso lo sé –insiste ella.

- Deja de mentirte… No hay un indicado. Solo hay alguien a quien tú amas… Y esa persona lo quieras o no, no es Israel.

Elisse se niega a hacerle caso:

- Eso lo puedo cambiar.

- Hasta que por fin lo admites –le responde Jack- Sabes entonces que sientes en realidad.

- Déjame empezar de nuevo Jack, déjame tranquila –Elisse lo empuja con enojo y desesperación.

Jack baja la vista y al alzarla su mirada es diferente.

- No puedo –Jack parece tener un gesto a punto de llorar- Y es por eso que regresamos en realidad.

- ¿Ah? –Elisse lo mira confundida.

- El grito de tu corazón que tú te niegas a escuchar lo siento en cada parte de mi ser Elisse, tú quieres estar con Eban, quieres perdonarlo ahora, quieres besarlo, abrazarlo y quedarte siempre con él. Lo puedo sentir, ¿entiendes? Cuanto estas sufriendo…

Ella retrocede de donde está y trastabilla hasta caer de trasero en el piso. Se siente como un golpe en la realidad.

- Basta…

- Si lo sigues negando, me encadenas más a ustedes dos Elisse –le dice apenado Jack.

- ¿Qué? –lo vuelve a mirar confusa Elisse, aún sentada en el suelo.

- No solo estoy encadenado a ti Elisse. Por ti, también estoy encadenado a él –refiriéndose a Eban- Bueno, estamos… Porque ya sabes que donde quiera que vaya yo, también irá él –señala a Erik.

Elisse ve a Erik en un lado de la habitación, mirándola con culpa. Ella niega con la cabeza e incrédula exclama:

- No voy a lastimar a Israel –Elisse siente la tristeza apoderarse de ella.

- No, no lo harás… Porque lo dejarás ir. Ya sabes que tienes que hacer –le dicta Jack.

Elisse se aferra a su ropa y aprieta sus manos tratando de librarse del temor y diciendo lo que siente:

- Pero no quiero… -sale de la boca y el corazón de Elisse- Quiero darme una oportunidad con alguien como él, quiero darle mi corazón a alguien como él… Si quiero estar con Israel…

El corazón de Elisse sufre un cambio y ahora está dividido en dos. Entre una semilla que creció con el tiempo y se transformo en un formidable árbol de amor por Eban, y un pequeño brote de nuevos sentimientos que se niega a ser aplastado por las raíces de ese viejo árbol.

Mi Loca Mente Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora