Invierno

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-Entonces explícame- le respondí a Carla sin dejar de ver sus ojos dorados, no tenia pensado flaquear ante él.- ¿Por que se molestaron es hacer semejante teatro?- me cruce de brazos, intente verme inquebrantable.

El le dirigió una mirada rápida a su hermano mientras se acercaba, Shin asintió con una sonrisa y me miro.

-Tendremos otra oportunidad...-dijo mirándome a los ojos y acto seguido desapareció. Carla había llegado ya delante de mi. 

-¿Quisieras acompañare?-pregunto- Se que tienes muchas preguntas, y estaré dispuesto a responderte si te animas a cooperar.

-Bueno, primero tendrás que explicarme- respondí- ¿Que te hace pensar que no escapare de aquí?

-La herida que tienes en tu pierna- la señalo- es un hechizo hecho por mi hermano, no tardara mucho que lo que te hicieron deje de surtir efecto, ya que poco  a poco se ira pudriendo... ademas- continuo- Ni si quiera sabes donde estas, y aunque lo supieras no creo que sepas escapar de aquí. A si que ¿Por que no te dejas de juegos y me acompañas?

-Bien...-dije de mala gana. Tenia razón, la pierna comenzaba a dolerme, y lugar era en exageración extraño, tenia un aura ausente, fantasmal. 

Comenzó a caminar, y me guió hacia arriba de nuevo, pero en vez de ir a lo que yo recordaba como mi habitación, cambio de dirección, pude darme cuenta de que en los pasillos había muchos cuadros, que juraría mas de una vez que alguno de ellos se movía, y puertas que no sabría decir a donde llevarían, el lugar era demasiado grande, incluso por dentro.  Llegamos a un pequeño salón, donde había una sala y en las paredes grandes estanterías que contenían libros. Rabia una gran pared echa de vidrio,  se dirigió directo ahí y deslizo una puerta corrediza de cristal dejando ver una gran balcón. Camine detrás de él mirando el paisaje, en el balcón había una meza redonda y tres sillas alrededor, el hizo un ademan con la mano para que me sentara y lo hice. Mire al rededor, la niebla era menos densa desde esa altura,  estábamos en un tercer piso de lo que parecía ser una gran mansión, pude ver el patio principal cubierto de nieve, y mas allá una gran reja, y un bosque de arboles secos. No podía sentir el frió. 

-Al menos pudiste haber dejado que me cambiara primero...-dije mirando mi camisón igual de blanco que la nieve que adornaba el lugar. Carla se había sentado y tenia entrelazadas ambas manos.

-No hay tiempo que podamos perder- dijo- soy una persona muy compasiva...y créeme que lo que menos quiero es que te hagas una idea errónea de mi.

-¿Errónea?- sonreí- me clavaste una espada en el estomago... me llevaste de mi casa y no se que es lo que quieres de mi...-la sonrisa se borro de mi rostro al recordar el miedo que sentía por no saber para que me querían.-¿Que paso con Yui?

-Tus hermanos la protegieron bien... pero nuestro principal objetivo eras tu.. esa mujer queda en segundo plano. 

-No se si debería sentirme alagada...- le dije mirando al rededor, Shin no nos había acompañado- ¿Piensan matarme?

-No, seria un desperdicio de tu sangre..

-¿Entonces?

-Lo que mi hermano y yo queremos es venganza.

-Que le a hecho mi familia a ustedes ¿Para llevarlos a cometer semejantes actos de odio?

-Tus hermanos no...- me miro directamente a los ojos, su voz había cambiando.- Tu abuelo y tu padre..

-Que yo sepa el señor de los demonios murió hace mucho...- No sabia a lo que quería llegar, la verdad lo que hayan hecho mi padre junto con el ex señor de los demonios no me interesaba, era el pasado y nunca sentí atracción por saber de historia vampirica.

-Pero tu padre aun sigue con vida...

-Eso lo se perfectamente...- mire a otro lado incomoda, no podría decir si era de día o de noche. Escuche el suspiro de Carla. 

-¿Has escuchado sobre el enzeit?- pregunto. 

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  En la mansión Sakamaki reinaba el silencio como era costumbre, era una noche despejada y a partir de ese día habían comenzado ya las vacaciones invernales. La gran mansión se encontraba ya arreglada después del ataque de los lobos de los hermanos Tsukinami. Los jóvenes Mukami, como habían acordado, se estaban quedado en la mansión, para proteger a Yui de esos sádicos hermanos. En ocasiones simplemente los Sakamaki y Mukami, se evitaban cuando no estaban de humor, pero habían aprendido a convivir, o al menos algo así, habían pasado solo 3 días desde que Laena había desaparecido. 

Shu se encontraba en el cementerio, esperando parado delante de la tumba de su madre. Esperaba que la carta que había enviado no se haya extraviado. Tenia la mirada fija en el suelo cuando se dio cuenta de que no estaba solo.

-Que lugar tan mas lúgubre para tener un encuentro familiar...-dijo la voz recién llegada.

-No quería que los demás nos vieran- dejo de mirar la tumba y vio a quien estaba parado solo a unos pasos de él. - Supongo que sabes por que te pedí que vinieras.

-Algo así... - miro la tumba- No tendrá que ver con...- lo miro fijamente.- ¿Laena?

Shu no respondió, simplemente quería que él hablara, había tenido suficiente, él sabia de lo que se trataba. 

-Oh hijo...-Shu , se tenso, no eran muchas las veces en las que KarlHeinz se dirigía así a uno de ellos. - Se que tienes preguntas... pero debes de saber que quien toma las decisiones aquí soy yo, no deberías cuestionarme, ellos... no le harán nada. 

-¿Como es que estas tan seguro de ello?- pregunto mirándolo.- ¿Tu planeaste todo esto?

-Solo les hago un favor, seguramente creen que esto podría afectarnos de alguna manera... ademas, ya lo he visto.- sonrió con nostalgia y miro al cielo.- Bueno, debo decirte que soy alguien con una agenda bastante ocupada...  Y tengo asuntos, por el momento, mas importantes que atender.-dio media vuelta y comenzó a caminar.- Son vacaciones.. ¿Por que no intentan divertirse? 

Shu no dijo nada mas, solo apretó su puños a un costado de su cuerpo, por lo  general él era alguien tranquilo, pero ese hombre podía hacer que saliera de sus casillas, el odio que sentía por esa persona no hacia mas que crecer cada vez que se daba cuenta de que era una perdida de tiempo. 

Antes de desaparecer por completo, su padre susurro algo.

-Tal vez pronto, puedan darse cuenta de todo lo que he hecho por ustedes...- y acto seguido desapareció sin dejar rastro.

Shu miro por un momento el lugar donde había estado, y luego cambio de dirección a la gran mansión, su hogar. 

Fin Segunda Parte

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Diabolik Lovers °Con la sangre en los colmillos°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora