|Inframundo|

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Tercera Parte

-¿Enzeit?- pregunte mirándolo con poco interés. Tenia las manos entrelazadas sobre mi regazo, y podía sentir que no me quitaba los ojos de encima, como si estuviera pendiente de cada reacción de mi parte. - Que recuerde... Es una enfermedad que afecta a los inmortales provocando la muerte lenta, acaso tu...?

-Así es...-respondió- ¿Que tanto sabes sobre esto?

-Bueno... que toda la familia fundadora murió debido al virus  y que solo habían sobrevivido dos personas...- mire la mesa y luego a él. No era algo que me interesara, pero era lo que había leído por casualidad en uno de los libros de la biblioteca de mi padre- ¿ Acaso tu venganza contra él es por que intento evitar que la enfermedad se propagara a las demás razas?- pregunte, que deseo mas egoísta.

-No...-suspiro din dejar de mirarme- Tu padre y el señor de los demonios en ese tiempo prometieron encontrar una cura para mi familia... Sin embargo nos encerraron en nuestro castillo cuales ratas, dejándonos morir, después de un tiempo corrieron los rumores de que la cura estaba en manos de KarlHeinz.  

-Ya veo...- de cierta manera sentía un poco de compasión por él, ahora lograba entender por que su odio, su familia murió creyendo en vano que podían ser salvados. - ¿Pero que logras secuestrandome? Si piensas que el vendrá en mi rescate estas equivocado.

-Oh no te preocupes no es eso...-hizo un ademan con la mano restandole importancia- Tu... Tienes algo que yo quiero.

-¿Y que te hace pensar que yo tengo lo que buscas? ¿La cura tal vez?-me cruce de brazos-  ¿Y si la tuviera por que te la daría? Bueno no importa,  en mis 17 años él nunca me ha dicho nada sobre una cura para esa enfermedad, así que lo siento, pero te equivocas de persona, Carla. 

-Oh Laena...-sonrió de forma macabra- Es cierto que a mi hermano y a mi nos llevo mucho tiempo averiguar todo sobre ese hombre... pero su secreto mejor guardado fue una mezcla de sangre con cierta hija de los demonios con la suya propia...

- ¿Que?- se refería a mi madre?- Explícate. 

-Es cierto que el señor de los demonios era alguien, sumamente perspicaz...-me miraba fijamente con calma.- Él y tu padre eran buenos amigos... hasta que él murió y tu padre al casarse con tu madre y Cordelia, subió al trono para convertirse en el señor del inframundo...

-Bueno, eso lo se, no hace falta que me repitas la historia de mi familia- mire a otro lado irritada.

-¿Es que no te das cuenta? La hijas de tu abuelo no fueron mas que un experimento...-lo mire, trataba de no mostrarme sorprendida.- Bueno.. algo así, la sangre de la segunda  era aun mas especial que la de la primera. Tougo se caso con Cordelia para procrear... y como resultado tus hermanos trillizos.... aunque también tiene sus razones por las cuales tiene a tantos herederos...

Lo miraba perpleja ¿Mi madre y Cordelia un experimento? De alguna manera no lograba entender...

-Hera... tu madre sin duda fue la afortunada se dar a luz al ser poseedor de la cura para el enzeit.- dijo y se quedo callado, tenia una calma perfecta. Lo mire estupefacta.

-¿Y-yo?- trague saliva. El asintió, sonriendo complacido.

-¿Es que acaso no te preguntaste alguna vez por que tenia un trato diferente con tus hermanos y contigo?- pregunto, no le respondí.- Ademas de que eres la única mujer Sakamaki eres quien tiene en su sangre el poder para curar esta enfermedad.

Lo miraba sin poder pronunciar palabra alguna. El nunca me había dijo algo sobre esto, lo que me hacia pensar que KarlHeinz era sin duda un hombre que sabia tener la boca cerrada para lo que le convenía. 

Diabolik Lovers °Con la sangre en los colmillos°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora