Cap. 22: Te necesito

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Elisse está en el hospital junto con su familia, Oriana la está tomando de las manos. Su madre estuvo desmayada solo 15 minutos, pero a ella le pareció una eternidad.

Es increíble el miedo que nos puede ocasionar la sensación de pérdida de alguien importante en nuestras vidas. Crecemos, aprendemos y vivimos con ese miedo. Elisse, sin embargo, siempre se sintió segura en su madre, siempre la vio como alguien fuerte e irrompible. Su modelo a seguir y la inspiración para ser una mujer independiente, sin importar lo que pase.

Por eso, cuando Elena se fue desplomando lentamente a causa de una enfermedad que ni ella sabía que tenía, el mundo se le cayó a Elisse. El miedo natural, se volvió pánico. Le hizo cuestionarse:

- Si algún día tú te vas… ¿Podré vivir sin ti?... Podría tan solo encontrarle sentido a mi vida, si tú eres mi todo… Lo único real y valioso que tengo en este mundo.

Erik y Jack se miraron con preocupación. En el fondo saben la respuesta, pero no se atreven a decir nada. Por primera vez, respetan la creciente emoción de Elisse. La ven llorar. La ven limpiarse las lágrimas y después sonreír cuando Elena le tomo la mano…

- Mi llorona hija… -le sonríe con esa mirada tierna y pícara que solo ella tiene- Estoy bien, no te preocupes, tendrás a tu madre jodiendote por un largo tiempo, te lo aseguro –besa la mano de Elisse.

Había sido una mañana dura. Ahora toda la familia se dirigía a la casa. El médico había conversado con Elisse y Elena, les había advertido que si seguían así, las consecuencias podrían ser graves, así que, dado que el colapso nervioso de la señora había sido provocado por una situación extrema de tensión y estrés, necesitaba mantenerse lo más tranquila y relajada posible.

- Mamá –Elisse habla con su madre, que está en su cama reposando- sé que esto te parece absurdo, pero al menos por hoy no vayas a trabajar. Necesitas descansar. El doctor te ha dejado una prescripción y una justificación para que mañana la lleves a tu jefa. No te preocupes más por favor, es por tu bien, trata de relajarte…

-Elisse esta por irse, cuando se le ocurre algo más por decir- Y… Si tienes algún problema o si algo te esta agobiando, por favor, te lo ruego, no dudes en decírmelo… Sé que no estamos pasando por el mejor de los momentos y más aún, ahora que nuestra familia ha crecido, la economía tampoco está muy bien que digamos. Pero, tranquila, mira, lo he estado pensando bastante y creo que Oriana, Francisco y yo, ya estamos en edad de conseguir trabajo, bueno, sobretodo Frank y yo –hace un gesto gracioso con ambas manos-  y si los tres al menos lo logramos, seremos un aporte adicional para la casa y las cosas mejoraran –le sonríe a Elena.

- Elisse… Es una buena idea, pero ¿no sería muy peligroso para ustedes, bueno, al menos para ti y para Oriana?

- Nop, porque trabajaremos juntas y nos cuidaremos la una a la otra. Además, buscaremos un lugar seguro y cercano. Tú no te preocupes, si lo lograremos.

- No lo dudo, pero de todas maneras, cuídense mucho por favor…

- Lo haremos –continua hablando- Y… Sobre Oriana, quería comentarte, creo que ella quiere ingresar a la universidad. Y, si consigue trabajo, pienso que podría alcanzarle para cubrir las cuotas… Aunque con la matrícula es más difícil, he pensado también, que Frank nos podría ayudar con ello, pero seguro más adelante, porque él creo que ya consiguió algo en un taller mecánico. Y le pagarán a fin de mes.

- Bueno, entonces creo que es una linda y maravillosa idea –Elena le responde a Elisse, intentando concentrarse en lo que dice, pero todavía esta algo dispersa.
Elisse la mira por unos segundos y analiza a su madre. Sabe que algo no anda bien, y que ella no esta dispuesta a contarle. Aquello la esta torturando…

- Mamá… ¿Qué es lo que pasa? 

- Creí que me observabas así por la hermosa mujer que tienes de madre –intenta bromear Elena, para esquivar la pregunta.

- No hagas eso, ni lo intentes, tenía la sospecha, pero ahora estoy segura de que me estas escondiendo algo.

- No es nada –lo dice en tono sereno y serio.

- ¿En serio? Y por eso te desmayaste. Ya dímelo, ¿tiene que ver conmigo?… ¿por qué siento que va más allá de las preocupaciones de la casa y financieras? –su mirada se agudiza y frunce el ceño- mamá, yo te conozco… Esto te esta torturando –ve a su madre ponerse incómoda- pero no te forzare más. Si no quieres decirme esta bien… No quiero… no quiero arruinar las cosas.

Elisse esta yéndose y dejando a su mamá pensativa otra vez, cuando esta por fin lo dice:

- Es Esteban.

Elisse se queda paralizada en el umbral de la puerta.

Elisse está caminando cada vez más rápido, su mente le dice que se atornille en el suelo, lo piense mejor y regrese a su casa, ya que todo lo que suceda con él, no es su problema; pero sus pies no obedecen y no se detienen, hasta que llega a la casa de Eban.

- Más vale que no te hayas matado aún imbécil, porque sino yo misma te iré a golpear en el mismo infierno –toca la puerta apresuradamente.

Nadie le responde, por lo que ella corre hacia la parte de la casa donde se ve la ventana del chico, en el tercer piso. La ventana está abierta y el aire mece las cortinas hacia afuera.

- ¡Maldita sea! –se queda impotente en la calle sin saber bien que hacer- ¡SEÑOR GARCÍA SOY ELISSE, ÁBRAME POR FAVOR!

- Puede funcionar –le dice Erik.

- Claro, si quieres que todo el mundo se entere de que estas buscando al idiota de Esteban –se frota la cara con ambas manos Jack- Elisse, no te cansas de avergonzarnos, ¿verdad?

Elisse vuelve a tocar a puerta.

- Nada importa si es que no hago algo al respecto… -se empieza a frustrar.

De pronto, la puerta se abre y frente a sus ojos esta el padre de Esteban.

- Señor García –Lo mira dos segundos e inmediatamente sabe que tiene que entrar ya- Buenas tardes ¿Me deja pasar?

- Tú siempre serás bienvenida –la hace entrar- Adelante, Esteban está en su cuarto… Te está esperando.

Ella se queda unos segundos dubitativa y por no saber que exactamente responder, sube lentamente las escaleras y llega a la puerta de la habitación, que esta entreabierta…

- Esteban… -lo llama en forma de casi un susurro.

Cuando por fin entra, se da cuenta de que sus sospechas eran pequeñas a comparación de lo que estaba viendo ahora.

En un rincón del cuarto, está amarrado a una silla y amordazado su ex mejor amigo. Tiene la miraba baja y su cabello esta tan largo, que le cae por el rostro hasta taparle casi toda la visión.

- ¡Oh por Dios! ¡¿Esteban?! ¿Qué te paso? –la chica se cubre la boca con ambas manos, mientras se le acerca aterrada- Un minuto –cuando se da la vuelta alcanza a ver el rostro apenado del señor García.

Erik esta en shock y Jack solo atina a decir:

- ¿El secuestro a su hijo? Oh no… Elisse, este no es un llamado de auxilio. Es un secuestro. Y Eban solo es la carnada. Elisse, tienes que salir de aquí. ¡PERO YA!
El padre de Eban al ver que Elisse está por reaccionar, cierra la puerta y le echa llave.

- ¡¿Pero qué…?! ¿Señor, qué está haciendo? ¿Qué le pasa? ¡No! ¡Déjeme salir! Voy a llamar a la policía.

El señor García solo le responde:
- No te asustes Elisse, no pienso hacer nada para hacerte daño, ni a ti, ni a Esteban… De hecho, esto lo he hecho por su bien.

- ¡¿Cómo un secuestro ayuda a alguien a sentirse mejor?! –se enfurece ella.

Él le responde:

- Esteban trato de suicidarse… Por eso esta así… No sabía que más hacer, porque él parece dispuesto a intentarlo todo para acabar consigo mismo. ¡Tan solo míralo! Tú sabes que él no es así. Este todo descuidado, no come casi nada, no se baña, no hace absolutamente nada más que lamentarse, desde que se murió esa chica, ha permanecido así. Pareciera que nada tuviera sentido para él… Ni siquiera yo.

Elisse escucha estupefacta cada palabra.

- Escúchame Elisse… Sé que mi hijo se ha portado como un idiota contigo, pero ahora mismo te necesita demasiado. Él te ama. Y sé que eres la única persona que puede hacerlo entrar en razón…

- ¿Qué él me ama dice? No se lastima a alguien si lo amas… -balbucea ella.

- ¿Qué dices? –le pregunta el señor.

- Que de alguna manera lo entiendo, pero esta no es la manera de hacer las cosas señor, retenerme contra mi voluntad no hará que yo logre ayudarlo. Además, no creo ser la persona indicada para esto, si él mismo me echo de su vida. ¿Acaso no se lo dijo? –mira con resentimiento a Eban.

Al verlo con más detenimiento, se da cuenta que esta débil, por la falta de alimentación y agua.

- Pero su relación tiene que ser más fuerte. ¡Vamos Elisse, por favor, eres mi última esperanza! –apoya su cabeza en la puerta- Porque la otra opción y la que no quiero tomar es… Que lo lleve con su madre…

Elisse vuelve la mirada a la puerta con una expresión atónita.

- ¿Qué? Su madre… -pregunta ella.

- Elisse… Esteban tiene un problema de depresión, eso sí lo sabías… Pero… Lo que ni él sabe es que su madre está dispuesta a llevarlo a un especialista extranjero para que atienda su caso. Entonces, si se lo lleva… Tal vez mejore… O tal vez no. Él ni siquiera pronuncia su nombre. La odia. Eso no resultaría. Pero no hay más que hacer…

Pasan tres largos minutos en los que ambos no dicen nada. Hasta que el señor García quita el seguro y abre la puerta… Elisse se presiona los labios, contiene las lágrimas y cierra la puerta ella misma. El señor desde el otro lado se queda sorprendido.

- Póngale el seguro. Yo le llamaré cuando necesite que abra la puerta, o cualquier otra cosa…

- ¡¿Te volviste loca?! –Le gritan Jack y Erik desde sus adentros.

- Al menos sé que no es realmente un secuestro –dice ella en voz alta.
El padre de Eban, siente un toque de esperanza en su pecho y le responde:

- Yo jamás te haría daño hija, solo quiero que traigas de vuelta a mi hijo… Por favor…

Elisse siente la presión, pero aún así responde:

- Lo intentaré…

Ambos se desprenden de la puerta y Elisse recién se toma su tiempo para mirar con espanto el desastre donde está sumergido su amigo.

- Demonios Eban, aquí huele horrible, no me sorprendería que tuvieras hasta ratas u otro tipo de bichos en medio de tanta inmundicia –camina hacia él- Y pensar que tú ni siquiera soportabas un papel en el suelo –lo mira apenada- ¿Qué te pasó? –se pone de cuclillas y acerca su mano a su cara- No te preocupes… Yo estoy aquí, y no me iré hasta que estés bien… Y si después de eso, me dices que aún me quieres lejos, respetaré tu decisión, pero ahora, déjame… Tan solo –retira el mechón de cabellos que le tapa la cara y se queda espantada- Ayudarte…

Jack es el más afectado con la expresión de dolor y la falta de higiene en la cara de Esteban:

- Elisse, dime sinceramente… ¿Hace cuanto crees que no se baña? Qué horror, ya quiero lavarme las manos de tan solo verlo.

- No haremos eso, haremos algo mejor… -le dice Erik.

De pronto los ojos de Eban se abren débilmente. El corazón de Elisse late a toda prisa. Entonces se da cuenta de la mordaza y velozmente se la quita.

- ¿Por qué tu padre se puso tan extremo contigo? ¿Qué necesidad había de amordazarte? –le toca la cara- Pareces un vagabundo amigo –sonríe, mientras unas lagrimas de culpa ruedan por sus mejillas- ¿Cómo fui capaz de dejarte? ¿Por qué fui tan rencorosa y no te perdone antes de que llegaras a este punto? Maldición Eban, ¿por qué te hiciste esto? –le va desamarrando las manos y los pies.

- ¿L-Lisse? –con una voz temblorosa y apenas audible  le habla él.

- Puedes hablar todavía –ella se emociona- Sí, soy yo Esteban, aquí estoy –pone las manos del chico en su rostro.

- V-vete… -apenas y balbucea.

- ¿Qué? –estupefacta quita sus manos- Escuche mal o me estas pidiendo que me vaya.

- S-sí… -casi imperceptiblemente insiste el muchacho.

Elisse se enoja y le grita:

- Pues no, no me voy, no se me da la gana. Yo no me voy de aquí hasta que te vea normal. Tú no estás bien y por más que te quiera mandar al demonio, no te voy a dejar así. Ya lo decidí. Punto. Nada de lo que digas me hará cambiar de parecer. Así que ahora mismo, te irás a darte un buen baño, mientras yo ordeno tu basurero.

- O-obli-ga-me –dice en tono sarcástico y con las energías a punto de abandonarlo.

- Hmmm, todavía conservas algo de sentido del humor –se toma el mentón pensativa- eso es buena señal- puntualiza.

Elisse lo lleva prácticamente a rastras al cuarto del baño, en donde lo deja en la ducha. Lo deja ahí y cierra la puerta, pero al recordar que él apenas y puede ponerse en pie, abre de nuevo la puerta y lo descubre tirado en el piso del baño, con los brazos apenas sostenidos en el inodoro.

- ¿Qué rayos? Me salgo solo dos segundos y casi te matas –reniega mientras lo ayuda a sentarse en el wáter cerrado.

De pronto recuerda:

- Esteban trato de suicidarse… Por eso esta así… No sabía que más hacer, porque él parece dispuesto a intentarlo todo para acabar consigo mismo…

Se toma los cabellos con ambas manos y reniega aún más.

- ¡Aaaaarrrrrggggg! Maldición… No tengo de otra.

Erik se hace visible y le cuestiona:

- Vi lo que estas pensando… Dime que no es en serio… ¿Verdad Elisse?

Ella se quita una liga que llevaba en la muñeca y se hace un moño rápido.

- Oh sí que va en serio –afirma sorprendido el mismo Jack.

Ella se acerca a su amigo y le baja el cierre de su chaqueta.

- Ok, esto no será agradable… Pero vamos a tener que ayudarlo a bañarse.

- ¿QUÉ?

Jack y Erik la miran pasmados.

Sí. Esto se va a poner muy raro.



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