Hace siglos Tougo Sakamaki y el Señor de los Demonios sellaron a los primera sangre en su propio castillo dejándolos pudrirse poco a poco a través de los años. Esto, gracias a que eran los únicos (supuestamente sospechosos) de portar y ser el ori...
Cuando salí de la tumba después de por fin beber de la sangre de Yui, decidí regresar a mi cuarto a darme un baño. Cuando entre por la puerta subí las escaleras me encontré a Reiji.
-Laena-dijo.
-¿Si?
-Esta noche tenemos la cena mensual con esa persona, no olvides estar presentable.
-Claro que no señor- respondí- ¿Preparas de tu té?
-Por ti tal vez.
-Bueno, desde que llegue no me has invitado ni una sola taza, y eso me parece descortés- dije lo ultimo algo ofendida pero divertida.
-Quizá mas tarde podrías darte una vuelta por mi estudio.- dijo sonriendo.
-Quizá- le devolví la sonrisa, y seguí caminado a mi habitación.
Cuando entre, tome mi ropa y cosas para poder bañarme, salí del cuarto dirigiéndome al baño, entre y cerré la puerta, acomode las cosas en la mesa del tocador y abrí la llave de la tina, no importaba si era fría o caliente, ya que mi cuerpo siempre estaba helado.
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Comencé a desvestirme, y antes de que me quitara la ropa interior tome las burbujas para el baño y las derrame en el agua, metiendo mi mano para que comenzaran a hacerse mientras el agua aun corría. Cerré la llave, y las burbujas estaban hechas, me mire en el espejo mientras me quitaba la ropa interior dejando al descubierto mi cuerpo desnudo, deje estos en la barra, doblándolos. Me dirigí a la tina y entre despacio no sin antes deshacerme la trenza de mi cabello. Me recosté, de repente me sentía muy pequeña en la tina ya que esta era demasiado larga, ancha y honda.
Pose mi nuca en la orilla de la bañera y cerré los ojos para relajarme un rato, escuche el sonido del agua como si algo cayera en ella, abrí mis ojos lentamente y logre ver delante de mi a un tipo de pelo naranja, ambos pies me tocaban las caderas desnudas.
-Estoy tomando un baño.- dije y me asegure de que hubiera suficientes burbujas para tapar mi cuerpo.
-Me di cuenta...- dijo con los ojos cerrados.- ¿No te importara si te acompaño cierto?- abrió los ojos y me miro.
-Se supone..- le sonreí- que cuando tomas un baño.. lo haces sin ropa.- le dije, ya que tenia puesto un pantalón y un suéter.- Solo has venido aquí para verme desnuda.- cruce ambos brazos sobre mi pecho para que no pudiera ver nada, aunque las burbujas también ayudaban.
-Tal vez... -sonrió, saco ambos brazos de la tina recargandolos en los bordes.
-Eres un pervertido- con una mano le lance agua y luego me volví a tapar.- Ayato me contó que es lo que siempre estas escuchando.
- ¿Ah si?- me miro, sentía su mirada calarme en los huesos.- En mi defensa puedo decir que me ayuda a dormir.
-A mi me da algo de miedo, no puedo creer que seas tan pervertido.- le dije divertida.
