Cap. 50: Final (Parte I)

6 1 2
                                    

En su habitación y con el labio partido, Elisse se sienta a conversar con Oriana. A ella le cuenta toda la verdad de lo que paso.

- No puedo creer que ese viejo c* -diciendo groserías- se haya atrevido a ponerte la mano encima, ah no, yo tengo que ir a hacer algo.

- ¿A esta hora Oriana? ¿En serio? Acabamos de llegar de la universidad… No hagas nada, en serio… Ya tuve bastante con las preguntas de todos –dejándose tumbar en su cama por el cansancio.

Oriana se sienta en la silla giratoria del escritorio y se empieza a dar vueltas, sintiéndose frustrada.

- Ojala yo hubiera estado ahí –le pega en el muslo derecho a Elisse- ¿Ves? Yo te dije que debía acompañarte y tú no quisiste.

- ¿Cómo iba a saber que es desgraciada iba a estar ahí? –le responde ella.

- Cierto… -poniéndose a pensar- Pero Israel está bien, ¿no?

- Sí, eso es lo importante –reflexiona Elisse.

- Me alegra de que al menos tengas a alguien de su familia de tu lado –le sonríe Oriana.

- ¿Te refieres a Ceci?

- Sí, ella es tan linda –recuerda las veces que la ayudo, Oriana.

- Sí… De verdad tengo suerte de que me considere como una buena amiga –sonríe pensando en ello- Ah, cierto… Te quería contar que hoy, se me acerco Esteban.

- ¿Ah, sí? ¿Y te dijo algo? –le pregunta nerviosa la morena.

- En realidad no mucho, no le respondí y me fui de largo.

Oriana inmediatamente palidece y le pregunta evasivamente si todo estaba bien y si podían cambiar de tema. Elisse nota lo raro de su comportamiento y le cuestiona si le está ocultando algo. A lo que Oriana no puede más con su conciencia y estalla.

- No te enojes conmigo, ¿está bien? –toma aire.

- Habla Oriana, ¿qué paso?

Oriana le cuenta todo referente a la carta de Walter a Elisse y de cómo se sentía Eban.

- Yo no le di la carta, porque pensé que después de todo lo que te había hecho no la merecía. Luego en un arranque de curiosidad, una noche, mientras tú dormías, la abrí y la empecé a leer. Fue justo después de lo que te hizo... En ella, Walter le pedía que te de tu espacio y que por más desesperado que se sintiera por acercarse a ti, que esperara y dejara que el tiempo pasara. Yo estaba muy molesta y triste… Pero luego me di cuenta, de que si yo le hubiera entregado esa carta antes, entonces, probablemente él nunca hubiera hecho eso. Porque hubiera tenido las palabras exactas para que lo orientaran.

Elisse mira consternada a su prima y después de analizar todo un par de veces, solo atina a responderle:

- Pero él igual hizo lo que hizo Oriana… A pesar de todo, yo nunca pensé que me lastimaría… Y al final lo hizo.

- Elisse, no tengo la mas mínima intención de defenderlo, pero creo correcto decirte dos cosas. Primero, que si él hubiera querido lastimarte, no te hubiera traído a casa. Y dos, que la que se tomo la botella, fuiste tú. A pesar de que él te dijo que no lo hicieras.

Elisse pone cara de extrañeza y le dice:

- Justo tú, justo ahora ¿Me vas a sacar a relucir eso? ¿Qué te pasa Oriana?

- No lo sé, solo lo dije… Porque algo dentro de mí me lo está dictando… Esto se siente tan raro. No sé qué me pasa –tocándose la cabeza con ambas manos.

El espíritu de Jack que de alguna forma todavía estaba conectado con el entorno de Elisse, le susurra a Oriana para que ayude a la reconciliación de Elisse con Eban y de esta manera por fin ambos sean libres y felices, cada uno por su camino.

- Tal vez tengas razón… Pero necesito pensarlo –admite Elisse- Todavía es muy pronto.

Oriana y ella se alistan para irse a dormir, y esa noche a ambas les cuesta cerrar los ojos, por la cantidad de preguntas y pensamientos que hay en sus cabezas.

Al día siguiente, Elisse recibe una llamada de Cecilia, que suena eufórica al teléfono:

- ¡Despertó Elisse! ¡Él por fin despertó!

Elisse baja de un brinco de su cama y emocionada le agradece y sale corriendo, empieza a alistarse para salir, les avisa a su madre y a toda su familia que Israel despertó.
Todos se emocionan y se ponen felices.

Elena le pide acompañarla y Elisse, aún temiendo a la reacción de la familia de Israel, particularmente a la de su abuelo, finalmente acepta.

- Vamos –le dice a su madre- Ya cuando volvamos les contaremos todo.

Una vez en la clínica, ella corre emocionada a la habitación de Israel. Y al llegar allí, siente su corazón detenerse de felicidad.

- ¿Elisse? ¿Eres tú? –la mira con una sonrisa confundida él, mientras ve a su abuela- ¿Mamá, como es que mi crush está aquí?

- ¿Qué? –lo mira confundida la señora Margarita- Elisse ha estado aquí todo el tiempo, además ¿De qué hablas hijo? Ella ya no solo es tu amor platónico, ahora ella es tu enamorada.

- ¿Mi enamorada? Pero si hasta ayer solo éramos compañeros de academia… No entiendo nada… ¿Por qué todavía no me dices que fue lo que me pasó?

Elisse siente el peso del mundo venírsele encima. Siente que ya no puede más y rompe en llanto, su madre la abraza e Israel la mira aún más confundido.

- ¿Elisse? ¡Elisse! Despierta hija –su mamá le hace un gesto para que salga de su ensoñación.

Elena y Elisse todavía están paradas frente a la habitación de Israel, mientras ella imagina el peor de los escenarios.

- Ay no mamá, tengo mucho miedo ¿Y qué tal si ya no se cuerda de mí? Hay gente que pierde la memoria después de estar en coma.

- Ay hija, no seas boba y de una vez entra allí, no lo sabaras si no lo ves. Además, lo más importante es que él ya despertó.

- Tienes razón, no debo portarme como una cobarde, entraré ahí y veré al amor de mi vida –declara ella decidida.

- ¿Al qué? –pregunta sorprendida por el apelativo Elena.

Una vez dentro del cuarto y viendo a la abuela de Israel hablando con él, Elisse acerca lentamente hasta que están frente a frente.

- Hola –le dice tímidamente.

- Hola –le sonríe él con ternura y felicidad que le es imposible ocultar- ¿Quién eres?

Elisse se desencaja y ya está lista para romper en llanto, hasta que lo ve reírse con la poca fuerza que tiene.

- Ay no me jodas, Israel dime que si me recuerdas o no. No juegues con eso. Te juro que le tenía mucho miedo a eso.

- ¿Cómo olvidas a la chica que está contigo en los mejores y peores momentos de tu vida? A la persona que amas…

Ella se conmueve y se le acerca para darle un beso, tratando de ser lo más cuidadosa posible, más aún por la herida en su propio labio.  Tanto la abuela de Israel, como la madre de Elisse se sonríen al verlos. Luego ambas acuerdan salir del cuarto para darles su espacio.

- ¿Y como se hizo esa herida en el labio Elisse?

- Oh, ella me dijo que ayer se cayó, por una torpeza –le responde Elena a doña Margarita.

- Ah… Ya veo.

Por otro lado, Elisse le cuenta todo lo que ha estado pasando a Israel, aunque él ya sabe la mayoría porque la había estado escuchando.

- Tal vez, si no perdí la memoria, fue por ti… Siempre te sentía cerca de mí y escuchaba tus palabras.

- Sabía que me podías escuchar –le sonríe ella.

- ¿Y qué fue lo que te paso en la cara? –le pregunta con dificultad él.

- No es nada, solo me caí, sabes lo torpe que soy.

- Suenas como mujer que no admite el abuso físico, dime la verdad ¿Acaso te peleaste con alguien?

- ¿De qué hablas? No me pelearía a puños con nadie –ríe un poco, aunque por dentro está nerviosa- Estoy bien, no fue nada, en serio.

- Entonces si te golpearon –le responde serio él.

- Sí…  Pero, ya te dije que estoy bien, no tienes que…

- ¿Quién fue? –continua serio él.

- Eso no es importante ahora. Ya deja de esforzarte por algo que no vale la pena. Lo único que quiero es que tú estés bien. Así que… Sé fuerte y mejora pronto ¿está bien? –le da otro beso, pero esta vez si siente un poco de ardor al mínimo contacto.

- En serio, una vez que salga de esta cama y me recupere, iré a golpear al infeliz que te hizo eso –declara él.

Cuando ella sabe que se tiene que ir, aprieta un poco las manos y se le acerca a él para decirle.

- Israel…

- ¿Sí?

- Te amo –lo mira ella con amor.

- Yo también te amo Elisse –le responde él con una sonrisa feliz en el rostro.

Ambos se sonríen y se despiden.
Al regresar a su casa con su madre, Elisse nota que todas las luces están apagadas, lo cual le parece muy extraño. Hasta que al abrir la puerta, la sorprenden con globos y con música. Esta toda su familia, amigos del barrio y hasta de la universidad.

- ¡¡Sorpresa!! –Todos.

- ¿Qué diablos? –pregunta ella emocionada.

Mira toda la casa bien decorada y a todos los invitados, con las lágrimas a punto de salirse de sus ojos por la emoción.

- Pues ya teníamos preparada tu fiesta sorpresa desde hace como una semana, pero como Israel, el amor de tu vida no había despertado aún, no podíamos celebrar todavía, porque estarías sino como muerto andante –le responde Oriana emocionada.

- Pero ahora la cosa es diferente porque ahora que nuestro futuro cuñado ya despertó, entonces hay un motivo más para festejar –le dice alegre Frank.

Elisse no puede evitar reírse mucho ante ambos comentarios.

- Feliz cumpleaños hija –le dice Elena.

- Pero mi cumpleaños fue hace varios días –dice ella asombrada- Fue el 20 de mayo y hoy es 29.

- Sí… Estabas tan triste que ni siquiera te acordaste y cuando te saludamos, apenas y quisiste comer el pastel que te hice.

- Es cierto… Lo siento mamá –le sonríe apenada- también había salido recién del hospital.

- Pero ahora estas tan feliz que todo eso quedara atrás y podrás disfrutar de tus 19 años de vida hija. 

- Gracias mamá –Elisse la mira conmovida y la abraza con todas sus fuerzas.

Elisse se dedica a ver a todos sus invitados y a saludarlos.

- ¡Feliz cumple amiga! –le saludan Tami, Piero y Cassi.

- Gracias por venir chicos –los abraza ella y ellos la festejan con tiernas palabras.

Luego de conversar con todos y cada unos de los que están en la fiesta, suena el timbre y ella va a abrir. Y al abrir la puerta, se queda sorprendida.

- Hola Esteban –lo mira con resignación primero y luego le dedica una sincera sonrisa de perdón.

- Hola Elisse… Eh ¿Puedo pasar?

- Adelante –ella se hace a un lado y extiende un brazo, en señal de que es bienvenido.

En el recibidor, él la mira y le dice:

- Perdóname Elisse.

Ella se toma un par de segundos y le responde:

- Ya te perdone Esteban, sino no te hubiera dejado entrar, ¿no crees?

- ¿Y estamos bien? –le pregunta tímidamente él.

- Estaremos bien –le responde ella dedicándole la misma sonrisa del inicio.

Él le extiende una mano y le pregunta:

- ¿Quieres empezar de nuevo?

- ¿Cómo amigos? –le cuestiona ella arqueando una ceja.

- Sí –le responde con honestidad él.

- Entonces sí –le corresponde ella el apretón de manos- Por cierto, soy Elisse Segovia, acabo de cumplir 19 años y tengo un enamorado maravilloso, al que le soy 100% leal.

Eban ríe un poco y sonriendo le responde:

- Yo soy Esteban García, tengo 19 años, voy a cumplir 20, el 13 de setiembre, cabe recalcar que también estas invitada a mi fiesta de cumpleaños. Respeto a las relaciones sentimentales de mis amigas. Amo las hamburguesas tanto como la comida casera de tu mamá, me gusta bailar y cantar…

- Oh, lo último es nuevo.

- Lo descubrí cuando estuve viviendo en otra ciudad.

- Ya veo… Creo que tenemos mucho en común –le sonríe ella.

- Seremos muy buenos amigos –corresponde él.

- ¿Estás seguro? –le pregunta ella siguiéndole el juego.

- Es más que un presentimiento.

Ahora ambos ríen y ella lo lleva con los demás para hacerle partícipe de la fiesta. Y aunque al principio Frank no está de acuerdo y Oriana tampoco, ambos acaban aceptando la presencia de Eban.




Mi Loca Mente Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora