Hace siglos Tougo Sakamaki y el Señor de los Demonios sellaron a los primera sangre en su propio castillo dejándolos pudrirse poco a poco a través de los años. Esto, gracias a que eran los únicos (supuestamente sospechosos) de portar y ser el ori...
No quería salir de mi habitación. Desperté y muy a mi pesar ya era sábado, en unas horas se llevaría a cabo su gran baile. Los familiares se movían de un lado a otro, acomodando todo para la llegada de los invitados.
Baje a la cocina por algo de comer.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me la encontré repleta de comida y personas, decidí mejor salir y buscar a Yui para sentirme bien, necesitaba alimentarme.
Me aparecí en su cuarto y la encontré aun acostada, me acerque sigilosamente para poder tomar su mano y la mordí, el dolor la despertó.
-La-laena....-dijo mirándome. Cuando quede satisfecha deje su mano junto a su cabeza.
-Sera mejor que te levantes ya.- Dije desapareciendo de ahí.
Me encontraba ya en mi habitación y me recosté sobre la cama. Desde mi posición podía ver la caja donde se encontraba el vestido. Suspire pensando que seria una fiesta muy sofisticada. De repente Shu apareció acostado aun lado de mi.
-Hola...-le dije mirándolo al mismo tiempo que tomaba su mano entre las mías.
-¿Estas bien?- pregunto con calma.
-Algo nerviosa... Veré a mi madre después de todo este tiempo...- respondí jugando con sus dedos.
-Tranquila, saldrá bien...- dijo volteandome a ver.
Me acurruque en el y lo abrace, cerré los ojos.
-Eso espero...- respondí.
Nos quedamos así, yo escuchaba su respiración profunda cuando el se quedaba dormido, yo no podía hacerlo, no me acostumbraba a dormir en la noche. Fue así por unas horas, hasta que vi el reloj, y me di cuenta de que el baile comenzaría. Me levante lentamente para acercarme al balcón, las luces de mi habitación se encontraban a pagadas, y decidí abrir la puerta, pude darme cuenta de que los autos entraban y salían del patio frontal.
-Shu...- pronuncie su nombre al momento de que entraba a la alcoba cerrando la puerta detrás de mi, el emitió un gruñido.- sera mejor que te levantes y te cambies, ya comenzó.
Se enderezo en la cama y me miro- Me gustaría tener otras opciones...-dijo.
-A mi también...- le dije en un susurro.- te veo en las escaleras.
-Bien- respondió y desaprecio.
Una vez sola en mi habitación me dirigí al lugar donde se encontraba la caja con el vestido. Lo vi y dude por un momento si en realidad tenia que bajar, pero no tenia de otra, encendí la luz, y me lo puse. Me mire al espejo, pensé que me vería demasiado simple con el cabello suelto, así que me peine unas trenzas atrás, y me puse una pequeña corona de diamantes oscuros en la frente.
Me mire en el espejo, donde me podía observar de cuerpo completo, el vestido verde oscuro era simple pero elegante con pequeñas flores negras en la parte inferior de este, se adería a mi cuerpo mostrando mis curvas, era ajustado y mostraba algo de escote, no me puse un collar para dejar mi cuello al descubierto y me moví mi cabello hacia atrás, me miraba alta y casi no me reconocía a mi misma, por ultimo termine por darme unas cuantas pasadas de maquillaje.
