Hace siglos Tougo Sakamaki y el Señor de los Demonios sellaron a los primera sangre en su propio castillo dejándolos pudrirse poco a poco a través de los años. Esto, gracias a que eran los únicos (supuestamente sospechosos) de portar y ser el ori...
-Ya sabes que hacer...- hablo Shin en medio de la penumbra, con la mirada fija en el colosal castillo de piedra a lo lejos.
Un lobo blanco que se encontraba hasta ese momento junto a él salio disparado en dirección al castillo.
Shin suspiro, y cerro los ojos, necesitaba silencio y concentración para hacer lo que estaba a punto de hacer. Recito unas palabras en un sonido apenas audible en un idioma que solo los primera sangre conocían, ahora solo él y su hermano.
Al rededor de él, en el suelo, comenzaron a salir sombras de la tierra, familiares con la apariencia de humanos, la piel pálida como el mármol, su vestimenta negra y la mirada muerta, seres sin vida, cascarones que eran la opción ideal para realizar las tareas que el Tsukinami les otorgara.
El joven abrió los ojos lentamente, no sin antes dibujar una sonrisa siniestra en su rostro.
-Vamos allá...- dijo antes de desaparecer.
Los familiares comenzaron a caminar en dirección al castillo de los Sakamaki.
...
-Te veré pronto querida...-susurro la voz de Carla en mi oído antes de aparecer en el castillo.
Habían pasado solo unos minutos desde mi encuentro con él y Shin en el bosque. Ahora me encontraba en el pasillo principal del castillo. Mi tarea era encontrar a mi padre, y cuando lo hiciera Carla vendría con nosotros. Gracias a un hechizo, no tan fácil, que empleo Carla no serian detectados él y su hermano al momento de cruzar las barreras del castillo junto con su compañía.
Me sentía un poco fatigada al principio por los efectos de la luna, pero gracias a un tónico que tome del cuarto de Reiji pude calmar un poco dichos síntomas.
Comencé a caminar en dirección al salón del trono, donde no había nadie, me detuve en el centro de este suspire y cerré los ojos.
-Se lo que esta por ocurrir...-dijo una voz por delante de mi.
Lentamente abrí de nuevo mis ojos y pude ver a dos de mis hermanos delante mio.
-¿Y planeas evitarlo... Reiji?- pregunte mirándolo a los ojos.
Este estaba sentado en el trono con las piernas cruzadas, y sus manos entrelazadas en su regazo, parado a un lado de él estaba Shu con una mano descansando en la cabecera.
-No lo se ¿Debería?- su mirada era profunda.
-No creo que sea algo que repercuta en tus acciones futuras, su muerte solo seria un favor para ti, no debes tomarle mucha importancia...- dije completamente convencida del peso de mis palabras.
-¿Que no debería importarme?- desentrelazo sus manos y me miraba con mas atención.-¿La muerte de nuestro padre, el rey de los vampiros y señor de los demonios no debería importarme?
-Ese amante tuyo...- hablo por fin Shu sin quitarme los ojos de encima.
-Te a llenado la cabeza con ideas estúpidas-continuo Reiji- como es posible que te haya convencido de realizar semejante idiotez, te creía mas lista hermana...
-Sabes también como yo que los Tsukinami están en su derecho de hacer lo que les plazca, después de lo que le paso a su familia...- cerré ligeramente el puño- Y no me digas ahora que no querías que algo así sucediera... No me digas que en estos años en el inframundo le has llegado a coger cariño...
-No cariño, si no respeto, el cabeza de nuestro clan a hecho cosas que no te imaginas siquiera...
-Si, como eliminar a todo un clan de primera sangre.
-Laena...- hablo Shu.- ¿No te has parado a pensar que ese es el problema?-lo mire- Te esta usando, tu amante solo quería una vía mas fácil para eliminar a esa persona.
-¿Te pondrás de su lado?- lo mire impávida, como ninguno contesto, continué- No tengo 13 años para que mis hermanos mayores comiencen a regañarme de quien es bueno para mi. Y sobre él... todos nosotros, sus hijos, sabemos que esto solo era de esperarse, y Reiji si sabias que planeaba ¿Por que no simplemente acabaste el problema de raíz?. - dije sonriendo.
Reiji sonrió y se levanto del trono, bajo lentamente los escalones hasta colocarse delante de mi, vestía un traje negro, e imponía su autoridad, no llevaba sus lentes, lucia mucho mas mayor... Poso una de sus manos enguantadas en mi barbilla e hizo que lo mirara.
-Porque eres terca...- dijo en un susurro - Esto no es mas que una riña de hace siglos entre los primera sangre y nuestro padre, no soy tan ingenuo como para defenderlo después de lo que hizo.... claro que tenia sus razones y ni tu ni yo podemos negarlo... Era necesario, aunque fue cruel y había otras formas de contener el enzeit....
-Ninguno de nosotros se interpondrá en los planes de Carla...- hablo la voz de Shu por detrás mio, pude sentir sus manos recorrer mi cadera y su respiración en mi oreja.-Los dejaremos hacer los suyo, como ya dijiste antes; es un favor el que nos están haciendo, no creo que necesite ayuda, esta fase de la luna ya sabes como nos pone, y no estaremos para estorbar...
-Has tomado el tónico que estaba en mi escritorio... Te sera útil por unas horas mas- dijo Reiji delante de mi. - Lo de antes....- dijo refiriendose a su regaño estúpido- Era solo para probarte... estas muy coladita por el Tsukinami, admiro tu valentía pero también tienes tus razones para querer matar a nuestro padre...- tomo un mechón de mi cabello entre sus dedos.
-Todos...- dije mirándolo a los ojos.
-Que sufra...- respondió con una sonrisa.
-Solo...- hablo Shu- No hagan mucho ruido- susurro en mi oreja- Quisiera dormir.
Y antes que ambos desaparecieran Shu beso lentamente mi mejilla.
Me quede sola en el gran salón, con el trono vació ante mi. Seria una noche larga. . . .
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