Su fuego

844 88 10
                                    

-Despierta...- susurro la voz grave y seca de Kino.

El joven Sakamaki estaba sentado delante de su gemela.

-Ya han pasado dos semanas Laena- decía Kino sin quitarle ojo a la chica que estaba frente a él, arrodillada, cabizbaja con una cortina de pelo negro cubriéndole el rostro.- Reiji fue nombrado oficialmente señor de los demonios ante todos los clanes y Shu tomo el puesto en la política de nuestro padre.

Los hermanos que se habían quedado en el inframundo, se turnaban para estar con Laena y hablarle, le decían cualquier cosa, tuviera relevancia o no.

-¿Puedes creerlo? Shu en la política, él y Reiji se pusieron de acuerdo en que el debería tener el puesto.

Kino miro detrás de Laena la inmensa oscuridad que se cernía ante el. Ni una sola vez había dudado en que ella despertaría..... por que lo haría.

...

La gran mansión Tsukinami, colosal y terrorífica. Los lobos que normalmente custodiaban de ella no se encontraban en esa ocasión.

Carla Tsukinami había vuelto a su hogar, por unos libros que estarían bien para que Laena escuchara, habían pasado dos semanas y lo máximo que habían visto es que había movido la mano cuando Ayato y Yui le contaron que eran una pareja.

Eso animo mucho a todos, y cada vez que hablaban con ella ponían emoción y gritos en cada relato.

Carla estaba frente a uno de los libreros que tenia en su sala de estar, leyendo los lomos ante él, hasta que se dio cuenta que el fuego en la chimenea no era mas que una pequeña llama a punto de extinguirse, rápidamente se acerco a esta un tanto alarmado, pues ese fuego era el que Laena le había dado, había prometido que mientras ella estuviera viva ese fuego estaría siempre encendido.

Sin perder mas el tiempo Carla tomo lo que necesitaba de la mansión y salio lo mas veloz que pudo hacia el castillo Sakamaki.

...

-Llegas a tiempo- le dijo Kino a Carla al verlo entrar sin decirle una sola palabra.

Este simplemente suspiro y siguió caminado saliendo de la oscuridad de la sala del menester, todos estaban algo desesperados últimamente así que siguió caminando sin voltear a ver a vampiro de cabellera blanca.

...

Ahí estaba ella.

No se había movido desde la ultima vez que la vio.

-Llegaste hasta aquí...- susurro él para si mismo y se acerco más a Laena de lo que habían echo en las ultimas dos semanas.

Ninguno de ellos se había atrevido a tocarla, pero Carla ya no podía soportarlo mas, así que se arrodillo ante ella y le quito con ambas manos la cabellera azabache del rostro, dejando ante el una piel mas pálida que de costumbre.

Le toco una mejilla delicadamente, parecía como si estuviera durmiendo. Y se acerco aun mas para susurrarle algo al oído, algo que llevaba mucho tiempo queriéndole decir, simples palabras aquellas que pronunciaron sus labios, pero lo suficientemente fuertes he intensas como para que ella ya no siguiera atrapada entre sus horribles pesadillas.

Se alejo de ella lentamente con una sonrisa triste en el rostro y bajo la mirada hacia sus palmas.

La esperanza era lo ultimo que se perdía.

...

Las cadenas hicieron un gran estruendo al caer. Y gracias a los reflejos de Carla pudo sostener a Laena antes de que su cabeza estampara contra el suelo. Sin mostrar expresión alguna salio de ahí hacia la habitación de la joven, esta ya no se llenaría mas de polvo.

.

.

.

Votos o comentarios chikssss

Diabolik Lovers °Con la sangre en los colmillos°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora