Destello de Oro

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La noche siguiente del baile era tranquila y despejada para ser domingo. Me encontraba en el balcón de mi habitación apunto de ir al comedor para comer con mi madre y mis demás hermanos , acababa de levantarme y la verdad es que me sentía ansiosa.

Decidí aparecerme en el pasillo del comedor, ahí se encontraba mi madre, los demás aun no se presentaban.

-Hola querida...- Hera estaba sentada en el comedor con una copa de champagne delante, tenia un vestido gris con  detalles rojos, y la larga cabellera negra se encontraba suelta a su espalda, podía sentir sus ojos dorados y penetrantes mirando a través de mi.

-Madre...-  tome asiento delante de ella. No flaquearía ante su imponente mirada. Me cruce de brazos.

-Te has convertido en una mujer hermosa...-  dijo jugando con la copa sin dejar de mirarme.

-Por supuesto que no mas que tu, querida madre.-intentaba que mis palabras fueran monótonas y no notara el sentimiento que las acompañaba.

-Serias una copia perfecta de mi de no ser por esos ojos...- continuo.- Iguales a los de Tougo.

-Ofende esta casa pronunciando ese nombre...- dijo una voz, era Reiji, quien había aparecido sentado en la cabecera del comedor entre nosotras.

-Oh,  tu debes de ser el segundo hijo de Beatrix... lamento que no nos pudimos presentar anoche.-Hera lo miro con una sonrisa.

-No se preocupe señora, creo que tal presentación no hacia falta.- Reiji se cruzo de brazos cerrando los ojos.

-Cuanto tiempo piensas quedarte.- dijo Kanato sentado aún lado de mi, tenia a su Teddy entre brazos y miraba a mi madre.

Que bien, mis hermanos tendrían una amena charla con la hermana de su madre. Solo espero que esto no acabe mal.

-Oh pero si es el pequeño Kanato.-Hera lo miro con una sonrisa.-¿Donde se encuentran tus hermanos? Me gustaría ver a mis sobrinos.-su sonrisa era maliciosa.

-Madre... Solo espero que no hagas un escándalo...-dije pensando en que podría reclamarles a los trillizos sobre la muerte de Cordelia.

-Oh querida...-me miro.

Subaru, Shu , Laito y Ayato aparecieron sentados en los lugares restantes del comedor.

-Me alegra ver a todos los hijos de él sentados en la mesa. Las veces en que los vi cuando eran niños fueron escasas.-dejo la copa en la mesa para luego entrelazar sus manos en su regazo.- Kanato tu sin duda tienes un gran parecido a Cordelia... -lo miro sonriente.

-Ese nombre esta prohibido en  esta casa.- hablo Ayato.

Podía notar la sombra del recuerdo en los ojos de los trillizos.

-Querida tía,  sin duda tienes un gran parecido a esa mujer...-Laito rompió la tensión que se había instalado entre ellos.

-Bueno... me hubiera gustado verla una ultima vez antes de que ustedes, engendros, la asesinarán. - su sonrisa había desaparecido, miro a los trillizos con odio.

-No me digas que le tenías afecto.-pregunte mirándola.

-Después de todo era mi hermana..-su mirada cambio. Sabía que la relación entre ellas no era la mejor por que KarlHeinz tenia encerrada a mi madre como favorita , no.. no creo que alguna vez se hayan querido. Nunca hablaron.

-Que molesto...-susurro Shu con los ojos cerrados.

-Me parece que el pequeño Subaru....-los ojos del recién nombrado se posaron en ella. - Vaya ver sus rostros enserio que me traen recuerdos- se llevo una mano al voluptuoso pecho y cerró los ojos.

Diabolik Lovers °Con la sangre en los colmillos°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora