Cap. 13: No lo sé

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Camina con tranquilidad por la acera y después, cuando esta por llegar a la universidad ve a Elisse corriendo de la mano de Eban. Algo en su alma se estruja. Sus piernas ya lo están guiando hasta ellos para hacer algo, pero la prudencia lo salva y se dice para si mismo:

- Hoy tampoco es el día Elisse. Por más que así quiera. Tú me enseñaste a ser paciente -Walter mira con frustración hacia Eban y con tristeza a Elisse- Y lo seré por ti...

Sigue caminando y mientras se aleja de ellos, ya dentro de la universidad, se da cuenta que ella estaba sonriendo con él. Que se le veía feliz. Lo cual le duele, pero también... De una forma extraña, le hace sentir bien.

- Por lo menos, tú estas mejor -asumiendo que ella tenía razón- Tal vez si debería dejarte ir... Sólo que, en el fondo no me resigno a perderte y tengo miedo de que otro idiota como yo te haga lo mismo.

Cierra los ojos, respira y entra a su salón. Ahí esta todo lo que el ama, a lo que se va a dedicar, por lo que esta peleando con las calificaciones, los trabajos. Supuestamente todo. Pero su mente no esta ahí. Su mente le juega malas pasadas, le hace pensar una y otra vez en ella.

- ¿Por qué es más fuerte que yo? ¿Por qué simplemente no te olvido y ya? Tú ya estas con otro y yo... Vivo atormentado, teniendo que ver todos los días a la... A ella -deja su pensamiento y su mirada se enfoca al otro lado del aula.

Una chica morena de cabello negro azabache y lacio, atrapa su mirada y le guiña un ojo.

- Maldita -Walter apreta los puños y ahora mira hacia otra dirección.

***

Esta sentado en una banca, mira hacia la nada, lleva unos audífonos grandes que cubren totalmente sus orejas. Volvió a estar como antes, sólo que ahora su corazón no era el mismo. Antes todo era más fácil. Salía, jugaba a ser alguien genial y las chicas, sin que él se lo propusiese, prácticamente se le lanzaban encima. Y como buen cristiano, no ignoraba al prójimo.

Tuvo aventuras, conoció lo que era salir y no regresar hasta el día siguiente. No rompía reglas en casa, porque a sus padres les daba igual lo que hiciera con su vida, porque "confiaban" en él y sabían que en medio de todo era responsable. Tanto, que consiguió por su cuenta una beca casi completa en la universidad en la que estaba ahora. Nunca dio problemas.

Hasta que... Hasta que apareció ella. Elisse Segovia. Le dio un giro total a su vida.

- Esa chica -Israel, un compañero de la academia le señaló hacia la entrada del salón- la que esta ahí...

Era una chica de cabello trenzado en dos y con una sonrisa espontánea en la cara. Walter bajó la vista y se dio cuenta de que llevaba unos jeans y unas botas largas, tacón bajo. No le podía ver la figura en sí, porque tenía puesto también una chompa beige larga y ancha que le cubría hasta la parte baja.

- ¿Ella? ¿La de trenzas? -vaciló Walter.

- Sí... Es bonita, ¿no crees? -la mirada del chico se iluminó y él lo notó.

Walter decide burlarse un poco

- Qué va. Se ve que es una chica más. Ni siquiera es tan guapa.

Frustrado, intenta defenderla, aunque ella no lo sepa.

- ¿De qué hablas? Ella es hermosa. Sólo basta mirarle el rostro.

Walter hace como que la observa con lupa y da la observación final.

-Tiene la nariz grande y esta algo cachetona.

Israel se enfada y le dice:

- Imbécil. Ella es perfecta.

Mi Loca Mente Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora