Las grandes rejas de metal se abrieron por si solas invitándome a pasar, los lobos que hacían de guardianes me miraron por un instante para que luego regresaran a su tarea, dos de ellos se colocaron a ambos lados de mi. Comencé a caminar en dirección a la puerta de la gran mansión.
Al llegar a esta antes de que pudiera tocar, se abrió lentamente dejando ver a un familiar. Entre y ambos lobos se quedaron echados al pie de las escaleras de la entrada. Un ser a un lado de mi estiro las manos para que le diera mi capucha, desate el botón de mi cuello y se deslizo por mis hombros dejando ver mi vestido azul marino. El familiar desapareció en las sombras dejándome sola en la entrada. Apenas di tres pasos y pude escuchar una voz en lo alto de las escaleras.
-Que sorpresa, hija del señor de los demonios - dijo Carla desde lo alto, tenia una sonrisa en los labios, y en un abrir y cerrar de ojos ya lo tenia delante de mi, besando mi mano con delicadeza.
-Carla..-pronuncie su nombre en un susurro, mientras observaba su cabellera blanca.
-¿A que debo el honor?- pregunto aun sin soltar mi mano.
Me extendió su brazo y yo lo tome con gusto nos llevo al living, donde ambos nos sentamos para apreciar el fuego de la chimenea, era un fuego pálido. Llego el familiar y nos ofreció té, una vez retirado este pregunte.
-¿No se encuentra tu hermano?- deje la taza de té a un lado de mi.
-No salio hace dos lunas...-respondió.
Le conté todo lo que había pasado desde la ultima vez que nos habíamos visto, la idea de mi padre pareció gustarle, dijo que tal vez era lo mejor, competir por su lugar. Él lo mataría y ya veríamos después que es lo que pasaría con el sucesor, probablemente el se proclamaría rey, aunque a mi esa idea no me agrada mucho.
-¿Por que no?- pregunto con interés.
-Yo crecí con mi padre, alejada de mis hermanos... Se como es el deber de ser rey, y la verdad por una vez, si tu y yo terminamos juntos quisiera mantenerme alejada de la corona lo mas posible...- respondí sin dejar de mirar el fuego, era gracioso... no podía sentir el calor que irradiaba.
-Ya veo...Bueno si todo sale bien, veremos que pasa llegado el momento- con su mano tomo mi barbilla para que lo mirara. -Nada me gustaría mas que complacerte...-acerco su rostro al mio lentamente, mire sus labios entreabiertos y acorte la distancia entre nosotros.
Nos fundimos en un beso, al principio superficial y lento, pero poco a poco el deseo dominaba, bajo su mano a mi cadera y la otra estaba en mi cuello, mis manos viajaron a su pecho y nos separe lentamente.
-Debo de irme... pueden notar mi ausencia.- le sonreí con picardia.
-No se que clase de juego estés jugando...-me sonrió - Pero solo haces que mi deseo por ti crezca, me gusta tu... Resistencia ante mi.
Por un momento mi mirada se poso en el bulto de sus pantalones.
-Llegado el momento... sabrás que valió la pena la espera. - Puse mi mano cerca de su entrepierna.
-Mmm querida no haces mas que impacientarme...- tomo mi mano y la llevo a su boca donde deposito un tierno beso en mis nudillos.
El fuego de la chimenea se apago.
-Tengo una idea.- me puse de pie, y me pare delante de la chimenea, bajo la mirada de Carla quien se encontraba sentado aun- Te daré un poco de mi fuego, como muestra de lo impaciente que estoy por que dicha acción se lleve a acabo...- levante mi mano y esta se cubrio de llamas.
-Fuego pasional...-dijo Carla sonriente.
Mire la chimenea y la encendí, mi fuego era mas vivo, los colores de un intenso atardecer. Una vez encendida y con mi mano aun en llamas, camine de nuevo hacia Carla. El separo sus piernas y yo me arrodille ante el en medio de estas, tome sus manos entre las mías. Y le transferí un poco de calor.
-Los vampiros no somos capaces de sentir frió o calor, y mucho menos cierta clase de dolor... Pero este fuego no es como el normal, y puedes sentir su calor...- miraba nuestras manos entrelazadas, yo decidía no quemar sus manos. - Ese fuego no se apagara... Solo lo hará si yo muero- lo mire y sonreí melancólica.
Me miraba serio, se inclino hacia mi y de nuevo me beso.
-Entonces jamas se extinguirá...-dijo entre besos.
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Diabolik Lovers °Con la sangre en los colmillos°
FanfictionHace siglos Tougo Sakamaki y el Señor de los Demonios sellaron a los primera sangre en su propio castillo dejándolos pudrirse poco a poco a través de los años. Esto, gracias a que eran los únicos (supuestamente sospechosos) de portar y ser el ori...