Hace siglos Tougo Sakamaki y el Señor de los Demonios sellaron a los primera sangre en su propio castillo dejándolos pudrirse poco a poco a través de los años. Esto, gracias a que eran los únicos (supuestamente sospechosos) de portar y ser el ori...
Esos eran algunos de los comentarios que podías escuchar si dabas un paseo por las calles de Rotigenbelk, la familia Sakamaki, todos y cada uno de ellos habían vuelto a su antiguo hogar,para reinar, para poner las cosas en orden entre los clanes... Para disfrutar de un baile.
Todos se habían enterado de la no tan reciente muerte del antiguo señor de los demonios, Tougo Sakamaki. Quien apenas hace unas semanas era el cabeza de su clan y quien reinaba en el inframundo. Pero, decían los ghouls y otros miembros de clanes que también habitaban ahí, que el cambio era favorecedor, y no por que Tougo hiciera mal su trabajo, no, nada de eso. Simplemente ya tenia demasiado tiempo gobernando y seguir las mismas reglas y llevar la misma rutina durante muchos siglos, había empezado a aburrir a los ciudadanos de inframundo.
Todos ahí, estaban entusiasmados por el acontecimiento que se llevaría a cabo aquella noche; el fenómeno estelar de las tres lunas, y el baile real en el castillo de la familia Sakamaki. Ese día, era uno perfecto, ya que toda la familia de los vampiros reales estaba reunida. A excepción de algunos que se hicieron humanos dicen los rumores.
Aquella noche marcaba el inicio oficial de una nueva era y mandato del inframundo.
...
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Podía sentir el agua tibia en mi piel. Había olvidado la sensación de un baño caliente en una gran tina....
Esta noche seria el baile de las tres lunas, y oficialmente toda mi familia se presentaría ante inframundo, miembros de los demás clanes vendrían para renovar acuerdos de paz como se hace cada dos años. Para mi muchas cosas habían cambiado en estos últimos meses. Pero bueno, el cambio es bueno.
Cuando salí de la tina fui directamente a mi habitación, una cortina estaba corrida y dejaba entrar la luz del atardecer, no faltaba mucho tiempo para que la firma de acuerdos se lleve a cabo y por consecuente el baile acompañado de las lunas en el cielo.
Los ghouls que trabajaban en el castillo habían dejado en medio de la habitación un maniqui con el vestido que me pondría esa noche, era hermoso. Un regalo del rey de los vampiros; mi hermano Reiji. Sin duda el maldito tenia buenos gustos.
Tocaron a la puerta.
-Laena...-la voz de Carla pronuncio mi nombre como si fuera un susurro.
-Carla...- dije sin dejar de mirar el vestido- Es la primera vez que tocas antes de entrar.
-Bueno...- ahora estaba detrás de mi, sentía su aliento en mi cuello- Pensaba que no se tenían que perder las viejas costumbres.
Sentía sus manos acariciando mis caderas, lo único que separaba mi piel desnuda de sus manos era la delgada bata de seda que cubría mi cuerpo. Me voltee lentamente, puse mis manos en su pecho y le mire directamente a los ojos. Aquellos ojos de oro que me tenían loca... Se acerco a mi para besarme lentamente, pero yo no quería ir lento, tome su cara entre mis manos y profundice el beso.
